PLEGARIA A UN CAMARADA
Vida y gloria para Hugo Chávez
¡Silencio sátrapas del mercado,
sus bastardos deseos quedaos rumiando,
arrogantes lacayos de la rancia democracia!
¡Dimitid tus misiles astroso imperio,
que el pueblo entonará su plegaria!
Callaos lobos y sus fauces cierren,
antaños fariseos del derecho humano,
que el creador de mente y sangre libre,
el hombre entre hombres más humano,
en singular batalla herido se haya.
Hoy, el fiero fuego que las entrañas quema
y al acero estoico su escozor doblega,
te ha postrado, el perverso, y amenaza,
con sofocar tu libertario aleteo, con
que se eleva la bandera latinoamericana.
Al saberte inerme la execrable carca,
afina sus lenguas y sin pudor ataca,
miente y, por la mentira de otros, paga.
En vano se empeñan en detener la historia,
la misma que al devenir su imperio acaba.
No ha bastado al reino de la mentira,
al emporio demagogo y sangriento,
convertir la vida opaca y detestable;
vida y muerte para el trabajador han sido
la misma cosa insoportable y vana.
Allá vive aún el hermano mutilado,
el de seca boca, de carnes flácidas,
el de corazón oprimido y explotado;
el que produce mucho y vive sin nada,
sometido al absurdo yugo cual esclavo.
Y, en medio de esa infame ruina,
de huracanes y cumbres borrascosas,
viniste tú, como esperanzador de vida,
llegaste a esta triste y miserable patria,
a cambiar el látigo de espinas por rosas.
Un mar inmenso de almas rojas,
contigo, se ha vuelto el mar Caribe,
y el Pacífico de aquél color se mancha,
vigorosas aguas revitalizan al pueblo,
ese pueblo que se forja con tu marcha.
¡Blande tu espada casta de Bolívar!
¡En la lucha las heridas sanan!
Y como en tiempos de dura encrucijada,
¡Renace de las ruinas, tu vuelo levanta!
Con semblante victorioso, ¡Ven a ensanchar la patria!
¡Ven a ensanchar la patria! Ya los pobres del campo te reclaman,
levanta la voz el obrero de la fábrica,
con eterno cariño se educa al carajito,
con tu fervor se afana la ama de casa,
y la juventud, con su escudo ideal al infinito.
Ven a nosotros camarada excelso,
sangre de carnes del desdichado paria,
libertador de la moderna América;
tu gente, tus hermanos , tus deudos,
avivaremos tu idea revolucionaria.
¡Vuelve Ave Fénix de perenne vuelo,
ideario que hace patria a Venezuela!
Tú, el de ardua tarea, redentor sincero,
Tú, el de mirar que a las águilas supera,
Tú, el de fulgor que sofoca a las estrellas.
Tú, asolador de los abusos del imperio,
terne soldado, sabio maestro,
la historia te corona en noble gesto,
con eterno nombre, gloria de los pobres,
savia del proletario del mundo entero.
Tú, hacedor tenaz de hombres libres,
contigo, entrañable camarada,
iremos unidos sin amainar la barca,
a redimir los mares y tierras lejanas,
con blasón y el brillo de tu libertaria espada.
¡Contigo! Donde estés, como estés, ¡Estarás!
Salvaguardando el interés colectivo,
Sacrificando tu vida y pensamiento,
Luchando con ahínco, estarás
en la victoria del pueblo por siempre jamás.
Abad Carrizales
fnerrrpue@yahoo.com.mx