Tenemos Presidente, se llama: Nicolás Maduro Moros, el “hijo de Chávez”, el primer Presidente chavista, el primer Presidente obrero y, en el marco de esa realidad histórico-temporal-objetiva, la Revolución Bolivariana Socialista continúa y “se llena” de chavismo [la Revolución Bolivariana Socialista es histórica por su “real politik” que la enmarca. Es temporal por su carácter perfectible permanente dentro del marco legal constitucional cual a su vez obligará su reforma dentro de los paradigmas obligantes del proceso de perfectibilidad en sus tiempos históricos lo que, a su vez, no obsta para la reelección del liderazgo chavista a futuro sí así lo consideran las realidades político-partidista revolucionarias y de la participación colectiva y responsable del poder popular. Es objetiva porque la democracia participativa en la expresión del voto nos obliga a aceptar, respetuosamente, que es inobjetable el triunfo de Maduro Moros en las pasadas elecciones presidenciales del próximo pasado 14 de abril (2013)].
Esta revolución, la nuestra, día a día, va profundizándose en su misma esencia revolucionaria; cada día esta revolución bolivariana se expresa en su praxis con mayor diferencia a las previas revoluciones conocidas históricamente aunque el sector ideológico tanto del PSUV como del Gobierno Bolivariano aún no han demostrado, públicamente, para información y educación de la sociedad, las profundas e importantes diferencias entre las previas revoluciones [léase: bolchevique, china, vietnamita, cubana, por mención] y nuestra Revolución Bolivariana Socialista [es importante destacar que la Revolución Bolivariana además de desarrollar nuestro socialismo destaca su carácter nacional-patriota, chavista y, fundamentalmente, ser una y la revolución cívico-militar profundamente histórica según las enseñanzas que el propio proceso revolucionario va marcando su carácter revolucionario]; es la revolución que, en última instancia, significa la continuación del “proceso independentista nacional-continental” que comenzó Simón Bolívar y todos los libertadores americanos continuada por nuestro Comandante Eterno.
El proceso independentista americano tanto de la Corona española como del imperio británico se expresaron en serias e importantes diferencias entre los países libertados que se profundizaron en los desarrollos históricos posteriores que deberían ser reflexionados, en esos mencionados desarrollos históricos, tanto para el sub-conjunto anglo-sajón como el sub-conjunto hispano-católico. En primera instancia, es obligado considerar que es la revolución americana actual profundamente diferente a los paradigmas ideológicos actuales eurocéntricos como también no solo es diferente sino asimétrico a las bases ideológicas estadounidenses que se sustentan en los paradigmas impuestos por los llamados “Padres de la Patria” como ideología de Estado desde George Washington hasta los actuales paradigmas neoliberales que busca desarrollar Barack Obama [nos consideramos que podrían presentarse importantes y serias diferencias entre el marco ideológico programático-jurídico impuesto por los “Padre de la Patria” y su consecuencia en el esquema que sustenta el “american way of life” y las expresiones socio-políticas en decadencia propuesta por los beatniks y los hippies como consecuencia tanto de la expresión-protesta y consecuencial de la “Guerra de Corea” como de la “Guerra de Vietnam”]. Somos, los venezolanos, diferentes y tenemos responsabilidades históricas que asumimos y nos comprometen en lo ético-moral no solo a nivel interno-nacional sino, también, continental. Es y representa la continuación del testamento expresamente entregado por nuestro Comandante en Jefe y Presidente de la República Bolivariana, Hugo Rafael Chávez Frías, sustentado en el “pensamiento Simón Bolívar”, que, al tiempo, se enmarca en su ejemplo revolucionario ético-moral, su propuesta contenida en el “Plan de la Patria” y, fundamentalmente, su ejemplo cristiano en sustento socialista.
En las actuales realidades post-14-de-Abril (2013) es obligante asumir que entramos a “la nueva etapa revolucionaria” que implican nuevas realidades que debemos, paso a paso pero sin descanso, ir, en reflexión y en praxis, desarrollando tanto en sus cotidianidades como en lo neo-teórico obligante. En ese marco, nos encontramos, en lo inmediato político-ejecutivo, dos (2) objetivos significativos: el “Plan de la Patria” como política a ejecutar en perfectibilidad y la decisión del Presidente Maduro Moros de “gobernar gobernando, consultando y obedeciendo” al poder popular en recorriendo cada Estado, cada ciudad, cada pueblo, encontrándose con cada comunidad para, en aquello de ejercer el poder en la calle en el marco de la democracia participativa, se convierte, Maduro Moros, como el principal ejecutor y líder revolucionario-chavista de la “política comunitaria nacional”, es decir, participando y ejerciendo en y con la calidad real de la comuna; es decir, ejercer el liderazgo obligante de la Revolución Bolivariana en su marco teórico-práctico en el marco de la revolución cívico-militar inmersa en su fundamento“chavista”.
La primera realidad objetiva con la cual nos encontramos sería el carácter civil contenido en la experiencia política de Maduro Moros a diferencia de la experiencia primaria militar del Comandante Eterno, Chávez Frías. Ello nos enseña cómo el líder fundamental de la Revolución Bolivariana, Hugo Rafael Chávez Frías, paulatinamente y sin descanso, fue adquiriendo esa experiencia política de lo civil para, en ese proceso, comprender profundamente y transformarse incorporando lo militar con lo civil y viceversa en diálogo dialéctico permanente para conjugar en si mismo la revolución bolivariana en una unidad con la “revolución cívico-militar” como expresión objetiva revolucionaria. A Nicolás Maduro Moros le corresponde, exactamente, lo contrario; es decir, del desarrollo en experiencia personal de lo civil deberá caminar asumiendo su carácter de Comandante en Jefe de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) tal como fuera ungido en constitucionalidad y según las leyes correspondientes obligantes en el marco de las realidades actuales político-militares en el simbólico escenario de Los Próceres. Sus palabras expresadas en ese escenario nos enseñan sus pasos teórico-prácticos de esa demostración de transformación personal hacia esa conjunción de líder cívico-militar y no líder civil plus líder militar porque, en consecuencia, entraría en profunda contradicción.
La segunda realidad objetiva es su decisión de caminar los caminos de la Patria, como nos referíamos más arriba, transformando la praxis de la Revolución Bolivariana en una calidad que requerirá de una metodología muy bien planificada con objetivos concretos en el marco del “Plan de la Patria” pero en diálogo permanente con la experiencia directa del contacto personal con las comunidades en conociendo, comprendiendo y proponiendo en conjunción con el “poder popular” políticas locales que se enmarquen con la política estadal, estatal y, como lo expresamos, sobre la base fundamental del “Plan de la Patria”. La herencia adquirida del Gabinete de la Revolución que acompañó al Comandante Eterno es un plus (ventaja) objetiva por el conocimiento que los miembros del Ejecutivo han adquirido en estos recientes años de revolución permanente aunque, como ya lo ha mencionado, Maduro Moros, en orden ejecutivo y de liderazgo, la corrupción y la burocracia tendrán un enemigo personal y permanente en el Presidente constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros.
La tercera realidad objetiva es objetivar en praxis el marco geoestratégico según las realidades adquiridas en la planificación del Estado en función de la geopolítica como objetivo fundamental del “Plan de la Patria”. Ello significa conocer, de primera mano, es decir, directamente, las realidades de los desarrollos de los proyectos fundamentales que inciden directamente en las infraestructuras cuales inciden, a su vez, con la producción y distribución de lo fundamental estratégico que el Estado como estado debe asumir ante realidades objetivas regionales-y-mundiales cotidianas y en “pleno desarrollo”. El contacto directo con las comunidades será en dos (2) escenarios y subconjuntos: sociales y militares. El primer escenario se corresponde con lo urbano cual a su vez está comprendido en la sociedad estadal y el “poder popular” estadal. El segundo escenario sería lo social-urbano-agrícola según las geografías correspondientes y las objetivas necesidades en función de lo tradicional alimentario regional-nacional-histórico. El tercer escenario es la correspondencia de lo social-militar local como fundamento de la consolidación del profundo significado de lo teórico-militar de defensa de lo local-y-nacional en correspondencia a la “seguridad de Estado” en conociendo que el desarrollo del “golpe de estado inconcluso” está en “pleno desarrollo y en perfectibilidad continua” según políticas específicas de lo global-imperial-imperialista en perfecta conjunción y cooperación con sectores sociales nacionales adscritos a la recuperación necesaria, obligada y urgente del sistema capitalista como bien se estructura en la “nueva política Obama” (JVR dixit).
La cuarta realidad objetiva se corresponde con la dialéctica socio-ideológica que se conjuga con las realidades sico-social-históricas y las nuevas realidades revolucionarias en el marco de las ideas que se corresponde con el “pensamiento Chávez”, es decir, el “chavismo”. En ese diálogo es prudente comprender lo social-civil y lo social-militar. Es decir, nos encontramos en el desarrollo presente de la “nueva doctrina militar” con sus características de cuerpo social-militar que podría estar en correlación directa con las realidades socio-locales-geográficas; ello implica que el diálogo dialéctico entre las realidades locales, por específicas, con las objetivas realidades militar-estratégico-tácticas deberían sustentarse en ese diálogo con el “pensamiento expuesto por el Comandante Eterno” por lo cual la decisión del Presidente Maduro Moros de constituir un grupo multidisciplinario para el estudio del pensamiento político-militar de Hugo Rafael Chávez Frías [Centro de Altos Estudios del Pensamiento de Chávez] es apropiado además de necesario para el desarrollo de lo “bolivariano-socialista-nacionalista”.
La cuarte realidad objetiva y, por ahora, la última idea en proposición sería el diálogo de las realidades nacionales conjuntamente con las realidades internacionales con posibles, probables y reales incidencias en lo nacional-regional y local-nacional. Esta realidad se conjuga en varios y diferentes sub-conjuntos. A título de ejemplo podríamos precisar las realidades geo-social-económicas del estado Bolívar. Un otro ejemplo a señalar sería la extensa extensión marítima con sus propias características económico-estratégicas. Otro ejemplo que podría señalarse sería las relaciones socio-económicas y la transferencia de tecnologías en el escenario de las actuales y probables “zonas especiales económicas” de “tecnologías de punta” que podrían ser promovidas en regiones nacionales según el marco teórico-práctico que nos muestran las experiencias históricas realizadas en zonas como Shenzhen, Zhuhai, Kaoshung solo por nombrar algunas experiencias asiáticas. La experiencia socio-económica en Shanghai está concentrada, específicamente, en la zona de Pudong, región citadina donde se concentraba el denominado “lumpen-proletariat” adscritos al Partido Comunista Chino (PCCh) durante el proceso revolucionario chino (1920-1949), convertida, en la actual realidad, en lo que podríamos calificar como el contemporáneo “Wall Street” de Asia desplazando así a la propia ciudad de Shanghai cuando en aquellos tiempos históricos de los años 20 y 30 del siglo próximo pasado era considerada como la “Wall Street asiática” aún en el marco de la división citadina de la “Concesión Francesa”, la “International Settlement” y la propia ciudad socialmente china.
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