¿De quién sería la idea de hablar sobre el legado de Chávez, en momentos que había que balancear las elecciones del 7 de octubre? lo cierto es que se postergó dicho balance escudado en la enfermedad del presidente y su partida prematura.
Luego, aparece la discusión bien interesante sobre el legado del compañero presidente:
Una, impulsada desde la plataforma Patria Socialista con foros y debates de un grupo de compañeros de varias organizaciones, corrientes e individualidades que conforman dicha plataforma. Foros, conversatorios y discusiones, que estos compañeros han llevado a lo largo del territorio nacional, discusión bien crítica que permite tratar de ver la situación desde el barrio, la fábrica, la universidad y poder entonces construir políticas colectivas: si de verdad esta es la intención, creo sin dudas que vamos por el camino de la revolución.
Pero por otro lado, un grupo de funcionarios de la burocracia oficial, de diversos ministerios, gobernaciones, alcaldías y por supuesto del partido también vienen hablando del legado de Chávez, acomodando su discurso a sus intereses, de allí la gran manipulación. Manipulación que se da como una receta, el comandante dijo tal y tal y tal cosa que no tiene discusión, tratan de amarrar su inconsecuencia, burocracia y hasta corrupción con el legado de compañero presidente, mas, nos dicen que no es momento para la discusión ni el debate, que cuestionar la práctica burocrática y corrupta de los funcionarios del estado es darle la “razón” a la derecha, hasta un manual bien al estilo de la vieja ortodoxia “soviética” está apareciendo para tratar de ser los más “eficientes”(categoría relacionada con el tiempo y producción en la economía burguesa, en otras palabras, tiempo para la producción de plusvalía), o sea, ahora regresamos a la revolución de los manuales, bajo el pretexto del legado del compañero presidente.
Recuerdo de los "legados" son muchos: en la revolución rusa, el legado de Lenin se usó para justificar la persecución, la imposición, el silencio como arma de la burocracia y ya sabemos a que llegó dicha revolución. En China, con la derrota de la revolución cultural y el cerco al compañero Mao por la burocracia de Teng Siao Ping y luego su muerte, ya vemos en lo que terminó el gigante rojo, es el país con mayor explotación del trabajo, el reino de la maquila. Es por eso las alertas de cómo la burocracia siempre ha utilizado el legado para mantenerse en el poder y someter las corrientes críticas y revolucionarias.
De allí que la discusión del legado debe ir hacia los aportes que el compañero presidente, hijo rebelde de este pueblo, dio y que nos sirva para recoger los aportes del pueblo en lucha para afrontar el reto nada fácil que se nos avecina.
Otro planteamiento que quiero enunciar es, el de que se le viene dando al compañero presidente como comandante supremo; mucho cuidado, ya que nada es neutro en esta vida, que en definitiva es la que conocemos, este tratamiento de comandante supremo estoy plenamente seguro que el propio presidente lo hubiese rechazado.
Este planteamiento sobre los supremos tal vez crea roncha, picazón y hasta sarna, pero bienvenida la discusión revolucionaria, de eso se trata, ya que la utilización de dicha categoría filosófica estoy seguro que podría cuartar toda discusión.
Lo supremo está ligado a un DIOS fuera del alcance terrenal, que de su palabra nada se puede discutir y, por tal razón, esta categoría está asociada a elementos muy conservadores en las diversas religiones, pero también está ligada al extremismo de derecha, ya sea racial como los Ku Klux Klan, donde plantean la supremacía del blanco, o del fascismo con el discurso sobre la supremacía del gran líder o Führer o del señor Franco en España quien se declaró dictador por la gracia de Dios.
Debemos tener mucho cuidado con el endiosamiento del compañero presidente Chávez, para nada contribuye a la construcción revolucionaria.
Prefiero a ese coñito vendedor de arañas, al militar rebelde que se responsabilizó por el 4 de febrero, al hijo de este pueblo que asumió la dirección de combate y lucha, a ese hombre de carne y hueso, ¡coño! que cantó, lloró y luchó junto a nosotros y nosotras.
Prefiero a este compañero que estuvo junto a todos nosotros en un “tu a tu”, de igual a igual, que logró hacer de carne y hueso a Bolívar y a todos los libertadores, y que fue uno de sus grandes logros como conductor revolucionario, lo prefiero así que a un Chávez semidiós condenado a una estatua cagado de palomas, tal como el Bolívar, el Sucre, y el Urdaneta que nos enseñaron en las escuelas.
Si asumimos que todos somos Chávez, es que entendemos la terrenalidad del mismo, si somos Chávez entonces a luchar contra la burocracia, la corrupción, contra el estado burgués, si somos Chávez todos decidimos, todos convocamos, todos nos movilizamos todos somos poder, sino, no valió la pena haber tenido de conductor a ese gran líder que es y seguirá siendo el compañero presidente, el comandante Hugo Chávez.
Ni manipulación ni conciliación.
Hasta la victoria siempre.