¡Desorden vehicular y algo más!

"El peor de los pecados

que el ser humano puede cometer

es el actuar inconscientemente."

Sr_Jhonny_G

Estaba parado en una esquina, donde la afluencia de vehículos se asemeja a un desordenado camino de bachacos, cuando desesperados buscan la alimentación para el periodo de escases. En ese momento se me acercó un amigo saludándome prácticamente con una pregunta: ¿Qué paso estás contando los carros? Le di rápidamente la respuesta: “Estoy viendo la cantidad de carros, es una anarquía total y parece que no hay solución; todos los días se hace más grave el problema”. Está impresión la tengo en la mente, como el chip del celular; preocupado por la forma, como se viene tejiendo una verdadera maraña con el tráfico automotor. El amigo se quedó serio, pensativo, para después complementarla la respuesta ¡Y eso, que no se consiguen carros en las agencias!

Por donde usted se mueva - hágalo como mucho cuidado, porque lo pueden mandar al más allá- lo que se consigue es: carros, motos y peatones; un nuevo modelo de vida, con las cifras de muertos y heridos sumamente preocupante; lo que estamos viendo y viviendo en estos momentos es un verdadero desorden callejero sin precedente, con el peligro acechando a cada momento. La conciencia brilla por su ausencia, para tratar de paliar o contrarrestar la enmarañada situación de la calle.

Cuando conduces un vehículo, desplazándote hacia el trabajo o en alguna diligencia personal, tienes que tener mucho cuidado con la mayoría de los taxi, busetas o rapiditos, por la velocidad que le imprimen a las máquinas, trabajan contra el tiempo ¡cuidado en las horas pico!; si te detienes a esperar el cambio de semáforo –como debe ser- y tienes la mala suerte de quedar primero en la cola, prepara el pie en el acelerador, como en un gran premio de fórmula 1, porque apenas cambia, lo que se escucha es un concierto de cornetas y algún improperio de choferes acelerados, no sabemos, si, es propio del clima tropical o del estrés constante; se acabaron los paseos en las ciudades, no se escucha ahora ¡vamos a dar una vuelta, vamos a pasear! El respeto al conducir, se está perdiendo a ritmo impresionante.

En cualquier calle se encuentra a un imprudente mal estacionado; pequeños, grandes, nuevos o viejos vehículos los dejan atravesados; primero porque no hay donde estacionar y segundo las leyes de transito no hay quien las haga cumplir sin matraquear; es tanto el desorden, que alguien me dijo: “Los vigilantes de transito se escondieron”; la conciencia y el sentido común ha venido desapareciendo, lo que hace más traumática la difícil situación del problema automotor; parece que la mayoría de los ciudadanos salen del hogar, con la idea de hacer lo que les viene en gana, sin importarle que cada momento se enreda más, el buen desenvolvimiento en las calles y avenidas de las grandes ciudades.

En los últimos años se viene sumando, la nueva modalidad de hacer transporte los llamados: moto-taxi, un verdadero dolor de cabeza, aquí y en la China. La proliferación de estas máquinas o medios de transporte, se han convertido en unas verdaderas guillotinas, conducidas por algunas personas sin la mínima precaución y sensatez, sobre todo los que prestan ese “servicio”; muchos son vistos haciendo piruetas o malabarismos en la calle, dejando ver la poca conciencia ciudadana, significando un serio peligro para los peatones; convierten paradójicamente la solución del transporte en un problema de salud pública; en la mayoría de los pueblos y algunas grandes ciudades, empezando por la gran Caracas, donde, parece que no surte ningún efecto las medidas implementadas; queda muy claro: la colaboración de los usuarios, es parte de la solución.

Estamos claros, que antes la falta de un servicio de transporte masivo, cualquier implementación se convierte en una solución y a la vez en un paliativo al creciente desempleo. Todo esto, está relacionado al acelerado crecimiento de la población, producto del más poderoso afrodisiaco conocido hasta los momentos: la “televisión”, creando serios problemas en la población, con la impresión de no haber solución a corto plazo, por lo complejo en una sociedad capitalista como la nuestra, donde, la educación y concientización es secundario antes los graves problemas económicos, a pesar de los esfuerzos hechos por los gobiernos de turno.

Antes este drama de la vida diaria, lógicamente la prudencia, el respeto y la conciencia en su más alto grado, es la verdadera vía para frenar el desorden y a la vez tratar por todos los medios de crear un poco de armonía en la ciudadanía; de lo contrario nos esperan momentos muy duros, acelerando el ritmo de vida de los venezolanos. Podemos decir con absoluta seguridad ¡En Venezuela cabemos todos, pero en corto tiempo, los vehículos lo van a impedir, ya no hay espacio! ¡ESO, ES, EL CAPITALISMO SALVAJE!


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Narciso Torrealba


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