Para Luis Frito García

Si hubiere algo mas que agregar a un correo que me envió un buen hombre se los agradecería grandemente este es el correo en cuestión :

Mi estimado Patricio...

Tu pregunta sobre un “sistema justo” merece, desafortunadamente, una respuesta negativa de mi parte, porque la justicia, a mi muy limitado parecer sobre el tema, es “digital”, es decir, o existe como un todo o, sencillamente, no existe en absoluto. O es un “1” o es un “0”...

Así las cosas, basta que sólo haya una única persona que sea injusta para que sencillamente NO pueda haber justicia. Desafortunadamente, en filosofía, 99,99999999999999999999999999999999999999999999999999999999999...9999% no puede “redondearse” a 100%. Así de sencillo y así de triste.

Aún más desafortunadamente, así como bien dices que existimos personas que, con células malignas en nuestro organismo, podemos vivir años y morir de viejos, en la sociedad ocurre lo mismo y más aún: en toda sociedad, además de personas con “células malignas” también existimos personas con el “Mal” en nuestro interior y también con el “Bien”: en algunas hay más “Bien” que “Mal”, y en otras es al revés.

Si tienes conocimientos sobre filosofía oriental (China, en particular) habrás oído hablar del Yin y del Yan (las fuerzas “positivas” y “negativas” que rigen el Universo, y a quienes habitamos en él); si te fijas en el símbolo que lo representa (un círculo –símbolo asiático de la Suma Perfección- subdividido en dos regiones completamente simétricas, una normalmente representada de color negro y la otra de color blanco) verás que en la figura “negra” hay un pequeño círculo blanco, mientras que en la blanca hay un pequeño círculo negro: esto representa que SIEMPRE hay algo de “Bien” en el “Mal” y algo de “Mal” aún en el “Bien”.

La mayoría de las religiones también lo plasman mediante diferentes parábolas (en especial en las Monoteístas).

Un poco más recientemente, existe “Uthopia” (obra que, precisamente, le da el nombre y define lo que hoy en día denominados “utopía” para referirnos a algo ideal que no puede existir en el mundo real) de Thomas Moore... quien tuvo la mala ocurrencia de escribir una obra filosófica sobre un lugar imaginario (la isla Uthopia) en el que, precisamente, existía la igualdad entre todos sus habitantes, justicia y demás... Y digo que fue una “mala ocurrencia” porque lo escribió en tiempos de Enrique VIII quien, a pesar de la amistad existente entre ambos, ordenó la ejecución de Moore por proponer herejías terroristas que atentaban contra la “majestad” de la “Corona”.

En época contemporánea, en “Cien años de Soledad”, García Márquez repite tropicalizado el concepto de Uthopia, pero localizándolo en un pueblo que denominó “Macondo”

Lo lamento mucho, me siento culpable por manifestarte opiniones que afectan tu sueño... pero, sencillamente, es utópico...

En el mundo de la filosofía y de la política existe igualmente la utopía y los mejores exponentes son autores como el binomio Marx-Engels que plantearon el concepto (muy, pero muy mal, pésimamente, entendido) del Comunismo y, aún más utópico, el concepto (aún menos comprendido y mucho más vilipendiado) del Anarquismo propuesto por Bakunin (posterior, pero casi de forma contemporánea con la proposición filosófica del Comunismo).

Ningún país que dice haber implementado el Comunismo lo implementó jamás; sencillamente crearon una nueva monarquía falaz, en la que substituyeron al “monarca” (sea Rey, Reina, Emperador, Príncipe o lo que fuese) por una camarilla (o Politburó, en el mejor y “más amplio” de los casos) y, más comúnmente, un único caudillo como lo fueron Stalin o Brezhnev en la extinta URSS, Josip Broz (Tito) en la extinta Yugoslavia, Mao Ze Dong (en China, sucedido por su viuda... a la que juzgaron y condenaron por corrupción...), Pol Pot en Camboya, Fidel Castro en Cuba... y mejor paramos de contar porque corremos el riesgo de acercarnos a latitudes demasiado próximas...

Gobernantes que se proclamaron públicamente “Comunistas”, “Marxistas” o “Marxistas-Leninistas” jamás lo fueron, más bien hicieron todo lo opuesto a lo postulado por esos autores. El concepto de “marginal de porquería”, por ejemplo, no fue acuñado por ningún Capitalista o Neoliberal Salvaje, ni nadie por el estilo: fue acuñado por el mismísimo Karl Marx (claro, él lo hizo en alemán: “lümpen proletariät”, pero el significado es el mismo... desde TODOS los puntos de vista).

Marx despreciaba a quienes actualmente llamamos “marginales”; él JAMÁS escribió o pensó en el Comunismo sobre la base del “lumpen proletario” (como se mal traduce al castellano), sino que SIEMPRE hizo énfasis en los TRABAJADORES.

Con Bakunin y el Anarquismo, la cosa es aún más grave: si el Comunismo es utópico por definición, el Anarquismo lleva el término “utopía” al paroxismo máximo.

La casi totalidad de políticos, de analistas y de personas, consideran que “Anarquismo” significa caos, desorden, sabotaje, destrucción del Estado y cuanto símil y sinónimo puedas encontrar al respecto.

Nada más lejano a la realidad. Pero quienes así hablan muy posiblemente jamás leyeron a Bakunin y, de haberlo hecho, no entendieron absolutamente nada.

En muy pocas palabras, el Anarquismo se basa en el hecho de que el Ser Humano NO necesita de ningún gobierno que le dirija, no porque vaya a hacer lo que le de la gana y acabar con la Sociedad, sino porque se trata de un Ser Humano tan maduro, tan educado y tan competente, que, sencillamente, no necesita de nadie que le diga qué debe hacer, sencillamente porque él YA sabe lo que debe hacer, cómo, dónde, cuándo y por qué...

¿Has oído eso de que “los extremos se tocan”? Bueno, el Anarquismo es precisamente eso: como todo el mundo sabe lo que debe hacer y LO HACE, no hay necesidad de un Gobierno superior que dirija a la gente (“An”, prefijo negativo que denota la falta o inexistencia de algo; “arkos”, voz griega que significa “gobierno”)... sencillamente porque la gente se dirige a SÍ MISMA: es decir, es un gobierno tan grande e incluyente que es conformado por la TOTALIDAD DE LOS CIUDADANOS.

No es “falta de gobierno”, es un “gobierno colectivo y total” en el que TODO Ciudadano es parte tácita de él.

¿Te preguntas sobre la posibilidad de que exista un mundo “justo”?

¿Sabes porque las teorías filosóficas de Marx, Engels, Bakunin y otros filósofos del Siglo XIX fallaron?

Por las simplificaciones naturales al “modelar” una nueva sociedad.

Siempre “simplificamos” en nuestro mundo profesional: redondeamos los decimales que no nos interesan, al simular el comportamiento elástico de una viga asumimos que está hecha con un material homogéneo e isotrópico, y así vamos por la vida, simplificando las situaciones reales complejas, para convertirlas en modelos que representan “bastante bien” la realidad más compleja que, precisamente por su complejidad, resultaría imposible de analizar.

Moore, Marx, Engels, Bakunin, Taylor, Adams, Durhim, y otros, todos ellos simplificaron también sus modelos de “Sociedad” para hacerlos “mas manejables”.

¿Has leído a alguno de los autores que enuncié en el párrafo precedente? Si lo has hecho de forma consciente te habrás dado cuenta que todos ellos omitieron “los decimales” o despreciaron algunas “variables”, porque complicaban sus “ecuaciones” sociales.

Pues sí, hay variables que se descartan por omisión, sencillamente porque hasta se ignora su existencia; otras se descartan adrede, porque se ignora cómo afectarán el “experimento”...

¿Qué “decimales” omitieron??? ¿Qué “variables” despreciaron???

Nada menos que los SENTIMIENTOS y las PASIONES de los Seres Humanos: así logaron modelar Sociedades más sencillas y predecibles, donde todo el mundo es “intrínsecamente bueno” porque los “sentimientos” y las “pasiones” que generan envidia, odio, codicia, venganza y similares... han sido eliminados de la ecuación.

Entonces es perfectamente posible, es más es ABSOLUTAMENTE NATURAL, que tales sociedades resulten perfectas y JUSTAS por definición, es más, por antonomasia para ser más precisos.

El hecho es que en el mundo real, los Seres Humanos REALES tenemos esos “decimales” y “variables impredecibles”: nuestras pasiones, nuestras emociones, nuestros sentimientos, nuestras ambiciones, nuestros sueños... y todo eso, en personas moralmente débiles, produce desviaciones que vulneran la Justicia y, si tales personas llegasen a tener poder, la Justicia prácticamente podría dejar de existir.

Tu, mi querido Patricio, cuando señalas que te sustentas en razones biológicas, físicas, e ideológicas: estás simplificando el “modelo de Sociedad” tal como lo hicieron esos filósofos de los Siglos XVI, XVIII y XIX.

Puedo darte razones más poderosas basadas en la Termodinámica: extrapola, por ejemplo, el “Principio Cero” de la Termodinámica para reproducir cómo se comporta una Sociedad al estilo del “Hombre-Masa” de McLuhan.

¿Quieres complicarte un poco más?

Extrapola la Primera Ley: “Todo sistema, dejado libre, tiende a su Estado de mínima Energía”.

¿No es suficiente?

Vayamos a la Tercera Ley: “Todo sistema, dejado libre, tiende a un Estado de máxima Entropía (manifestación del desorden... lo aclaro por si acaso... Disculpa si ya lo sabías...)”.

Eso, mi estimado Patricio, es precisamente lo que la mayoría de las personas hacen, especialmente en sociedades desorganizadas o no estructuradas (como la nuestra, por ejemplo). ¿No me crees?

¿Cómo defines a un “marginal”? ¿Como alguien pobre?

Pues si es así estás muy, pero muy equivocado. La riqueza o la pobreza NO causan Marginalidad, sino que son su efecto.

No se es Marginal por ser pobre, se es pobre por ser Marginal.

¿Cómo definir al “Marginal"?

Hay mucho trabajo hecho al respecto, por lo que podrás encontrarlo fácilmente si lo buscas en Internet. Por mi parte lo defino más como un síndrome que como un concepto, es decir, una serie de “síntomas” que definen un “estado”.

Marginal, por ejemplo, es quien espera que sea otro quien le resuelva los problemas (ese “otro” puede ser un familiar, un amigo, un gobernante... o Dios... ¿de dónde crees que salió la frase de Marx según la cual “la Religión es el Opio de los Pueblos”: precisamente de que la Religión –o la Fe mal empleada- según él, le permite a los poderosos manipular a los más incultos e incautos para utilizarlos a placer, de ahí el desprecio de Marx hacia el “lumpen proletario”, serían marginales que se dejan manipular y controlar por los más poderosos, y más fácilmente a través de sus creencias...).

Marginal es quien tiene baja su autoestima y cree que no es capaz de logar resultados por su propio esfuerzo, es alguien que dejó de soñar, o que nunca soñó...

Podría proseguir con más “síntomas”, pero estoy seguro de que ya agarraste la idea...

Para que exista un mundo “justo” no deben haber Marginales: la existencia misma de ellos es el síntoma más evidente de la injusticia.

Los Marginales tienen un propósito fundamental para los políticos amorales: los Marginales son quienes sustentan a esos políticos y a sus regímenes.

Si las sociedades no tuviesen marginales en cantidades importantes, esos politicastros sencillamente no podrían existir porque serían borrados (políticamente hablando) por la propia Sociedad. Es más, ese tipo de politicastro, que usa la “política” para lograr sus metas personales, tampoco podría salir de una sociedad sin Marginales, sencillamente porque sabría de antemano que, con ese discurso y comportamiento, se ganaría el desprecio público y jamás podría hacer carrera...

No, mi apreciado Patricio, un mundo perfecto y justo NO existe y, muy probablemente, jamás existirá... y eso es muy bueno y muy positivo, porque personas como tu, como yo, y como quienes piensan y sienten como nosotros, tendremos siempre el anhelo, el sueño, el deseo, de lograr ese mundo justo y utópico, y nos alienta a vivir, a seguir soñando y a seguir luchando por alcanzarlo.

Si ese mundo “justo” y “perfecto” existiera nuestras vidas perderían un incentivo muy importante; revisa las estadísticas y te darás cuenta que, precisamente en las sociedades más avanzadas e igualitarias (tales como los países nórdicos en Europa) son aquellas con más muertes promedio por suicidio... ¿Por qué será? Se puede conjeturar lo que se quiera, pero la falta de tener que luchar por alcanzar nuestros ideales y la ausencia de sueños de mejorar el entorno pueden estar entre las causas.

No te desanimes, mi estimado Patricio: la situación real de la sociedad humana es lo que nos estimula precisamente a encontrar formas para mejorarla y hacerla más justa, más equitativa... ¿más humana, tal vez??? Quién sabe...

Un fuerte abrazo y mis mejores deseos...

Atentamente,

xxxxxxxxxxxx


esta parte final es de mi exclusiva gana.


Chávez vive, la lucha sigue
Hasta la victoria siempre.
hemos jurado vencer y venceremos.



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Patricio Silva


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