El proceso de refundación de la nación bajo la urdimbre y gesta bolivariana, contiene en el Plan de la Patria (2013-2019) la visión estratégica de trascender los valores mercantiles que en la propia dinámica explotadora de la globalización neoliberal aniquila la memoria, la identidad y la soberanía de nuestros pueblos.
Desde este contexto, nos insertamos en la naturaleza dialéctica de las relaciones internacionales, en la cual el movimiento y la interacción de las distintas partes que componen el todo de un hecho histórico, mantienen en esencia los antagonismos, contradicciones y desigualdades, propias de la naturaleza expoliadora del sistema económico capitalista.
Desde esta perspectiva, vale destacar que nuestra resolución de asumir el principio de autodeterminación, soberanía de nuestros recursos, solidaridad y espeto mutuo con los pueblos del mundo, nos convierten en “meollo geopolítico” colocándonos en el ojo del huracán de las grandes potencias por impulsar el quiebre de la división geográfica del trabajo, que reduce el escenario internacional a una simple relación entre países explotadores y países explotados, situación está que afianza la unipolaridad.
En este sentido, vale destacar que la obra del Libertador Simón Bolívar y del Comandante Hugo Chávez, “fungieron como el relámpago” en el campo psicofísico de la nación, propagando el impulso que viene redimensionando la lógica de las relaciones en nuestro continente afianzando la identidad Nuestra-americana y la multipolaridad como respuesta geopolítica, al movimiento de piezas que apuntan a la independencia en el ajedrez esferoidal.
Por tal Razón, resulta esencial leer los tiempos históricos y los desafíos geopolíticos de los acuerdos y alianzas (ALBA-MERCOSUR-UNASUR-CELAC-PETROCARIBE, entre otros) que deben tener como perspectivas y prospectivas, constituir un nuevo polo de poder que contribuya a fortalecer el equilibrio de las relaciones internacionales, para afianzar bajo la autodeterminación y el respeto mutuo un mundo más justo en el que geográficamente predomine la multipolaridad.
En síntesis, desde el plan de la patria la política exterior constituye un ajedrecístico juego de posiciones que tiene como finalidad seguir acariciando y consolidando el tan preciado bien de la independencia, pero sí algo debemos tener en cuenta es que las fuerzas hegemónicas y los intereses del capital trasnacional, no se encuentran de brazos cruzados mientras nosotros forjamos el camino de la soberanía, vale destacar las distintas amenazas que constantemente deben librar nuestros pueblos y por ello, debemos estar atentos a los intereses hegemónicos del imperio hacía la fachada del pacífico del continente Suramericano, cuyo único punto de resistencia geográfica es Ecuador, situación que puede afectar los intereses colectivos de la región.
“La integración latinoamericana y la multipolaridad, representan una hábil respuesta geopolítica a la unipolaridad”…