“Socialismo es que nadie tenga tanto como
para hacer arrodillarse a otro ante él,
ni que nadie tenga tan poco como
para tener que arrodillarse ante los demás."
Alfonso Guerra
En los 35 años, que estuve vendiendo con gran pasión revolucionaria el órgano informativo del Partido Comunista, siempre me encontraba un señor, detrás de un mostrador de su bien surtida bodega; me compraba el periódico, lo leía con mucho interés, me comentaba alguna tema todos los viernes, cuando recibía el semanario; algunas veces llegaba al extremo de encender largas discusiones, sentía que le tocaban sus intereses; creía en todas las falsedades pregonadas contra el socialismo; sin embargo mantenía un gran respeto hacia mi persona, nunca lo escuché pronunciar una mala palabra, tampoco demostró ese odio visceral muy común en estos tiempos.
Han pasado varios años, el señor se enfermó, los hijos y los tratamientos dejaron el negocito en las tablas; se mantiene activo a pesar de los achaques de la edad. En días pasados me lo encontré en una esquina, al verme se me acercó muy eufórico, saludándome con una franca y sincera sonrisa, para después dejar escapar el miedo manifestado años atrás; parecía un líder de la oposición: “Bueno compañero no veo el socialismo por ninguna parte; se murió el comandante Chávez, y todo esto es lo mismo de siempre: el capitalismo; usted, sabe más de eso que yo, se lo pasaba hablando; han beneficiado al pueblo, pero la esencia es la misma”.
Después de escuchar estas palabras, nos despedimos de manera muy cordial. Esa rápida conversación terminó de alborotar en mi conciencia, la preocupación de un error: seguir aseverando que estamos viviendo en socialismo, cuando la real, lo palpable es un capitalismo salvaje, con los monopolios manejando la economía en detrimento de las grandes mayorías; este desacierto es muy bien utilizada y disimulada por los enemigos del proceso venezolano, incluso por falsos revolucionarios, que se han enriquecido.
Estoy de acuerdo en algunas apreciaciones de este señor, conocedor del comercio, cuando todavía había cierto respeto por los consumidores y los márgenes de ganancias, solamente daban para vivir y en el mejor de los casos, crear alguna fortuna, cuando se asomaba el ocaso de la vida; su razonamiento tiene una enseñanza; cuando hablamos y repetimos hasta la saciedad, que en nuestro país estamos viviendo en socialismo, solamente estamos dándole a los enemigos del gobierno, una arma muy poderosa para atacar, con la cara, como unos auténticos “angelitos”, haciéndose los desentendidos de casi todos los males de esta sociedad, creados por ellos mismos; algunos se han complicado en este periodo por circunstancias, que no voy a tocar en esta oportunidad.
La mayoría de los economistas de la derecha venezolana, incluyendo a un columnista araureño; crítico permanente del gobierno, escribe todas las semanas, tiene material de sobra para editar un libro con argumentos por demás trillados, rara vez se encuentra en sus artículos la palabra: capitalismo; su ataque ideológico es contra el socialismo, cuando todos sabemos, que en nuestro país no vivimos esa etapa del desarrollo de la humanidad; existe un gobierno con una férrea voluntad de lucha, para tratar de frenar la desigualdad social y por ende acabar con la pobreza y el hambre, como lo hizo saber el Presidente Nicolás Maduro, al recibir el reconocimiento de la FAO en la organización de las naciones unidas para la alimentación y la agricultura.
Los ideólogos del capitalismo siempre aparecen con la cartilla en la mano, señalando los graves problemas de nuestro país, para achacárselos a este experimento venezolano; ellos saben que las bases económicos de este sistema están intactas; la explicación es muy sencilla: el modo de producción de los bienes materiales basado en la propiedad privada capitalista sobre los medios de producción y la explotación del trabajo asalariado siguen dominando en nuestro país; así gritemos a todo pulmón de vivir en socialismo; son los sustentos elementales del gran capital.
Queremos crear esa etapa avanzada de la sociedad, donde la conciencia juegue un papel fundamental para la solución de grandes males; muchos ponen como ejemplo a la hermosa tierra Cubana, para denigrar del socialismo; demuestran su mezquindad, acompañada de una enfermiza mediocridad; “olvidan” la dignidad de un pueblo con grandes avances en educación y salud sin recursos importantes, incluso con graves problemas hidrológicos algo tan vital para el ser humano.
El avance venezolano, es reconocido en todo el mundo; pero con muchos enemigos ansiosos por llevarnos a una etapa superada, muy tenebrosa por la represión; los soluciones a necesidades fundamentales del ser humano como son la vivienda, la salud y la educación no se pueden ocultar; sin embargo el capitalismo se encuentra en plena efervescencia en nuestro país, como lo demuestra el acelerado consumismo, una verdadera contradicción con la economía socialista.
Narciso Torrealba