El compañero presidente Maduro anunció el día 4 de Agosto algunos de los candidatos que representarán como opción revolucionaria, en las elecciones municipales del próximo 8 de Diciembre.
En dicho anuncio manifestó la decisión, que hasta ahora no sabemos si fue personal o de la cúpula del partido más grande de la Revolución de proponer a quienes han sido proclamados como candidatos.
En este sentido bien vale recordar algunas declaraciones del primer vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello, donde manifestaba la voluntad de permitir la participación de las bases en la escogencia de los candidatos, en este sentido, se llegó a hablar incluso de realizar unas primarias para dicho propósito (http://www.vtv.gob.ve/articulos/2013 /01/28/psuv-explica-los-requisitos-para-optar-a-las-diferentes-alcaldias-del-pais-6971.ht ml); en otras se aseguraba que sería aplicado un método que permitiera la participación del pueblo en tales disposiciones, o por lo menos de verdaderos líderes de base que transmitieran las justas aspiraciones que los venezolanos simpatizantes de la revolución tuviéramos en cada municipio del país. (http://www.psuv.org.ve/portada/cabello-llama-a-unidad-fuerzas-chavistas-para-candidaturas-a-elecciones-municipales/).
Sin embargo, por lo menos con este anuncio inicial del presidente Maduro, lo que se distingue es la vieja y muy adeco-copeyana práctica del dedazo para designar a los candidatos de la Revolución que aspirarán a dirigir nuestros municipios.
En una de esas declaraciones, el compañero Cabello expresaba que la escogencia de candidatos y candidatas a alcaldes y concejales no se convierta en una guerra para ver quién es el candidato o candidata, y cuando se escojan los candidatos, ese sea el candidato o candidata de todo el pueblo chavista para la victoria contundentehttp://www.psuv.org.ve/portada/cabello-llama-a-unidad-fuerzas-chavistas-para-candidaturas-a-elecciones-municipales/).
Puede que sea justo alegar que la coyuntura política del país obligue a tomar una medida de este tipo para algo que es estratégico, tomando en cuenta la terrible batalla contra la desestabilización que el gobierno tuvo que enfrentar luego de la victoria del 14 de Abril. Pero resulta curioso que algunos de los candidatos anunciados tengan como patrimonio político una carrera farandulera en lugar de una trayectoria dedicada al servicio público. Evidentemente que eso no necesariamente desmerita las aspiraciones e intenciones que tengan cualquiera de los postulados hasta ahora como candidatos para algunas alcaldías, pero, me van a decir que el potro alvarez se va a parar en la Dolorita, e invita a chino y nacho para cantarle a los petareños: bla, bla, bla, atiéndele el telefonoooooono seas malvada con el potrooooo!! y se van a resolver los problemas que aquejan a ese populoso y en extremo estratégico municipio? Allí por cierto, no damos pie con bola desde el desastre que dejó nuestro hoy flamante viceministro de seguridad ciudadana, José pepe Rangel. Así podemos perder espacios que la revolución debe conservar o conquistar.
Entonces ¿que privó para la escogencia de algunos candidatos? En una de sus últimas intervenciones el comandante Chávez proclamaba el socialismo en el siglo XXI que aquí resurgió como de entre los muertos es algo novedoso; tiene que ser verdaderamente nuevo, y una de las cosas esencialmente nuevas en nuestro modelo es su carácter democrático, una nueva hegemonía democrática, y eso nos obliga a nosotros no a imponer, sino a convencer, y de allí lo que estábamos hablando, el tema mediático, el tema comunicacional, el tema de los argumentos (http://www.minci.gob.ve/wp-content/uploads/downloads/2012/11/GOLPE-DE-TIMON-23-10-12-Web.pdf).
Entonces, ¿dónde están los ARGUMENTOS para IMPONER unos candidatos que para un sector del chavismo honestamente no convencen? Donde están las prácticas que conviertan a este socialismo si es que es eso lo que realmente pretende construir la dirigencia bolivariana- en algo auténticamente nuevo y democrático?
Da la impresión de que para las venideras elecciones tendremos que estar pendientes de los Premios Ronda u otra palurdez parecida, para conocer a los laureados de la farandulería nacional y adivinar cuál de ellos será el ungido con el mágico dedo de la selección revolucionaria.
Parece que en lugar de sopesar las verdaderas aspiraciones populares, la opinión del pueblo, así como la trayectoria dedicada a la acción social y política que mucho dirigentes de base pueden tener (y los hay); vale más cuán chévere aparezcas ante las cámaras de televisión, cuantos hits musicales logres en la cartelera del top ten record report (oh my god!, o sea!) o cuán pegado a un chivo grande estés para que te den un chance de estos y logres encamburarte en un cargo de elección popular. En ocasiones este tipo de comportamientos pareciera perseguir aquello que Pedro Duno denunció en su inmortal obra Los Doce Apostoles: no solamente es esta la forma de perjudicar al pueblo oprimido como consecuencia del reordenamiento. El costo político e ideológico es importante. La desorientación, el desarme ideológico, la claudicación crecen y germinan en el seno de las organizaciones de masas. La lucha de clases toma aspecto profundos e imprecisos, se desvirtúa el sentido de los conflictos, se golpea en lo más hondo a la izquierda (pag. 38).
