¿Y por qué no los decimos, si somos periodistas?

Si hay algo que ha sido discutido en la mayoría de las reuniones de las diversas manifestaciones de periodistas y comunicadores, ha sido ese terrible problema de la información y comunicación en esto 14 años de revolución.
Todavía solemos recordar cierta oportunidad en la que el fallecido general Müller Rojas, hizo referencia a que el Psuv no debería tener una fracción de periodistas a la usanza de los partidos de la IV república. Pareció eso bastar para que hubiese una dispersión entre los periodistas identificados con la revolución y así nacieron los más variados grupos de periodistas y comunicadores que hoy tenemos.

Quizá esa dispersión –con menos ideología que otra cosa- es la que ha impedido que se ejerciera la mas sencilla comunicación dirigida a las personas para que entendieran el curso de la revolución, expectativas, esperanzas y posibilidades claras y precisas.

A partir del mediodía de ayer, tuvimos un ejemplo apreciable de los enredos en los cuales metemos a la revolución y donde el único que explicó lo acontecido en materia del problema eléctrico de ayer fue el ingeniero y ministro de Energía, Rafael Ramírez. Mientras los opositores de siempre, personajes sin calibre espiritual y de conciencia, vociferaban y sacaban las cuentas malas como siempre.

Nada tiene de particular la cantidad de entrevistas que hicieron los colegas identificados con la revolución bolivariana. ¡Nada de eso! El problema –fundamentalmente periodístico- tiene que ver con lo poco que explicamos las cosas.
La mayoría parece haber ignorado algo tan sencillo como es el por qué, esa pregunta ingenua que suelen hacer los carricitos, casi sin parar, cuando comienzan a hablar y que luego encontramos como parte de la famosa fórmula de Harold Lasswell que conocimos en la Escuela de Periodismo de la Universidad Central de Venezuela, UCV.


Sin entrar en un análisis “sesudo”, como los de la oposición Ramírez Carreño lo dijo así tan sencillo y sin complicaciones. Dijo que los equipos de generación y transmisión de electricidad en las distintas estaciones y en organizaciones como Pdvsa, valga el caso, cuando ocurre una falla como la acontecida, automáticamente se desconectan como una medida preventiva hasta que el problema es subsanado. Posteriormente son reiniciados y de allí que alcanzar la total normalidad es un asunto de tiempo.

¡Así de sencillo!

Vendrán después las investigaciones hasta determinar lo ocurrido, pero eso es harina de otro costal. Lo importante no es solo que los ministros y demás funcionarios informen y hablen de las medidas que toman, sino que alguien diga cómo ocurren las cosas, ese necesario por qué.


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Pedro Estacio


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