Nos encontramos profundamente preocupados porque pareciera que las izquierdas criollas, en un número importante, aún no se han enterado que estamos incursos en un proceso revolucionario y que este proceso revolucionario es bolivariano con sus propias características, únicas y profundamente diferentes a otras experiencias revolucionarias que se han presentado en la Historia Universal cuando nos referimos a una experiencia revolucionaria que está en su praxis en profunda confrontación con los paradigmas que sustentan el sistema capitalista aún y considerando que el proceso de cambios profundos revolucionarios es un proceso de permanente perfectibilidad y contradicciones permanentes que los líderes de nuestra revolución bolivariana deben asumir con todas y cada una de las consecuencias consecuenciales que el propio proceso revolucionario les obliga inevitablemente. En ese orden de ideas, debemos precisar que la “Revolución Bolivariana” conceptualmente está por encima de las elecciones de candidatos a alcaldes y otras figuras legislativas a ser elegidas durante el proceso comicial que se desarrollará el día 8 de diciembre del 2013. Es decir, que la Revolución Bolivariana es la causa y los candidatos son las consecuencias con lo cual es obligante para todos y todas los candidatos y las candidatas no solamente asumir el conocimiento en su contenido e implícito en el “campo de las ideas revolucionario-bolivarianas” sino asumir, responsablemente, qué significa en toda su esencia la Revolución Bolivariana que es nacionalista, chavista y socialista. La Revolución Bolivariana es “la revolución venezolana socialista”, estúpido! En ese marco referente, debemos precisar que todos los movimientos revolucionarios tienen, obligatoriamente, asumir las responsabilidades conceptuales contenidas en el marco ideario bolivariano, socialista y chavista con lo cual las tendencias europeizantes deberán asumir con humildad y claridad ideológica que este proceso revolucionario venezolano bolivariano puede aprender y aprehender de experiencias históricas y externa a nuestra geografía pero que debemos sustentar nuestra Revolución Bolivariana debe asumirse como la revolución nacionalista e histórica que está impresa en libros y pensares de historiadores.
El Presidente Maduro Moros ha expresado públicamente opiniones sobre la unidad de las fuerzas revolucionarias y las elecciones del 8-D (2013). Es de toda lógica que Nicolás Maduro como líder de la Revolución Bolivariana eleve su pensar y, probable, inquietud sobre la necesidad de alcanzar la unidad revolucionaria ante un hecho histórico tan importante como las elecciones del 8 de diciembre del año en curso. Ello nos lleva a varias preguntas que debemos poner sobre el tapete para su discusión en este periodo de tiempo que circula desde este mes de septiembre hasta el propio día de las elecciones para elegir alcaldes y representantes populares a instituciones correlativas del Estado venezolano.
La primera pregunta que nos les elevamos para sus conversas sería inquirirnos porqué es necesaria la unidad revolucionaria para, precisamente, estas elecciones arriba referida y porqué cada grupo revolucionario no convendría para el proceso revolucionario que presentara candidatos propios sin negar los derechos objetivos de cada expresión político-partidista de presentar sus propios candidatos pero, en considerando que estamos en un proceso revolucionario que en si mismo implica realidades y obligaciones revolucionarias que impulsan a poner los objetivos fundamentales de la Revolución Bolivariana por encima de los objetivos político-ideológicos partidistas. Es decir, debemos poner la “causa por encima de las consecuencias”, sencillamente, porque estamos en revolución.
La segunda inquietud que elevamos a su consideración es por qué se presentan contradicciones que impiden la unidad revolucionaria en los actuales tiempos históricos revolucionarios y cómo inciden esas decisiones a favor del proceso contra-revolucionario en considerando que ese proceso contra-revolucionario se enmarca en dos (2) objetivos político-ideológicos concretos: el mantener el sistema capitalista venezolano y conjugar ese capitalismo venezolano con las decisiones globales de reingeniería global que viene realizándose en el capitalismo-imperialista mundial en las realidades en curso como y a título de ejemplo podríamos señalar a la “nueva política Obama” (JVR dixit); la “Primavera árabe” en todos sus escenarios pasados y presentes como, por ejemplo, el “caso Siria”; la neo-colonización de África; y las “nueva división internacional del trabajo”, el “neo-neo-colonialismo” y “neo-distribución del Capital mundial” como se observa en los actuales movimientos financieros mundiales donde el “lavado de dinero” proveniente del mercado de estupefacientes tiene su importancia vital. Ello no excluye la realidad-real de los nuevos paradigmas del consumo y la neo-ideología capitalista; es decir, la promoción de la democracia representativa como base fundamental para accionares militares invasivos en países en desarrollo sean islámicos sean latinoamericanos.
La tercera inquietud y pregunta es por qué es necesario y eminente el análisis que se debería realizar sobre un concepto de “lucha de clases” que “causa urticaria” en las huestes ideológicas de las derechas no solo nacionales sino continentales americanas fundamentalmente conociendo las actuales realidades de expresiones sociales y revolucionarias de diferente tipo que se vienen desarrollando en el continente americano incluyendo por su inevitabilidad el proceso de crisis social que se viene expresando a lo interno de la sociedad estadounidense no así, aparentemente, en la sociedad canadiense. El concepto de “lucha de clases” no solo debería ser la base fundamental de análisis de lo social-revolucionario sino, al tiempo e inevitablemente, en el entorno social de las derechas venezolanas y sus contradicciones de clases que la Revolución Bolivariana aún no ha explotado revolucionariamente; es decir, los ideólogos de la Revolución Bolivariana poco y/o nada se han expresado en las contradicciones internas de clase que se vienen manifestando a lo interno de la MUD exceptuando las constantes referencias que nos comunica José Vicente Rangel Vale en “los confidenciales” en su programa dominical: “José Vicente hoy” como en su columna en “Últimas Noticias” titulado: “ElEspejo” en los días lunes. En esa línea de análisis en lo referido al curso revolucionario de los cuerpos -sub-conjuntos- sociales que se adscriben al proceso revolucionario chavista cabe elevar la pregunta sobre las objetivas contradicciones que se están presentando en lo etno-social-revolucionario, lo temporal-obligante-histórico y las diferentes ideologías que están en curso en el mundo revolucionario bolivariano.
En ese curso de pensamiento, la Historia de Venezuela “está bañada” de hechos históricos que nos enseñan que la “lucha de clases” siempre ha estado presente en nuestro proceso de crecimiento como estado, país, nación; por ejemplo, los textos sobre Boves, el asturiano; el concepto clasista del “Juan Bimba”; los denominados como “pata-en-el –suelo”; la realidad socio-histórica del “pie en la cocina”; las políticas sociales tanto hogareñas como gubernamentales; las políticas adeco-copeyanas de la “cabilla, el techo de zinc y las cabillas”; las “casas de bajareque”, la bodeguita y el conuco; las expresiones expuestas en “Las lanzas coloradas”; los racismos expresados en Acción Democrática y Copei durante la 4ta. República y aún actualmente en el marco referente de la MUD; las visiones sobre los pueblos originarios venezolanos. En el actual proceso revolucionario se han expresado en contrario manifestaciones de racismo abierto y subliminal de carácter social que se está desarrollando en vías que son obligantes poner en reflexión ideológica que, quizás, han influido en el carácter unitario revolucionario vista el 8-D.
Es probable que lo inmediato anterior “levante ronchas” sico-sociales pero sí no objetivamos al proceso revolucionario nacionalista, chavista y socialista en toda su globalidad frente al “salto adelante criollo-revolucionario” que obliga la fecha del 8-D como proceso catalizador de la Revolución Bolivariana podría afectar seriamente el propio proceso revolucionario chavista en su mediano plazo con severas e importantes consecuencias a largo plazo que nos podría llevar a enfrentamientos violentos sociales como los impulsados por el imperialismo yanqui en el norte de África, en Siria, en Afganistán, Paquistán, el Cuerno de África y sus intentos en Bolivia, Ecuador, Venezuela. Es decir, no solamente es obligante confrontar objetivamente las contradicciones ideológicas que están presentes en el amplio arcoíris revolucionario actual en Venezuela, necesario y obligantes, sino que ese arcoíris, en nuestro criterio, no está confrontando no solo las contradicciones inter-clases sociales, es decir, las contradicciones entre los sectores sociales revolucionarios y los sectores sociales contra-revolucionarios sino también se presentan a lo interno del propio proceso revolucionario chavista, actualmente, fuertes contradicciones que están erogando el propio proceso revolucionario socialista. A descargo de esa objetiva realidad debemos exponer que los procesos históricos de cambios sociales no se expresan inmediatamente pero sí es obligante confrontar las contradicciones en esas contradicciones.
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