En la categoría desarrollo, el movimiento está sujeto a las leyes de la dialéctica, que contienen en su esencia el impulso emancipador para transformar la inherente explotación que la naturaleza del sistema capitalista impone a nuestras sociedades, en la cual no se dota a los hombres, de los medios para captar los distintos procesos de aprehensión de la realidad por sí mismo, convirtiendo el capitalismo a la ciencia en un instrumento de dominación que fragmenta el pensamiento, generando desconexión y aislamiento de las partes que componen la realidad, situación que tiene como resultado según Kosik “ una praxis fetichizada que abre paso a la pseudoconcreción”.
En consecuencia, los procesos de alienación y explotación económica, en el marco de la dinámica capitalista deben ser estudiados y aprehendidos en todas sus dimensiones, motivado a que es en las desigualdades y contradicciones propias de la naturaleza del sistema económico, donde la división internacional del trabajo, el desarrollo desigual combinado, las ventajas comparativas y la maximización de las ganancias, conforman como leyes del sistema un conjunto de asimetrías territoriales, que imprimen una dinámica de distribución y apropiación desigual de la riqueza, contribuyendo así, a la reproducción de la pobreza.
Está realidad, yuxtapone un entramado de procesos históricos que mercantilizan todos los aspectos de la vida humana, proporcionando el contenido sobre el que toma forma la sociedad del consumo, apoyada en las falsas representaciones sociales que alimentan la pseudoconcreción, a la que Kosik, Karel define como: “un claroscuro de verdad y engaño. Su elemento propio es el doble sentido. El fenómeno muestra la esencia y, al mismo tiempo, la oculta.” En esa misma dirección actúan las sombras culturales sobre los cuales los medios de dominación del capitalismo irradian al carácter de los hombres.
Por tal razón, es en la destrucción de la pseudoconcreción que la perspectiva dinámica de la apariencia-esencia que guardan los fenómenos, nos permiten en el desarrollo forjar el camino hacia la totalidad concreta, que en palabras de Kosik, Karel: “Significa un proceso indivisible cuyos elementos son: la destrucción de la pseudoconcreción, es decir, de la aparente y fetichista objetividad del fenómeno, y el conocimiento de su autentica objetividad; en segundo lugar, el conocimiento del carácter histórico del fenómeno, en el cual se manifiesta de manera peculiar la dialéctica de lo singular y lo general humano; y por último, el conocimiento del contenido objetivo y del significado del fenómeno…”