El olor a azufre recorre al mundo árabe y a Venezuela

“Este mismo lugar, ayer estuvo el Diablo… Y todavía hiede a azufre”, así introdujo su discurso en la ONU, reunida en Asamblea general, Hugo Chávez Frías, cuando le toco intervenir en ese escenario mundial. Y en efecto, el día anterior había intervenido el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama. Y aún después del aquel discurso encendido de Chávez, el olor maloliente del azufre se encuentra en los países árabes, especialmente en Siria, en estos momentos, y porque no decirlo, en Venezuela también, contaminando el ambiente para dar el zarpazo. Así trabajan y actúan ellos. Los gringos, los que se creen, en el siglo XXI que siguen siendo los dueños del mundo. Aún no han despertado de ese sueño. Pero la realidad les va a dar en la cara.

En el caso de Venezuela, eso se venía venir. La derecha amarilla y apátrida. La burguesía nacional y su brazo derecho Fedecámaras, todos bajo los lineamientos del Departamento de Estado, de los Estados Unidos. El plan arrancó meses antes de las elecciones del 14 de abril. A partir de esa fecha han acelerado las acciones tendentes a desestabilizar al país. Lo han intentado atacando a la industria eléctrica y a Petróleos de Venezuela, y, por donde más le duele a los venezolanos, por los alimentos de la cesta básica. Recuerden ustedes, lectores de Aporrea, que el imperio tiene varios planes en cartera, y los ponen práctica antes de proceder con el último plan: la intervención directa con sus marines.

El imperio cuenta, en el caso venezolano, con sus quintas columnas dentro de la propia cúpula del gobierno venezolano. Ellos se mueven como pez en el agua. Informan a sus amos. Y tratan de hacerle el mayor daño posible al gobierno, desde sus trincheras donde aparecen con sus limpias camisas rojas y sus gorritas del 4-f. Esos son más peligrosos que la derecha que trabaja abiertamente a través de sus medios de comunicación y sus “expertos” que tienen acceso a esos medios para mentir y mentir y desdibujar toda acción positiva del gobierno nacionalista y revolucionario de Nicolás Maduro. Esa quinta columna existe. Actúa con libremente y terminará por hacer mucho, pero mucho daño al proceso que nos legó Hugo Chávez Frías.

La guerra económica está en plena marcha. Los voceros de la derecha tienen tribuna abierta en los diarios El Nacional y el Universal, fundamentalmente. A ellos se unen, tenuemente, algunas televisoras, y, por supuesto, los diarios del interior, que, en su mayoría están cuadrados con el plan, consciente o inconscientemente. Es guerra cuenta con muchos, pero muchísimos dólares. Si el imperio invirtió suculentas cantidades de dólares en el caso chileno, aquí las cifras se sextuplican, ya que aquí, en la Patria de Simón Bolívar y de Hugo Chávez están las más grandes reservas de petróleo del mundo , así como enormes reservas de agua, ambos productos de la madre naturaleza son apetecibles por el imperio estadounidense para su sobrevivencia, y mantener la industria de armas que utilizan directa o indirectamente para agredir, para asesinar y someter a otros pueblos, para robarles sus riquezas naturales.

La guerra económica contra Venezuela se veía venir, ante los fracasos de la derecha por alcanzar el poder a través del voto. Fíjense ustedes que el nuevo presidente de Fedecámaras, Jorge Roig, todavía no ha calentado el sillón de su despacho, cuando ha sacado las garras a favor de la desestabilización económica, y, por ende, a favor del golpismo. Le observo el mismo camino que transitó los Carmonas que han pasado por ese cargo de la cúpula empresarial del país. Los empresarios se quejaban de que no les daban los dólares. Ahora le abrieron el chorro. Pero aún sigue la escasez. Los organismos del Estado no se dan abasto para contrarrestar el acaparamiento y el aumento brutal de los precios. Cada quien, pequeño, mediano o grande comerciante, está haciendo su agosto, haciéndole el juego a quienes sí saben lo que están haciendo, desde el corazón del imperio.

Lo he sostenido ante amigos, y en algunos artículos, la revolución, quiérase o no aceptar, por parte de algunos dirigentes del PSUV, nuestra revolución está acorralada, por primera vez, después de 14 años. Algunas mentes pesimistas no le ven al gobierno el método que puede contrarrestar esta embestida de la derecha, desde varios flancos. Y, lamentablemente, debemos decir con Marx que a la burguesía no se le puede derrotar sino es a través de una revolución. Marx cuando habla de revolución está hablando de una verdadera e inequívoca revolución. No existe, históricamente, otro medio de vencer a este monstruo. Aceptémoslo o no, esa es la pura verdad. La teoría y la praxis no se equivocan en esos asuntos. Por eso algunos vemos a nuestra revolución acorralada. Veremos.


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Teófilo Santaella

Periodista, egresado de la UCV. Militar en situación de retiro. Ex prisionero de la Isla del Burro, en la década de los 60.

 teofilo_santaella@yahoo.com

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