No llores carajo, me digo. Y altanera, me respondo: Cómo no voy a llorar si tengo el corazón encogido de dolor.
4 de octubre del 2012: Apretujada, entre millares de este pueblo bello, trataba de acercarme a Él.
Chaparrón de agua del San Francisco, bendita con su presencia.
Nuestros brazos alzados agitando las manos, nuestra risa, nuestros cantos: Un amor desenfrenado.
Aquel día, nos mostraste la gigantesca sabana de tu pecho cimarrón, peleaste con los mil demonios Y DE NUEVO LOS VENCISTE, Padre Hugo. Porque tu sabes Chávez, que hiciste tronar los cielos.
¡NO TE TRAICIONAREMOS, NUNCA JAMÁS!!!