El vicio más vergonzoso de todos,paramí,
es disfrazar los propios pensamientos
Esquilo
En una reunión de amigos con distintas posiciones políticas, se prendió una discusión de las que nunca faltan; las partes estaban casi pareja, pero la bullade los opositores copaban la escena; no se escuchaba hablar de elecciones, ni nada parecido, el tema candente era: la situación del país, por supuesto da para hablar, porque las alarmas están encendidas en las mentes de los que no ven, sino hasta donde llegan sus intereses personales. La disputa bajaba y subía de tono sin romperse la camaradería; de repente empezó uno de los antichavistas a lanzarle elogiosal fallecido Presidente Chávez, no se le oía una palabra en contra; seguidamente dos o tres repetían lo mismo con tanta naturalidad, que parecían militantes convictos y confesos del PSUV, solamente les faltaba la franela y la gorra rojacon el rostro del comandante.
La conversación no cesaba, cada momento agarraban más fuerza los opositores,no paraban de resaltar a Chávez, sorprendían con su manera de hablar, faltaba poco, para que pronunciaran una expresión gritada con mucha euforia por un chavista y fanático del equipo Caracas ¡Chávez, tenía un solo defecto:eramagallanero!Un señor, pequeño de estatura, pero gigante de pensamiento como el comandante, se levantó de una silla muy serio, impulsado por lo que estaba escuchando repetidas veces, rápidoempezó a fustigar con sus palabras, semejantesalos latigazos verbales de Jesús de Nazareth ¡Ustedes son unos hipócritas!; luego seacercó al que parecía tenerle más confianza, le colocó el brazo izquierdo en la espalda,dándole en la cabeza con el dedo índice de la mano derecha ¡Dígame este, hasta hace poco, hablaba peste y barbaridades de Chávez, y ahora falta poco, para que lo compare con José Gregorio Hernández!
Desde ese momento, todo cambió en la reunión, se empezaron a ver caras con algunas risas involuntarias; algunos se hicieron los desentendidos al oír unas verdades cantadaspor un hombre del pueblo con las mismas necesidades, pero consciente del momento que estamos viviendo. Uno de los señaladospor las falsas alabanzas,no daba la cara, agarro una cervezasin levantar la cabeza, exclamando con una tímida sonrisa ¡Mira el comandante tiene quien lo defienda!
La reyerta lentamente se fue apaciguando, convirtiéndose en un verdadero monologo; solamente hablaba eldefensor del comandante,las palabras le fueronfluyendo, como un sacerdote dando la misa dominical,convirtiéndose en el protagonista principal, desenmascarando a los que hasta hace poco, lanzaban las alabanzasmuy bien pensadas.El señor finalizó con una voz muy pausada: “Ustedes, hasta hace poco solamente hablaban mal de Chávez, llegando algunos alextremo de desearle la muerte y después de su lamentable fallecimiento, no se cansan de elogiarlo; hablen claro, están cometiendo un error imperdonable”La reunión terminó con una franca muestra de amistad, pero antes se le escuchó decir a uno, quien había pasado totalmente desapercibido¡Esta gente si aprendió con Chávez!
Este felizdesenlace, como verdaderos pensantes, nos deja una gran lección: la defensa con la verdad esel más poderoso argumento para enfrentar a los farsantes.Este revolucionario por convicción y no por ambición,les quitó la careta a unosfariseos de esta época, tan parecidos a los enfrentados por Jesús de Nazareth en su tiempo; opinan de acuerdo a los ritmos de la situación económica; para ellos no sirve Nicolás Maduro; todas las barbaridades inventadas contra Chávez, las vienen volcando contra un Presidente, que solamente está empeñado en tratar de hacer menos pesada la cargade los pobres y desposeídos a pesar de la férrea oposición orquestada por Capriles, más la falta de conciencia y una avaricia desbordada por un número considerable de “revolucionarios” disfrazados .
Esto reafirma: la hipocresía es una careta para esconder los verdaderos sentimientos;en estos momentostratan de crear una matriz de opinión, satanizando a Nicolás Maduro; ahora el peligro no es Chávez,se oyen tantos elogios, que no es raro escuchar muy pronto ¡Con Chávez se vivía mejor!¿Cuál es la explicación, cuando vemos a furiosos opositores, haciendo una comparación de manera premeditada? Como dice el refrán: “Matar dos pájaros con la misma pedrada”, a uno lo endiosan pero está muerto; al otro lo atacan, porque está mandando y no les conviene.
Todo esto se llama: desesperación por llegar al poder;se presentan como admiradores de una persona, a quien no se cansaron de atacar de mil maneras, llegando al extremo de preparar una grabación de lo más burda, después de muerto, para tratar de crear suspicacia entre la militancia y de esa manera profundizar el odio hacía Nicolás Maduro, como lo hicieron con el Comandante Chávez, cuandoapenas se proyectaba como el auténtico líder de la Venezuela Contemporánea.
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