Surge el título de esta nota a modo de recordatorio de las cosas que dejan de ocurrir en la amable Caracas, que imagino el colega Ernesto Villegas y Jorge Rodríguez insisten e insisten en rescatar con el ejemplo que dan sus conductas frente al público.
Ciertamente, hay que rescatar la tradicional amabilidad que caracterizó a los caraqueños décadas atrás y que hoy desaparece ante la inmisericorde activa vida en la que nos desenvolvemos. La prisa en que andamos –y en la que también está metido el fanatismo- nos hace olvidar que, a nuestro lado, se desplazan personas con sentimientos parecidos a los que podemos tener nosotros.
¡Sí, es en esos instantes cuando somos olvidadizos!
La conducta necesaria implica mucho mas, demasiado mas que la propia educación. Implica el dejar de ser individualista y asumir la conciencia colectiva, asumir que somos mas que uno, mas que un número, implica asumir que somos una unidad.
Pocas personas en el mundo logran entender lo que es la unidad, afortunadamente en Latinoamérica, sus habitantes están volviendo a sus raíces y ya se siente esa unidad de la cual hablaba y pedía Simón Bolívar.
Pero nos asumirnos mas de cerca, en territorio venezolano, para expresar que ese ¡Buenos Días!, pareciera desvanecerse cuando una persona se monta en una camioneta de pasajeros, en el Metro de Caracas, en los ascensores, en el puesto del mercado en una oficina pública o privada y en cuanto local o tienda haya en el país.
Lo que digo con ello, es que no se trata de ser simplemente un individuo educado, una persona con mucha cortesía, sino que con ese saludo debemos ser motivadores de la vida.
Buenos Días no es solamente el saludo matutino que lleva una carga de entusiasmo por ese lapso de tiempo que nos corresponde vivir en ese día de hoy. Implica también, o lleva en su carga, ese entusiasmo por hacer las cosas de la mejor forma en la que nos estemos dedicando o en las que se estén dedicando los demás.
La expresión antes(Buenos Días) señalada puede significar buenas tardes, buenas noches, cómo te ha ido, cómo estás, que hay de nuevo, si necesitas ayuda, tenderle la mano a una persona con discapacidad visual para que cruce la calle, ceder el puesto, ceder el paso a las personas, ayudar a los demás y mucho mas.
Hay toda una vida en el Buenos Días de todos nuestros días. Significa igual, ver a las personas a los ojos, ser amables con ellas, hacer comentarios siempre en positivo sobre la vida, de modo que lo negativo no influya en nuestra salud.
Debemos envolver el desdén que nos acompaña, las malas miradas, las no respuestas, los silencios de venganzas, las groserías y esos sentimientos altamente individualistas y posteriormente, lanzarlos al primer contenedor que se nos presente en el camino.
Es solo una vìa, un modo para estar siempre mejores que ayer.