Este domingo 8 de diciembre de 2013, una vez más, el pueblo venezolano, dará lecciones planetarias de excelente cultura electoral cuando acuda a votar tranquilo y muerto de la risa a las Elecciones Municipales 2013. Para nosotros los venezolanos elegir y ser elegido forma parte de nuestra conducta política. Somos tan vergatarios en eso que nos dimos el caché (único en el mundo) de realizar un referéndum presidencial. Asimismo de votar nuestra Constitución mediante otro referéndum. Nuestro comportamiento es modelo mundial. 15 elecciones en 10 años, incluyendo Presidenciales, Legislativas, Municipales y cinco referéndum.
A pesar que la mezquindad de la prensa privada nacional y de las corporaciones mediáticas internacionales no ha permitido que el mundo entero conozca de manera directa tan relevante comportamiento político-electoral. Sin embargo la dimensión inmensa de semejante cultura se ha filtrado un pelo en las televisoras y medios internacionales más el peso de los testimonios de observadores internacionales llegados en masa a todos nuestros comicios electorales. Las elecciones venezolanas son las más auditadas y observadas del mundo entero. Uno de esos sempiternos observadores es el ex presidente estadounidense Jimmy Carter, quien dijo una vez que “el sistema electoral venezolano (CNE)es el mejor, el más confiable y el más moderno del mundo incluso, es mejor que el de mi país”. Desde ese momento La Canalla más nunca quiso saber del Presidente manisero.
Seguro mañana saldrán de nuevo los sesudos analistas de la política venezolana a decir que el pueblo venezolano dio una gran demostración de civismo cómo que fuese la primera vez; como que no fuere un mandado hecho que el pueblo venezolano vote tranquilamente, sin angustia ni presión. Votar en Venezuela es algo cotidiano, normal, ordinario. No hay porque asombrarse porque el venezolano acuda a votar y se porte bien. Ya eso es una costumbre. Una marca de fábrica. Una “falla “de origen.
Vayamos pues, como siempre a votar, tranquilos y muerto e risas.
