La revolución de la revolución bolivariana: una necesidad

Parece que ha llegado el momento de reflexionar sobre la realidad presente de la Revolución Bolivariana. En ese orden, el Presidente, Nicolás Maduro Moros, como líder del PSUV, ha puesto sobre la mesa la necesaria e inevitable realidad del Congreso, del Primer Congreso, del PSUV en la presente etapa del proceso revolucionario venezolano, específicamente. Es decir, debemos saber precisar las diferencias entre lo que hemos considerado como una “nueva etapa revolucionaria”; sobre el significado de la celebración del “1er. Congreso” del PSUV; y, por último, el profundo y real significado de realizar “la revolución de la Revolución Bolivariana” cual consideramos como una imperiosa necesidad no solo política e ideológica sino, al tiempo, histórica; es decir, podríamos calificar ese propuesto “hecho histórico” como un “salto adelante” en las actuales realidades no solo nacionales, es decir, realidades muy específicas y concretas de Venezuela, como, al tiempo y también, las realidades americanas en el espacio geográfico comprendido desde el estrecho de Bering hasta el estrecho de Magallanes en precisando las evidentes y lógicas diferencias en los marcos de las diferencias socio-económicas continentales americana conjuntamente con las realidades global-mundiales de la reingeniería del sistema capitalista que ha obligado al Imperio estadounidense desarrollarse como política de estado estadounidense en su “nueva política Obama” (José Vicente Rangel Vale dixit) sobre la geoestratégica mundial post-Crisis Wall Stereet.

Cuando nos referimos a desarrollar “la revolución de la Revolución Bolivariana”, ello nos obliga, por metodología, precisar los reales campos existentes en el proceso revolucionario venezolano que va más allá del PSUV; es decir, nos estamos refiriendo a la existencia y presencia nacional del “Gran Polo Patriótico”. Pero ello no queda, solamente, en las presencias del PSUV y el “Gran Polo Patriótico” sino que las estructuras sociales presentes en Venezuela, en el marco del desarrollo de la revolución desde la presencia de nuestro Comandante en Jefe, Hugo Rafael Chávez Frías, desde el primer día de sus responsabilidades ejecutivas de Gobierno, han venido emergiendo de su invisibilidad social y económica para asumir responsabilidades locales en las realidades socio-económicas de sus respectivas comunidades en todo el ámbito nacional en ese proceso revolucionario nacional, aún poco comprendido y aceptado, que se ha denominado jurídico-legalmente como las “comunas” en el marco del “poder popular”; es decir, en el proceso revolucionario venezolano se han incorporado dos (2) conceptos socio-políticos, simplemente, por ahora, que se deben no solo comprender en sus significados sino también en sus impactos objetivos en el marco de las contradicciones no solo entre “las diferencias” sino también a “nivel interno” del propio proceso revolucionario y de cada uno de los actores presentes.

En la línea del presente desarrollo estamos colocando sobre la mesa varias inquietudes ya referidas que deberíamos tratar de desarrollar en algunos de sus “paradigmas sico-políticos e ideológicos”. Hemos escrito con toda la intención como necesario conocer, reflexionar, comprender y asumir líneas del proceso perfectible revolucionario en el marco del proceso evolutivo de la Revolución Bolivariana como uno de los paradigmas fundamentales, como la realidad sico-política bolivariano-chavista de la realidad revolucionaria.

¿Qué queremos exponer? En primer lugar, es obligante precisar sí cuando conversamos sobre la Revolución Bolivariana nos estamos refiriendo, únicamente, al PSUV y/o al “Gran Polo Patriótico y/o al proceso revolucionario de la “organización del pueblo”. Pero ¿a cuál pueblo nos estamos refiriendo? ¿No deberíamos referirnos, más bien, a las clases sociales e incluso a las realidades internas de cada clase social presente en el territorio venezolano?

En segundo término, nos debemos enfrentar con el “marco histórico-ideológico” que está presente en la sociedad venezolana donde los “calificados como revolucionarios” no están exentos de esos impactos superestructurales en sus sicologías personales y colectivas que para su mejor comprensión también podemos referirlas como el “inconsciente colectivo histórico” de la sociedad venezolana desarrollada desde la Colonia a través de sus marchas históricas que caminan por la realidad del proceso histórico fundamental-nacional de la Independencia, los impactos objetivos y tan particulares de los desarrollos políticos que se expresaron durante todo el siglo XIX hasta la llegada a Caracas del “Cabito”, las realidades del gobierno de Juan Vicente Gómez, en Interregno comprendido entre el gobierno de don Eleazar López Contreras pasando por el “introito” de la “Guerra Fría” en Venezuela con el “Golpe de Estado” contra don Rómulo Gallegos que llevó al acomodo de políticas anti-comunistas de los Gobiernos de Marcos Pérez Jiménez, don Rómulo Betancourt, don Rafael Caldera, don Luis Herrera Campins y los demás Presidentes venezolanos en sus propias realidades temporales que concluyeron, como “hecho histórico”, en el “4 de febrero” cuando se expresó político-militarmente Hugo Rafael Chávez Frías. En ese marco histórico están y se encuentran los paradigmas que, inevitablemente, deben ser considerados por la Revolución Bolivariana en su proceso actual de evolución en perfectibilidad temporal buscando alcanzar “su propia revolución”.

En tercer término, “la revolución de la Revolución Bolivariana” debe considerar algunos de los fundamentos inmediatamente antepuestos como, por ejemplo, podemos y debemos preguntarnos: ¿Qué significa, en toda su profundidad, concreta y específicamente, para Venezuela, el proceso de Independencia desarrollada por don Simón Bolívar junto a otros patriotas venezolanos y algunos extranjeros irlandeses? Estamos precisando las diferencias inevitables y objetivas entre el proceso de Independencia en todo el territorio nacional venezolano y los procesos de Independencia que don Simón Bolívar llevó a cabo en otros países hermanos del continente sur de América. Al tiempo, es obligante considerar las diferencias entre los “hechos históricos independentistas” y las “tesis sobre las necesidades de la unidad americana” porque, en nuestra consideración, es de profunda diferencia “el impacto sicológico” del “hecho histórico” que ejerció el “hecho-guerra-Independencia” y la propuesta, válida, por si misma, de la “tesis de la unidad americana”. Es y así es demostrable que lo que impacta en el inconsciente colectivo de la sociedad venezolana es el “hecho histórico” del “proceso de guerra-Independencia” sobre otras variables importantes geopolíticas y geoestratégicas. Es lo que nuestro Comandante en Jefe, Hugo Rafael Chávez Frías, denominaba como la proposición de la necesidad que Venezuela se convierta en “una potencia media regional-americana”.

Hemos calificado a la Revolución Bolivariana como una revolución cívico-militar. Entonces sí la Revolución Bolivariana es una y la revolución cívico-militar de Venezuela, ello significa que cualquier alteración de lo cívico-partidista-Gran Polo Patriótico afecta, directamente, a ese conjunto que hemos denominado como “cívico-militar” por lo que es obligante definir cómo estará presente en el proceso del 1er. Congreso del PSUV el tema militar y el tema cívico-militar no solo por su importancia revolucionaria sino por su necesaria presencia revolucionaria. En ese mismo contexto, es muy posible por imperativo que el “Gran Polo Patriótico” se vea en la imperiosa y obligante necesidad de, también, realizar “su propia revolución del Gran Polo Patriótico” no solo como conjunto político-ideológico sino también en el marco de cada uno de sus componentes de organizaciones políticas.

Hemos expresado más arriba la existencia de una muy evidente diferencia entre el proceso de Independencia como proceso histórico-continuo-liberador-independentista y los contenidos-aspirados propuestos por el Padre de la Patria, don Simón Bolívar, referidos a la necesidad de unidad continental-americana para alcanzar el necesario, evidente e inevitable equilibrio de poderes entre el “país del norte de América” para la fecha, es decir, en la actualidad, Estados Unidos de América, con la adición obligada de Canadá tanto como país-miembro de la Commonwealth como parte de la “unidad anglo-sajona” británico-estadounidense en el marco de la geopolítica de “lo anglo-sajón” capitalista.

El primero fue un proceso continuo de independencia que ha caminado por los tiempos históricos suramericanos y caribeños con una profunda aceleración a partir del “4 de febrero” y el triunfo electoral-democrático-representativo-burgués del Comandante en Jefe, Hugo Rafael Chávez Frías, no negando, evidentemente, a todos los procesos revolucionario-políticos-triunfantes, como es el caso de Cuba, y los fracasados propios y de otras regiones continental-americana. Pero para precisar, nos vemos obligados a preguntarnos para aclarar dudas: ¿Qué se realiza primero: el “proceso nacional-revolucionario-independentista” y/o la “unidad liberadora-continental-independentista”?

En ese marco referente, podríamos obtener diferentes respuestas todas válidas pero para alcanzar la “unidad liberadora-continental-independentista” es necesario poder alcanzar, en primera instancia, el proceso nacional-revolucionario-independentista que permita colocar las bases fundamentales de ese tan complejo proceso revolucionario continental. Es decir, aclaremos, sí nuestro Comandante en Jefe, Hugo Rafael Chávez Frías, no hubiera obtenido el triunfo electoral arriba en referencia y bien conocido y no hubiera propuesto, implementado y desarrollado las políticas revolucionarias y necesario-estructurales, es obvio que no se hubiera podido proponer y alcanzar propuestas como PetroCaribe, el proceso unitario-limitado del Alba, los procesos que se han venido desarrollando en el seno de la UNASUR y en el seno de la OEA, entre otras acciones. Esas realidades objetivamente históricas nos enseñan que primero ha sido el proceso revolucionario venezolano con todas sus objetivas ventajas geopolíticas, geoestratégicas y geoeconómicas con el plus del “Ideario de Simón Bolívar” cual como proceso ha permitido ir desarrollando “bases sólidas” para el proceso de la “unidad liberadora-continental-independentista”. Ahora bien, está sobre la mesa una serie de realidades que se vienen desarrollando en sus propios estancos: Mercosur, Unasur, PetroCaribe, Alba, la Celac, las realidades desarrolladas en Centroamérica y Caricom conjuntamente con la realidad inobjetable y presente de la Commonwealth y la inevitable realidad de la OEA.

Estamos a nivel no solo continental sino mundial en la presencia con afectaciones de la reingeniería del sistema capitalista, la reingeniería del imperialismo estadounidense en el marco de la “nueva política Obama” (JVR dixit) y las realidades actuales ideológicas que van desde la imposición de las tesis de Samuel Huntington y el “pana historiador”, FrancisFukuyama, como de la nueva realidad en doctrina de antropología humana desde El Vaticano gracias al jesuita, Su Santidad Francisco y las nuevas realidades político-ideológicas que se están, actualmente, desarrollando en China bajo la dirección del Presidente Xi Jinping tanto como secretario general del Partido Comunista Chino como Presidente de la Comisión Nacional Militar. Estas realidades son objetivas realidades con las cuales tendrán que considerarse el 1er. Congreso Nacional del PSUV. Cabe entonces la pregunta: ¿es una necesaria realidad la profunda reingeniería del PSUV? Usted, amigo y amiga, lector tiene la palabra sí es que estamos desarrollando una “democracia participativa” en el marco de nuestra tan particular revolución bolivariano-chavista.



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Miguel Ángel Del Pozo


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