No aguantó un año el muchachón mal mandante de Los Teques. Después de aquellos hechos de sangre a los que incitara en abril pasado con proverbial facundia, ha bailado tangos y pasodobles de derrota que lo han envuelto en un bolemengue al descompás de una arritmia política donde una mezcla de Billos de Caracas y la opereta vienesa se quedarían corticas de lance. O sea que las ha fallado todas el hombre. Ya nadie, de lo ligeramente racional que queda en la oposición podría abonar fertilizantes en su arruinado huerto político. Las últimas acometidas de Henry Falcón lo llevan perturbado. Dicen que ya hasta le quitó el habla. Porque es que él piensa que el gobernador de Lara, se le pasó en proceder. Claro, como Falcón ya desesperado busca la más inmediata candidatura de la oposición, Capriles se disloca tanto que cualquier barahúnda puede armar. Y cuando, sin previa advertencia, vio por la tele la entrevista que José Vicente junto a Aristóbulo, a Falcón le desarrollara, pegó el grito de los infiernos. Maldito traidor..!! Dicen que proferiría. Porque es que sabe el deslucido capitán de la oposición, que las endebles inetas que lleva al hombro tienen un peso específico en Falcón que guindado de ellas, se ha propuesto a derrumbarlas. Por eso ya no aguanta más el tipo. Por otro lado y jugando al flanco desubicado, Leopoldo y Mari cori han jurado en cerrado complot, hacer peso para que el barco de Capriles haga rapidito aguas. Y lo están logrando. Al parecer sin que el patiquín de Los Teques pueda darse cuenta, la osadía de sus opositores de mesa es tal que ya ni le informan de las más elementales tareas que por temeridad procaz les sobrevenga. Por eso, por estos días en un hálito de prepotencia más que de racionalidad, llegó a decir que “esas acciones no le hacen mella al gobierno” , refiriéndose a las quehaceres de calle implementados por Leo y Mari cori. Ya allí, se desvanecían sus más preciados empeños. Empezaba a quebrar el individuo. Miraba atrás y sólo veía a un Aveledo y Eduardo Fernández perplejos, idiotizados ante una realidad que los asediaba. Con este hombre estamos perdidos..!, parecían gritar a los vientos. Y ya Albornoz, Gabriel Puerta y Pablo Medina con una pizca de vergüenza que escondida les brota a ratos de su conciencia, habían decidido ni siquiera mencionar más al caballero. Ya cuando el presidente llamó al diálogo donde al parecer el gobernaco mirandino llegó camuflado con la vergüenza por debajo de sus zapatos, no había sino una sombra de sus despropósitos. Su mirada era vacía, cuentan. Su desordenada locuacidad era un despojo, comentan. Y maduro lo remató cuando lo instó al trabajo. Los mismos seguidores de tan lánguido personaje no logran explicarse cómo en tan corto tiempo pudo un hombre botar toda, la alguna credibilidad que en él pudieron haber tenido.