Venezuela, conclusión inmediata: paz negociada o profundización de la revolución

Revisando la información internacional y los datos internos, se da uno cuenta que todos los países latinoamericanos-CELAC, Tricontinental de las Relaciones Internacionales y la Solidaridad, la Federación Latinoamericana de Periodistas, Gobiernos de China, Rusia y algunos gobiernos europeos, Estudiantes británicos, los obreros del petróleo, las Federaciones obreras-FUTAAC, Federación de Trabajadores de Sucre, ASOVIC, Bravo Sur, Red Metropolitana de Inquilinos, CTR Corriente Sindical de UNETE, sindicatos como SUTRAFUNTECA, Oliver Stone y los campesinos, la juventud, todo esto y muchos más están indudablemente apoyando al Gobierno y la revolución socialista, por tanto se puede decir que la continuidad de la revolución venezolana está asegurada.

Al mismo tiempo valorando los conatos de violencia contra el Estado provocada por la lucha furiosa de la burguesía reaccionaria, que saben perfectamente que están dilatando la llegada del combate decisivo y final por la conservación de la propiedad privada de los medios con los que se produce la vida económica del país (los acaparadores, vendedores de automóviles, banqueros, comerciantes gigantes y de comida rápida, terratenientes, etc.) La burguesía sabe que la lucha actual es una calistenia y que el combate final no ha llegado todavía a su punto más álgido en la resistencia capitalista.

No hay duda que el poder político revolucionario tiene asegurada la victoria, pero en el transcurso del tiempo las confrontaciones son inevitables, lo mismo que son inevitables los grandes esfuerzos populares, sociales y revolucionarios por mantener el proyecto de transformación social. Lo que se ha visto hasta ahora, es poco en relación a la crisis, el caos y la ruina que la burguesía y el imperialismo son capaces de producir. Eso es connatural a una guerra de clases, en tanto la burguesía no haya sido aplastada por la revolución.

Además, la burguesía junto al imperialismo puede desarrollar formas específicas de sabotajes, sobornos de corruptos, sobornos de infiltrados en el gobierno y en los partidos de izquierda para socavar el proyecto socialista. Este conflicto no ha terminado y es probable que vuelva a surgir con fuerza durante algún tiempo y el triunfo de la revolución socialista es imposible sin vencer de manera decisiva la resistencia de la burguesía y sus aliados.

Es evidente que las circunstancias actuales por las que atraviesa la revolución venezolana están produciendo la necesidad de disponer para el triunfo de la revolución, de cierto tiempo disponible durante el cual los partidos políticos revolucionarios, las organizaciones de masas, el ejército deben ser creativos y enérgicos para lograr la victoria sobre la burguesía. Esto lo tenía bien claro Chávez, el movimiento revolucionario que viene luchando desde el pasado y muchos intelectuales preocupados por el rumbo socialista que tiene que garantizar el Estado y la revolución.

En el momento presente, mientras el gobierno habla de paz, un presidente vecino de Venezuela habla de negociación con la derecha. ¿Qué se va a negociar? ¿Qué puede surgir de esto último?

Podría surgir una paz a condición de que la revolución devuelva las conquistas obtenidas en la lucha, y que la burguesía vuelva a tener los mismos privilegios de antes, hasta podría imponerle a la revolución un pago por daños y perjuicios a la burguesía.

Como lo han expuesto muchos revolucionarios en aporrea, la hojilla, golpe de timón, correo del Orinoco y otros medios, el gobierno se encuentra frente a un problema cuya solución no puede ser postergada: o bien se acepta una “tranquilidad” y “paz” negociada con la burguesía o se profundiza la revolución.

Los argumentos que se invocan a favor de una negociación con la burguesía para preservar la paz y tranquilidad de los ciudadanos, ocultando al pueblo los tratados secretos concertados con los burgueses, (puestos en el gobierno, en medios de comunicación, en áreas administrativas del Estado) se consideran traición al socialismo. Otros planteamientos críticos, llevaban el sentido de luchar contra el pacifismo y la felicidad en abstracto, porque parecía que se negaba la defensa de la patria en el momento de la agresión derechista.

Pero, el argumento de la necesidad de profundizar la revolución, tiene que resolverse considerando las condiciones materiales y subjetivas de su realización y los intereses de la revolución iniciada por un movimiento social que ha atravesado la mitad del siglo XX y que culmina en el siglo XXI con el socialismo expuesto por Chávez.

ESA ES LA TAREA DE TODOS EN ESTE MOMENTO, SIN OCULTARLE NADA AL PUEBLO, NI FIRMAR NINGÚN ACUERDO CLANDESTINO CON LOS CAPITALISTAS.


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Memo Fernández


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