Las patadas del ahogado

¡Qué cinismo! Ante el riesgo inminente de perder la plaza, los personeros de la plutocracia en el gobierno, el contubernio nefasto del PRI y el PAN, opta por quemarla. No de otra manera se puede entender que, ya para concluir el actual periodo de sesiones del Congreso Federal, saquen de la manga la iniciativa para acabar de desmantelar al Estado Mexicano mediante la autonomía a los principales instrumentos de conducción de la economía y las finanzas públicas: el Sistema de Administración Tributaria y las Comisiones Nacionales Bancaria, de Seguros, de Valores y del sistema de Ahorro para el Retiro, lo cual implica una reforma constitucional. Un significado inmediato de tal proyecto, estriba en que los funcionarios responsables de dirigir dichas instancias serían nombrados desde la presente administración para ejercer su cargo durante la siguiente, independientemente de quien sea el presidente de la República. Es una confirmación de lo declarado por el propio Bush en el sentido de no preocuparle que un partido de izquierda gane la elección presidencial; hay suficientes grilletes para evitar que la “locura populista” pueda enmendar el rumbo del país, incluso sirve para, de una vez por todas, acabar con la tentación democrática asegurando el fracaso del régimen que intente romper con el status quo.

Además de que tales grilletes están diseñados para ser colocados en las muñecas y los tobillos de AMLO, la realidad es que constituyen una nueva embestida contra el Estado Nacional y su capacidad de conducción, para que siga siendo el mercado, cada vez con mayor libertad, el que determine el que, el como y el cuando hacer en materia económica en el país. Es una dosis más de esa amarga y equivocada medicina llamada neoliberalismo.

Que sea una imposición de los organismos financieros internacionales, sería comprensible, aunque no aceptable, pero que sea una iniciativa de un grupo de parlamentarios del Partido Revolucionario Institucional y del de Acción Nacional, resulta abominable. Hace falta demasiado cinismo para ostentarse como representantes de la Nación y tan paladinamente actuar en contra de ella. Salinas de Gortari pudo engañar a muchos mexicanos porque entonces era una receta nueva y nos la vendió como el boleto de entrada al primer mundo; pero hoy que ya pasó mucha agua bajo el puente, y ha quedado demostrada su ineficacia y su perversidad, nadie pudiera exhibir inocencia en la materia. Al tremendo cinismo habrá que agregar el crimen de lesa patria.

Todavía queda un largo año para que la caterva de vendepatrias que actualmente gobierna en México siga entregando al país y, seguramente, veremos muchos otros intentos de ésta índole. No queda más que volver a salir a la calle a manifestarse en rechazo de tales intenciones, pararlos aunque sea a base de mentadas multitudinarias y de paso, pero con especial énfasis, para gritar la consigna de “ni un voto más al PAN y ni al PRI”.

Hoy más que nunca se requiere asegurar una sólida mayoría nacionalista y honesta en las cámaras de Diputados y Senadores. Hoy más que nunca necesitamos al pueblo en el poder. Hay líder, hay proyecto y hay convocatoria, lo demás está en nuestras manos… vámonos queriendo recio, que se siente bien bonito.


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Gerardo Fernández Casanova


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