Legislativas, análises y reflexión

Trataré, sin prejuicios, analizar con la mayor objetividad posible, este proceso eleccionario, su comportamiento en la historia reciente en eventos similares y la relación individuo/proceso revolucionario, imprescindible para conocer, desde el punto de vista social, la composición del estrato político de la Venezuela bolivariana, así como también, el grado de incondicionalidad con el proceso revolucionario.

Empezaremos, en primer lugar, con la campaña mediática. Con ella se pretendía, a sabiendas que las elecciones iban a resultar un fracaso para la oposición, aumentar al máximo posible la abstención, tradicional en este tipo de elecciones, recordemos, que en las municipales, dónde la oposición se presentó dividida, en cuanto a participar o no en ellas, hubo una abstención similar, si se confirma el 75%, a éstas, la diferencia con aquellas sería del 6% aproximadamente, que sería el resultado del llamado a la abstención de la oposición. En aquella oportunidad las fuerzas del cambio ganaron con el 80% de los votos, y los análisis posteriores no pasaron de recordar que en eventos anteriores era tradicional una alta abstención. En estas elecciones la oposición buscaba no participar convencida, cómo veremos más adelante, de una derrota aplastante, y dada la característica histórica, provocar una alta abstención que le diera visos de ilegitimidad al proceso eleccionario y
provocar así reacciones internacionales, con impredecibles consecuencias, de ahí que muy bien podemos, cómo se ha dicho, denominar a ese complot antidemocrático, “paro electoral”, que sólo es el preludio de los que nos espera el año que viene, ya que continuarán la campaña anti-CNE, con el objetivo de sabotear las elecciones presidenciales.

Su fracaso demuestra, una vez más, que todas sus campañas están hechas al voleo, sin análisis objetivo del acontecer político y desesperados por el apuntalamiento del proceso revolucionario y la pérdida de peso específico dentro del espectro político venezolano.

Si hacemos un pequeño ejercicio matemático, dada la similitud de la abstención, entre las municipales y las legislativas, podremos observar que en aquellas, las fuerzas del cambio ganaron con el 80% y ahora lo ha hecho con el 90%, lo que representa una pérdida del 10% para la oposición, que comparado con el aumento del 6% de la abstención, daría alrededor de un 4% de aumento en la participación de las fuerzas del cambio. Es una regla de tres simple: Si la abstención se elevó un 6% y la oposición pierde un 10% de votos, las fuerzas del cambio aumentaron su participación en un 4%. Esto, claro está, comparándolo con las elecciones anteriores más recientes, las municipales, y demuestra, en contra de algunas opiniones, que el chavismo aumentó su participación. Estos resultados dejan a la oposición sin piso político, ausencia total en la Asamblea Nacional y un fracaso rotundo a nivel internacional, que las agencias de noticias se han encargado de destacar, es decir se han
quedado, cómo decimos en criollo, sin el chivo y el mecate.

A este análisis cuantitativo, habría que agregar que, el caudal de votos obtenidos por las fuerzas del cambio en relación con el universo de votantes, alcanzó, según las cifras que hasta ahora se conocen, alrededor del 21%, un resultado que hace historia para este tipo de elecciones, y demostraría que, a pesar de los efectos negativos que han intervenido en estas elecciones, las fuerzas del cambio, confirman su fortaleza. Esto es muy importante. En resumen, sin lugar a dudas, las legislativas han resultado para la oposición, tanto mediática como políticamente, una verdadera catástrofe.

Ahora, en un análisis cualitativo, debemos resaltar ese bloque homogéneo que representa el chavismo incondicional, resteado y con una gran conciencia revolucionaria, que elección tras elección, demuestran su lealtad, a prueba de abstenciones y saboteos, al proceso revolucionario. Aquí surge la pregunta natural, ¿Por qué el otro chavismo, no militante, pero que en los momentos cruciales, como el revocatorio presidencial, demostró su apoyo a la revolución, no participa en estas elecciones? A mi entender y para este caso específico, han actuado varias condicionantes. Una de ellas, y es mi apreciación, era que no había dudas de quién iba a ganar, y además, de una manera determinante, la oposición da fe de ello, cuándo en su afán de demonizar el CNE, trató de desprestigiarlos ante los observadores internacionales, demandando una serie de reivindicaciones creyendo que, el organismo electoral se negaría a complacerlos, lo que les hubiera dado argumentos para retirarse del
proceso, que en realidad era lo que buscaban con desesperación y premeditación.

La decisión del CNE de aceptar sus pedimentos, incluyendo el retiro, a última hora, de las capta huellas, en un intento plausible, por demostrar su disposición a que el proceso se llevara a cabo, los dejó sin argumentos y con las vergüenzas al aire, cosa por demás muy acorde a sus maneras, a las que estamos acostumbrados.

Esa percepción de elecciones perdidas por parte de la oposición, lo fue también para la gente afín al proceso, pues los medios, sobretodo Globovisión, se encargaron de convencernos, mediante entrevistas a dirigentes de oposición, favorables a la abstención, y encuestadoras que no se cansaron de repetir que la oposición sólo obtendría entre 20 y 30 diputados, de un triunfo indiscutible del chavismo. Esto redundó, en mi opinión, en una apatía electoral para seguidores del proceso, que prefirieron quedarse en casa ante la inminente victoria, pero no para los chavistas con conciencia revolucionaria, que acudieron a las urnas. Por lo tanto creo, firmemente, que los vicios que aún permanecen dentro del proceso: Corrupción, Burocratismo, Clientelismo, etc., así como la maquinación, soterrada, del chavismo sin Chávez, lacra que venimos padeciendo desde hace mucho y que, escondidos en apariencias revolucionarias, despotrican del gobierno, haciéndole el juego a la contrarrevolución, hayan tenido que ver con lo sucedido, por lo menos en esa dimensión.

Creo sinceramente que en estas elecciones legislativas esas situaciones no han contribuido en forma decisiva a la poca participación de las fuerzas revolucionarias, creo que esa apreciación se aleja de la realidad, me explico, si así hubiera sido, la oposición, que ha demostrado ser necia, pero que no tiene un pelo de tonta, aunque a veces se empeñe en demostrar lo contrario, hubiera aprovechado ese dato, que reflejarían sus encuestas, para llamar a votar, pasando por encima de sus reivindicaciones al CNE, sin embargo, la decisión de la oposición fue todo lo contrario, actuando en consecuencia, con las informaciones que tenía. Otro indicio es que, en las últimas encuestas, propias y extrañas, a un mes de las elecciones, el gobierno tenía el apoyo de alrededor del 80% de los venezolanos, cifras que respaldan mi tesis, pues es imposible que ese apoyo se pudiera diluir en un periodo tan corto.

Y en un análisis un tanto subjetivo, debemos pensar que, el agotamiento por tantas elecciones, pudiera haber hecho mella en los electores, como no deberíamos, tampoco, desdeñar, que dentro los afectos al chavismo, están los que, poco a poco, han ido constatando las bondades de la revolución y se han venido beneficiando de ello, cómo es el caso de la clase media, pero este apoyo es pasivo, más cualitativo que cuantitativo, y debemos por lo tanto, con la misión conciencia, igualar estas constantes en el plazo más corto posible, haciendo hincapié, en que lo que no se cuida, se pierde.

En fin, creo, por los motivos ya señalados, debemos separar el resultado de las elecciones de los vicios que todavía tenemos dentro del proceso. Tenemos que trabajar mucho para erradicarlos, tarea que se lleva a cabo con lentitud, tenazmente, y ahora con la nueva Asamblea, utilizaremos, también, el adverbio “implacablemente”.

Finalmente debemos insistir con el trabajo ideológico, conciencia y moral revolucionaria, las tres íntimamente relacionadas entre sí, y que son sobre las que debemos trabajar y que van proporcionalmente relacionadas con la participación electoral, es decir: A más ideología, conciencia y moral revolucionaria, más participación en los procesos de la revolución. No tengo la menor duda que de darse esta connivencia, conseguiremos los diez millones de votos para el 2006. Tenemos un año para lograrlo.

Felicidades a todos los revolucionarios, aquellos que votaron y los que no, que desean un mejor país, transmitiéndoles la inquietud de que todo lo que sucede en Venezuela es importante para la construcción de un país de iguales y de justicia social, del que todos nos sintamos orgullosos. Para lograrlo, nuestra participación debe ser incondicional, acompañada de mucho sentido de responsabilidad y mucho amor por Venezuela.


¡MISIÓN CONCIENCIA!
¡IDEOLOGÍA Y MORAL REVOLUCIONARIA!
¡HUGO PARA TODOS Y TODOS PARA HUGO!
¡LAS BARRICADAS SÓLO TIENEN DOS LADOS!
¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE! ¡VENCEREMOS!


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Francisco J. Torres P.


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