La verdadera historia de la guarimba

Las guarimbas existen, la situación de conflicto se siente, nadie puede negar que hay turbulencia en la sociedad venezolana. Ahora bien, ¿qué la produce?, ¿cómo resolverla, cómo entenderla? Intentemos una interpretación de la realidad.

Alrededor de las mesas de paz, allí donde se sientan gobierno y oligarquía, en esas especies de guarimbas pacíficas, es donde aparece la verdadera esencia de la confrontación. Y si estudiamos el forcejeo en la mesa por la paz Económica, nos daremos cuenta que allí aflora descarnada la razón principal de toda esta turbulencia: se trata del reparto de la renta petrolera.

El gobierno dice que él administra la distribución de los dólares de acuerdo al criterio de favorecer a la mayoría. Los burgueses pujan por sacar la mayor tajada de esa repartición, crean condiciones propicias para el chantaje al gobierno, así aparece, por ejemplo, el desabastecimiento. Pero, sobre todo, los burgueses no aceptan que sea el gobierno quien decida la distribución, buscan tumbarlo para instalar un gobierno burgués.  La clase oligarca quiere repartir ella, adueñarse de la renta. Vanos los intentos de que se comporte de otra manera que traicione su naturaleza capitalista.

Ahora bien, si es éticamente irrebatible, "se trata de favorecer a las mayorías", ¿por qué el reparto planteado por el gobierno, esa intención humanista, no funciona? ¿Por qué tanta resistencia de los oligarcas y los pequeños oligarcas? ¿Por qué no puede haber acuerdo en eso?

El centro del asunto está en que la búsqueda de una sociedad de equidad, la instauración del Socialismo, del Cristianismo original, del Humanismo, no es posible sin  trauma, sin trabajo de parto de la nueva sociedad. La pequeña oligarquía, con buenísimas intenciones, pretende ahorrar sacrificios a la sociedad, de allí el propósito de la Revolución pacífica. Pero es una ley de la historia que una clase social dominante no se suicida, que no hay cambio de sistema sin la partera de la historia: la violencia, siempre propiciada por la clase dominante que niega el futuro, el nuevo mundo.

Los que olvidan lo anterior, sus buenas intenciones de someter por la buenas a la oligarquía, de que el capitalista siga siendo capitalista pero se comporte como socialista, sólo sirven, paradójicamente, de vía a terribles sufrimientos para sus pueblos, para la llegada del fascismo restaurador del capitalismo.

Esa es la situación hoy. El gobierno trata de repartir la renta de la manera más humana posible, pero olvida que las leyes sociales son implacables. El capitalismo no funciona de esa manera, su centro no es el humano, es la ganancia, por la ganancia es capaz de genocidios, y de esos genocidios obtener lucro.

La función del gobierno, de la dirigencia revolucionaria, es dirigir a la masa en la lucha por el Socialismo, y como decía la Liga Socialista “el Socialismo se conquista peleando”… Estamos de acuerdo, en un proceso revolucionario de la conciliación sólo puede surgir el fascismo.

¡Socialismo o barbarie!



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Toby Valderrama y Antonio Aponte

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