El fanatismo aparece donde un genio se rodea con un manejo entero de idiotas.
Paul Carvel
La escalada en el alza de los precios en Venezuela como en repuestos, alquileres de vivienda, y todo tipo de insumos no es precisamente por la inflación. Esto es vulgarmente un atraco en contra del pueblo venezolano.
No hay ninguna razón para que los repuestos de los vehículos donde las casas importadoras se los venden a un precio justo, las casas de repuestos al publico les tripliquen el precio al publico consumidor, esto es un vulgar atraco, así también como los que alquilan viviendas y habitaciones. Esto no es ni siquiera comparable con los malandros que atracan y asesinan a humildes ciudadanos, en los cuales no invierten los bolívares necesarios para la producción ni hay ningún otro motivo que lo pueda entender el consumidor atracado. Hay una pura y criminal especulación basada en el único móvil de los especuladores: aprovecharse de la necesidad del ciudadano para hacer el negocio del siglo. Y no se descarta la complicidad de ciertos funcionarios para alterar los precios. Un aprovechamiento innoble de las torpezas del Gobierno a través del SENIAT para chequear las facturas de origen de esos comerciantes atracadores. Algo que no debiera terminar en la confiscación de mercancías, y la regulación eficaz en el alquiler de los inmuebles sino en los tribunales de Justicia de estos atracadores.
El resultado será una inflación criminal si nadie le ponen remedio a este cáncer: esto es una barbaridad en un país sometido a una drástica devaluación, desde el valor de los bienes a los salarios. No creo que pueda haber tanta insensatez en el gobierno que, mientras se aumenta en forma mísera los salarios, los especuladores-atracadores mantengan una subida escandalosa de estos renglones. Tampoco lo es subrayar que, mientras la merma salarial se ensaña con los que menos ganan, los precios especulativos impiden mantener con dignidad el sustento en los hogares venezolanos. Y no es justo que en un país de tantos ingresos por la renta petrolera la supervivencia se juegue así con la más elemental necesidad de un hogar.
Y todo esto se agrava con la atroz inflación y escasez en el primer trimestre del año y después vendrán los de abril, julio y agosto por decir lo menos. Si al Gobierno Bolivariano le queda algún sentido social, no tiene que pedir precios justos; tiene que hacer cumplir la ley, y mandar a unos cuantos especuladores-atracadores a prisión.
Es dantesco el espectáculo de las colas, la improductividad, ya que los subsidios se devoran los presupuestos si esto no se corrige, ya no existirá rectificación después. Queda en mal lugar la credibilidad del burocratismo gubernamental al no frenar la subida, y donde los especuladores se burlan de forma humillante del gobierno, demostrando que la especulación puede más que la autoridad. Y es oportuno recordar sin acritud la falta de sensibilidad gubernamental, y de negar a los venezolanos una mejor calidad de vida. Estas palabras, estamos cansados de oírlas, a veces suenan con una crueldad que hace pensar que los discursos políticos solo se diferencian cuando se lanzan desde el gobierno o desde la oposición.
El Gobierno, no se puede dejar seguir engañando por los especuladores, atracadores de la economía, que arruinan a los venezolanos más débiles. Triste balance de 15 años de revolución. Y triste destino de un pueblo en la busca de una mejor calidad de vida. La incomprensible ganancia especulativa, y la ambición desmedida por la riqueza fácil de unos pocos están rayando a los empresarios honestos, y arruinando a las familias, a las personas. Están acabando poco a poco con la economía de este país.
