Lo que se ve ahora en Venezuela es la triste realidad de la derrota de la derecha y el caminar invicto de la revolución.
Es increíble ver que la respuesta popular a la política pacifista de Maduro logró aislar completamente al paramilitarismo y la violencia de la derecha fascista. Estos “luchadores por la libertad”, como suelen llamar los imperialistas a sus lacayos, se fueron quedando aislados con sus bombas incendiarias, sus alambres de púas, sus toneladas de basura y los crímenes a los que tienen que responder penalmente, como manda la ley.
Nadie está ocultando el daño que estos revoltosos han provocado a la ciudadanía y a las autoridades civiles y militares.Esto está penado en la legislación. Sino más bien aclarando que, las guarimbas no son el resultado de “Este maldito Estado que tenemos”, ni producto de las fallas del modelo “corporativo-burocrático capitalista”.
Todo ese accionar propagandístico nacional e internacional, el terrorismo para-militar en las ciudades y las movilizaciones de la clase media fascistas, seguía un guion pre-elaborado en las reuniones que la derecha mantuviera con los asesores terroristas centroamericanos y norteamericanos, que encontró su mejor caldo de cultivo en los portadores académicos de la filosofía nihilista y el lumpen y en un ambiente internacional calentado por el fascismo que se desataba en Ucrania.
Los argumentos: “Este maldito Estado que tenemos”, “la incapacidad y desviación de Maduro del proyecto original de Chávez”, “ineficacia del socialismo”, “la crisis económica del país”, “violación de los Derechos Humanos en Venezuela”…y tantos otros.
El objetivo era el golpe de Estado a Maduro y retomar el control del país por la burguesía y el imperialismo. (Esto está planteado y sigue vigente). Sin embargo, aunque parezca una respuesta ecuánime la respuesta gubernamental, ésta logró en poco tiempo, lo que otros alcanzarían con una ofensiva militar contundente y con mayor cantidad de víctimas.
Aunque las muertes en las luchas son inevitables, los buenos líderes, son los que conducen los procesos revolucionarios al éxito con el menor sacrificio en vidas humanas. Ahí está el secreto del triunfo temporal de la paz sobre el terrorismo: los venezolanos son ciudadanos pacíficos y alegres, pero también, saben combatir. Hay milicias armadas, un ejército defensor del pueblo y un pueblo organizado que no se desespera en una escaramuza temporal y dañina, mantenida por la derecha.
Hoy cuando se ve al Ejército, la Guardia Bolivariana y los empleados estatales recogiendo toneladas de basuras y pertrechos para-militares, se ve en su triste realidad la derrota de los planes golpistas del imperialismo y la derecha con su filosofía nihilista. Y el caminar invicto de la revolución. ¿Con que van a salir ahora los fascistas, que no sea derrotable?
