En el transcurso de los primeros meses del 2014, hemos podido observar cómo se vienen profundizando los rasgos de la “patología comunicacional” que generan las Operaciones Psicológicas promovidas por el imperio y López-Cía . Tal proceso se evidencia en la matriz argumental que se maneja actualmente en las protestas de calle, las cuales están llenas de falsedades y tergiversaciones, las cuales hemos conceptuados como DISTORSIONES INFORMATIVAS.
Estas distorsiones informativas, como sustrato de la patología comunicacional, poseen dos consecuencias inmediatas:
a.- Generan disonancias cognitivas, ya que la realidad, los hechos concretos son interpretados de una manera tergiversada.
b.- Producen una carga emocional negativa, con sus múltiples expresiones: rabia, miedo, angustia, frustración.
Ambos aspectos combinados (la disonancia cognitiva y la carga emocional negativa), pueden permitir que grupos de jóvenes disociados puedan ser empleados como “masa de maniobra”, como vector de ingobernabilidad o como caldo de cultivo para aventuras golpistas. La eficacia política y el impacto de esta manipulación mediática hoy no están en discusión, de allí la importancia de su combate, tanto en sus expresiones coyunturales como en raíz estructural. En tal sentido, hemos propuesto una lectura que ubica algunas de estas determinaciones:
- Son las relaciones de producción capitalistas, particularmente la propiedad privada que monopoliza los medios y su mercantilización, las que convierten la comunicación en un negocio, la noticia en una mercancía.
- El proceso que permite desplegar esta relación estructural, tiene diversos rasgos: outsourcing, palangre, Agenda Setting, Gatekeeper y el Newsmaking. Como un aporte al reconocimiento de esta problemática, hemos elaborado unos cortos ensayos que están compilados en el texto “Dossier sobre Operaciones Psicológicas”, publicado en el 2009, donde se reseñan las características de estas manipulaciones propagandísticas que anulan o hacen estragos de la llamada libertad de expresión. En tal sentido reiteramos en estas notas sus principales contenidos conceptuales que están sintetizados en el referido trabajo:
1.- La Agenda Setting es una teorización de cómo los medios pueden tener en sus manos la imposición de temas de opinión pública, jerarquizándolos y logrando que la audiencia, lectores, oyentes, telespectadores, le den importancia y significación. De esta manera la agenda de los me- dios se convierte en la agenda de lo público. En nuestra investigación empírica, hemos detectado que en Venezuela los medios examinados sistematizan temas generadores permanentes (en inglés se denomina “issue”) y los combinan con elementos de coyunturas o temas emergentes. La agenda temática que viene trabajando el imperio y López-CIA contra el proceso bolivariano es la siguiente:
* Denuncias y señalamientos sobre la presunta concentración del poder, el autoritarismo del gobierno y la ausencia de autonomía de las instituciones: CNE, TSJ, AN.
* Explotación mediática de indicadores de ineficiencia y corrupción en la Administración pública
* Reseña sistemática del incremento de la delincuencia e inseguridad jurídica.
* Reportajes sobre el deterioro de las condiciones de vida y de trabajo: in- salubridad, déficit de vivienda, fallas en el servicio de transporte, pasivos laborales, entre otros.
* Acusaciones sobre cubanización y vínculos con naciones forajidas.
* Versiones acomodadas sobre los vínculos con las FARC y el narcotráfico.
Tales temas permanentes (“issue”) se combinan con sucesos o hechos co- yunturales (denominados “events” o acontecimientos) reforzando los temas generadores o desplazándolos del ranking de las portadas y titulares.
2.- Por supuesto no sólo se trata de la construcción e imposición de la agenda, sino de los énfasis, prioridad o ranking de cada tema por etapas o situaciones coyunturales. De allí que nuestro estudio longitudinal de la permanencia de estos temas generadores (número de publicaciones, centimetrajes, tiempo de exposición), nos indica que son permanentes y recurrentes, emergen y desaparecen, pero sistemáticamente están en la agenda.
3.-La referida jerarquización o selección temática, prepara el terreno para acciones políticas, electorales o de desestabilización.De esta manera la Agenda Setting trabaja con el agenciamiento del proceso comunicativo: incide en los medios, en los temas generadores y su empleo político. Tal situación nos da una pista para comprender como los monopolios mediáticos son los que imponen la AGENDA POLITICA, siendo los partidos y grupos de opinión caja de resonancia de tal proceso, ya que lo que proponen para debate, las denuncias que hacen, están inducidas por lo que los medios deciden publicar.
4.-Este agenciamiento no está montado sobre la nada, sino que aparece cubierto por la “objetividad” periodística, por la neutralidad axiológica del productor o reportero que elabora la noticia tomando elementos de la vida real: indicadores, sucesos, hechos.
5.- Estos datos son descontextualizados, generalizados y proyectados, tal como lo asume The Rendón Group: MANEGER O GUERRERO DE LA INFORMACION, manipulación de la percepción vía noticia. Vamos a ver más de cerca como la Agenda Setting se vincula a otros enfoques para servir de soporte a la manipulación propagandística y a las operaciones psicológicas. Nos referimos en este caso al Gatekeeper y al Newsmaking. En el Gatekeeper se trata de una especie de censor o portero que filtra lo que debe salir publicado, siendo un obstáculo para la libre circulación de la noticia, ya que la puede demorar o invisibilizar por el efecto diagramación o retardar su publicación. El término Gatekeeping fue empleado por el psicólogo alemán Kurt Lewin en el año 1947 y lo aplicó David White a la práctica periodística, por supuesto como generador de distorsiones informativas: Es una modalidad de autocensura, ya que el gatekeeping vigila el acceso y controla el flujo de información periodística. En el circuito de producción de la noticia, el gatekeeping puede entrabar, demorar, obstruir dicho flujo informativo. Por ello se dice que funciona como “portería”, determinando si la información pasa o no. El último aspecto reseñado nos conecta con el Newsmaking, ya que Wolf por ejemplo, sostiene que la acción del gatekeeper no es suficiente para explicar las distorsiones informativas, porque la censura o filtro informativo no es sólo una cuestión individual, sino que envuelve la estructura institucional y organizativa del medio, como parte de la “rutina periodísticas”.
(*) Fragmentos tomados del folleto POR LA CONSTRUCCION DE UNA ESTRATEGIA COMUNICATIVA INTEGRAL. Caracas. Octubre de 2011.