Haberse reunido fue un éxito. Este primer diálogo cubrió las expectativas, no podía esperarse mas. Después de tantos años sin acceso a una cadena de radio y TV, y sin ni siquiera poder acercarse a Miraflores, la delegación de la MUD estudió bien quiénes podían hablarle al país esa noche y cuál debía ser el contenido de sus discursos. Lo hicieron con verdades, mentiras y medias verdades, que en su oportunidad refutaron los representantes del Gobierno, algunos acertadamente. Imposible determinar cuál pudo ser el efecto de esas intervenciones, quiénes ganaron y quiénes perdieron ante la opinión pública. El millonario público de la noche del jueves estuvo dividido en tres porciones: los partidarios del chavismo, los firmes opositores y el medio, quizás la parte mayor, que fue un público al que se dirigieron casi todos, y en quienes sembraron esperanzas en el desarrollo y resultados del diálogo. Por las primeras reacciones de la calle recibidas, se puede afirmar que la mayoría del país lo vio como un hecho positivo. Están previstas nuevas reuniones, desahogados ya los dirigentes opositores, y como quiera que algunas serán privadas, es de suponer que será posible examinar las proposiciones concretas de uno y otro lado, y con las cesiones que oportunamente habrá, será posible que como lo desea la gente en la calle, el tercio mayor, se le vea el queso a la tostada. Es decir, comiencen a percibirse algunos resultados. Y si posteriormente, como es de esperarse, se empieza a observar el resurgimiento de la economía, el aumento de la producción, y se rompen los niveles del desabastecimiento de hoy, todo habrá valido la pena. Los partidos de la MUD que participaron (hubo tres ausentes: Voluntad Popular, Proyecto Venezuela y Alianza Bravo Pueblo) tuvieron el coraje para hacerlo conscientes de que sus extremos, radicales y violentos, presionaban contra cualquier encuentro que no significara la rendición del gobierno. Esperamos que sepan superar el chantaje al que estarán sometidos y persistan en esos encuentros; la mayoría de los venezolanos les reconocerán el esfuerzo, aunque el precio sea el quiebre de la oposición. El presidente Maduro debe estar satisfecho. Sus reiterados llamamientos al diálogo, su convocatoria a la Conferencia de la Paz pese a la ausencia de los partidos de la MUD, el éxito logrado en las reuniones con gobernadores y alcaldes de oposición, con los empresarios, y finalmente, con la mediación de Unasur, y al añadido del Nuncio, haber reunido a las dos sectores que prepararon las condiciones para el diálogo, son, en buena parte producto de su voluntad y convencimiento de que la del diálogo es la única vía para alcanzar la paz. No debieron esperar tanto tiempo ni 40 muertos para acordarse. Y en lo adelante, concesiones tendrán que hacerse mutuamente para garantizar el éxito y satisfacer las expectativa de la mayoría del país.
El primer año
La política opositora frente al gobierno del presidente de Nicolás Maduro no tiene parangón con lo que ocurre regularmente con otros gobernantes recién electos. Les dan un período, habitualmente de 100 días, como un compás de espera. Aquí lo hizo el MAS con su línea de Vamos a ver frente a Carlos Andrés Pérez hacía poco electo. Algo así como un chance para ver cómo será su gobierno, los ataques se atenúan y hasta desaparecen. Con Maduro fueron implacables. Con recordarles que comenzó declarándolo presidente ilegítimo, y llamando a los opositores a descargar su arrechera en la calle, con saldo de 11 muertos, numerosos heridos y destrucción de propiedades públicas. Debieron pasar semanas hasta que el secretario de estado John Kerry dio en Washington señales de reconocimiento para que aquí siguieran la línea. La respuesta del Presidente fue de lo que llamó gobierno de calle, bastante exitosa. No era fácil estabilizarse cuando debía tratar de llenar el vacío que dejó la desaparición del presidente Hugo Chávez, y enfrentar esta campaña opositora que no daba paz ni cuartel, convencidos de que el chofer de bus no la aguantaría, y que está siendo reforzada con la oleada de tendenciosa informaciones en el exterior. Así es como pudo celebrar su primer año.
Otros cambios
No han sido espectaculares, pero en Centroamérica también se observan los cambios que son mas visibles en Suramérica, los mismos que tanto preocupan en Washington y que se expresan en la actividad de Unasur, cuya mediación hasta la Casa Blanca debió reconocer. A la reciente victoria del Fmln en El Salvador que llevó a la Presidencia al ex guerrillero Salvador Sánchez Cerén, hay que sumar la derrota del bipartidismo en Costa Rica después de casi medio siglo y el triunfo de la centroizquierda de Acción Ciudadana; la alta votación de la izquierda en Honduras: 28% de Xiomara Castro con Libre; y el ya consolidado del frente sandinista con Daniel Ortega en Nicaragua. Como se vea, y desde donde uno se coloque, se percibe una región que también está cambiando. ¿Cuándo un Presidente de Costa Rica se atrevía a decir que no son deseables las relaciones monogámicas? Y eso lo dijo Luis Guillermo Solís. Lo que no agradó nadita en la Embajada de EEUU.
Además del daño causado por las guarimbas, conocidos por todos, sufridos por muchos, debe añadirse su efecto en la actividad empresarial. De acuerdo con estadísticas del Ministerio del Trabajo, en lo que va de año 48 empresas cerraron, la mayoría por efectos de las acciones violentas en sus inmediaciones, mientras en todo el año 2013 esa cifra fue de 32.Habrá quienes lo sientan y lo lloren, pero las Memorias del Ministerio de Energía y Minas revelan que ya no dependemos como antes de la venta del petróleo a EEUU. La política de diversificación del mercado que inició el presidente Chávez está dando sus frutos: Asia, con un pelín más del millón de barriles diarios, es nuestro primer mercado (China con 563 mil barriles diarios y la India 396 mil, lo demás a Japón), mientras a EEUU y Canadá les vendemos 797.000 bd.A Henry Ramos Allup, quien más se destacó entre los opositores, comienza a fallarle la memoria. Dijo que se equivocan quien creen que los militares van a dar un golpe para entregarles el poder a los civiles, pero eso fue lo que hicieron Pérez Jimenez y demás jóvenes oficiales cuando dieron el golpe de octubre del 45 al presidente Medina Angarita: le entregaron el poder a Rómulo Betancourt y otros dirigentes de AD. (Los cambios más importantes ocurridos en la Fuerza Armada desde la IV a la V, los explica en José Vicente Hoy el general Padrino López en Televen a las 9 am).