El legado que el Comandante Chávez dejó sembrado en el corazón de nuestra militancia revolucionaria, está llena de enormes valores morales y éticos, que han fortalecido a nuestro pueblo por su extraordinaria sensibilidad humana.
En nuestra conciencia y en nuestro quehacer diario, llevamos con mucha pasión y afecto las nociones y prácticas que nos inculcó el Comandante Chávez sobre la justicia social, la equidad, la solidaridad, la igualdad, la libertad, la independencia, la soberanía, el respeto por el otro, la paz, el amor a la patria y a los símbolos patrios, el internacionalismo, el antiimperialismo y la integración de los pueblos.
Estos valores han forjado a través de los años, la conciencia de nuestros militantes revolucionarios. Nos ha brindado un conjunto de referentes y ejemplos para luchar contra las injusticias, el egoísmo y las desigualdades que genera el perverso sistema capitalista. En todos los temas que estamos debatiendo, en el camino hacia el III Congreso del Partido, nos encontramos con dos de estos términos, los cuales queremos resaltar por su profunda condición humana y revolucionaria: la Solidaridad y el Internacionalismo.
En la Solidaridad encontramos la organización social y política del pueblo en el empeño de construir el bien común, de lograr la justicia social y la equidad. Esto no pretende otra cosa que ayudar al necesitado, incluir a los excluidos y reducir la oprobiosa brecha entre ricos y pobres. El Comandante Chávez siempre nos repetía “de cada quien según sus posibilidades, a cada cual según sus necesidades” y nunca se cansó de citar al querido apóstol José Martí “con los pobres de la tierra quiero yo mi suerte echar”. En el Libro Azul el Comandante Chávez nos señala también que “El hombre, ese ser de nervio, sangre y razón, debe trascender los límites de sus propias miserias individuales y ubicarse en el ámbito fértil de las relaciones sociales solidarias…”.
Para las fuerzas revolucionarias, el Internacionalismo no es otra cosa que una fase superior, fronteras afuera, del ejercicio práctico y cotidiano de la solidaridad. Como revolucionarios apoyamos y colaboramos con fervor con todas las causas justas del mundo. Como decía el Che Guevara “…si usted es capaz de temblar de indignación cada vez que se comete una injusticia en el mundo, somos compañeros...". Con este ejemplo de vida, los revolucionarios nos preparamos para cooperar con los pueblos del mundo. Por eso en el Plan de la Patria está claramente señalado, en el Cuarto Gran Objetivo Histórico, la visión de “Contribuir al desarrollo de una nueva geopolítica Internacional, en la cual tome cuerpo el mundo multicéntrico y pluripolar que permita lograr el equilibrio del universo y garantizar la paz planetaria en el planeta”. En la praxis, el Comandante Chávez siempre prefiguró espacios geoestratégicos, logrando acuerdos, alianzas y convenios internacionales que permitieron posicionar al país y a nuestra Revolución como un baluarte para la defensa de la paz, la justicia social, la solidaridad mundial y el desarrollo económico y tecnológico. Con dedicación y empeño apoyamos la lucha Palestina y luchamos contra la pobreza en Haití y en África; y con la coincidencia ideológica, estratégica y política de muchos países hermanos, impulsamos la creación de nuevos espacios e instancias de cooperación, creando el ALBA, CELAC, UNASUR, PETROCARIBE y nos incorporamos plenamente al MERCOSUR.
Todos estos valores están sembrados en la conciencia de nuestro pueblo, nos enaltecen y dan continuidad a esa extraordinaria visión que nos legó nuestro Libertador Simón Bolívar, de luchar por la libertad y la independencia, no solo de la Gran Colombia, sino de toda América.
El Comandante Chávez nos guió y orientó por este hermoso camino: el de la Solidaridad y el Internacionalismo, elementos integrales del sentir revolucionario.
La causa Palestina
Una de las causas mundiales donde afloran los mayores sentimientos de solidaridad y se escucha el clamor mundial de repudio, es contra los métodos de neocolonialismo aplicados impunemente por el estado de Israel en contra del pueblo Palestino. Palestina lucha diariamente por recuperar sus tierras, por el reconocimiento de su Estado y por el fin de los oprobios y agresiones que inclementemente recibe del gobierno israelí, con el solitario apoyo y el respaldo financiero-militar del imperio norteamericano.
Coincidiendo con la visita del Presidente Palestino a Venezuela, Mahmud Abás, el pasado 15 de mayo el pueblo Palestino y los pueblos libres, justos y solidarios del mundo, conmemoraron el 66 aniversario del día del Nakba, el día del desastre. Este día, en 1948, se impuso la creación del Estado de Israel en territorio históricamente Palestino, y sobre esta semilla de odio comienza la sistemática expulsión y éxodo del pueblo palestino de sus tierras en medio de la guerra árabe-israelí. Finalizada la guerra, Israel avanzó en la ocupación del territorio con el despliegue de sus “colonos”, asaltando y ocupando las tierras que siempre pertenecieron al pueblo Palestino. En la actualidad existen más de 482 asentamientos y bases militares israelíes en Cisjordania, contando con la “ocupación” de más de 560 mil “colonos” israelíes.
La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) señala que hay más de 4.260.000 palestinos refugiados. La enorme injusticia cometida contra este pueblo persiste con fuerza, y en pleno siglo XXI de cada tres refugiados en el mundo, uno es palestino.
Paralelo al desplazamiento territorial y a la ocupación sufrida por el pueblo Palestino a manos de las fuerzas neocolonizadoras israelíes, persiste un total control sobre las actividades productivas y comerciales. Las fuerzas de ocupación israelíes controlan absolutamente todo: el acceso al agua potable, al combustible, a los puertos, las aduanas y los impuestos, el acceso a los silos de trigo y la circulación de medicinas, alimentos y mercancías en general. Esto ha generado críticas condiciones sanitarias y nutricionales, y serias dificultades en el acceso a los bienes y servicios básicos más elementales para la vida humana.
En el año 2012 la Organización de Naciones Unidas aprobó la Resolución 67/19, concediendo a Palestina la condición de Estado observador no miembro de la organización, reafirmando igualmente el derecho del pueblo Palestino a su territorio bajo las fronteras establecidas antes del despojo producto de la Guerra de 1967. Luego de esta resolución no se ha avanzado en la admisión de Palestina como miembro pleno de la organización, pues para ello se necesitaría de la aprobación del Consejo de Seguridad, en el cual Estados Unidos, con su recurrente soberbia y doble moral, se ha opuesto a la creación del Estado Palestino.
2014: Año Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino.
Viva Palestina libre!!!