Así tituló en 1845 su libro el argentino Domingo Faustino Sarmiento, con i en lugar de y. Ese libro fue la raíz del apotegma aquel de «si nos hubieran conquistado los ingleses»… La misma mentalidad bobalicona que dice eso hubiera dicho en el siglo XVI: «Qué bueno que nos están conquistando los españoles». Porque España era el epicentro del poder mundial en todos los órdenes y a esa mentalidad bobalicona la hipnotiza el poder de cualquiera. Mañana la veremos embobada macujeando en chino.
Esa mentalidad está tan colonizada que le hablas de cualquier cultura que no sea gringa y le entra una temblequera de rabia, ¡dígame si le dices algo en francés! Se pone como loca. Por eso procuro estar lejos de gente así, porque el pitiyanqui es más yanqui que los yanquis. Porque no los conoce en realidad y solo les asimila lo peor que tienen e ignora lo mucho bueno que tienen.
En su libro Sarmiento promueve a Europa y a los Estados Unidos como modelos de civilización. En cambio Rómulo Gallegos hace 85 años puso a Mr. Danger como émulo de Doña Bárbara. Es decir, los Estados Unidos eran parte de la barbarie.
Y eso que no se comportaban como hoy, promoviendo barbarie por doquiera que pasan. Ahí tienen ardiendo en barbarie la mitad del Medio Oriente y amenazada a la otra. Ahí tienen a la martirizada Ucrania. O a Siria, resistiendo más que heroicamente. A Irak lo han vuelto un pandemonio incomprensible hasta para ellos mismos, que John Kerry llegó a insinuar una alianza desquiciada con Irán para enfrentar a sus bárbaros desatados, que se fueron de Siria para Irak, con el proyecto de crear un régimen islámico integrista en todo el Levante. Aprendices de brujo.
Un prototipo de ese infierno lo tuvimos en las guarimbas, esos aquelarres desaforados en que reinaba toda desmesura, la hybris de que hablaban los griegos. No hubo desenfreno que no tuviera asiento en esos focos de barbarie. Quemaron, mataron gentes, animales y árboles, destruyeron, obstruyeron, violaron cuanto derecho humano hay. Los padeciste.
La achacosa tesis de civilización vs. barbarie se volteó: son ahora los Estados Unidos los portadores de barbarie y nosotros los portadores de civilización, siempre que andemos «uno o dos pasos delante del caos», como proponía el Che.
