Un verdadero revolucionario debe sentir preocupación por la carta “Testimonio y resposabilidad ante la historia” hecha pública por el ex ministro Jorge Giordani.
Es difícil entender, como una persona que gozo tanto de la confianza de nuestro gigante, ponga en tela de juicio decisiones del presidente Maduro, aduciéndose razones de inmadurez y hasta egoístas, para atinar en las soluciones tendentes a superar escoyos económicos, contraviniendo la visión que del mismo expuso el propio presidente Chávez cuando nos invitó a escogerlo para ser el candidato optimo a sustituirle.
Sin entrar a cuestionar sus objeciones a algunas políticas económicas de las que con razón o sin ella, adolecería el jefe de Estado, según el doctor Giordani , quien, no en vano, fungió como asesor en esta materia para el gobierno bolivariano, antes y después de Maduro, difícilmente podría lavarse las manos como corresponsable de la crisis económica que el desabastecimiento, la especulación y la alta inflación han castigado el pueblo venezolano, independientemente de que la mayor responsabilidad de la misma sea atribuible a las acciones criminales que internas y externas de los enemigos de la patria, hayan contribuido a materializarla en su afán por dar al traste con la revolución bolivariana.
Tiene razón Giordani en señalar que Maduro no es Chávez ni él ha pretendido serlo y que se trata de dos estilos diferentes de gobernar con lo cual se contradice al acusarlo de quererlo copiar pero de lo que si no podría acusarlo es de traicionar los principios revolucionarios y su lealtad al legado del presidente Chávez.
Sin pretender cuestionar las razones en que se sustenta Giordani para acusar a Maduro de deficiente en la conducción de la política económica del país al no escuchar sus “sabios consejos”, porque ese no es el norte de este artículo, amén de ser neófito en tal materia, lo que no se le puede perdonar a este ilustre compatriota, es que, para justificar su conducta ante la historia haya dejado caer un mando de sospecha de corrupción sobre el presidente Madura al incluir en la carta de marras un párrafo como el que textualmente reproduzco:
“A la vez la política frente a los agentes privados es al menos confusa y las presiones de esos agentes parecen abrir camino a la reinstalación de mecanismos financieros capitalistas que satisfagan los intentos de recapturar excedente petrolero por la vía financiera.
A la luz de estos hechos surge una clara sensación de vacío de poder en la Presidencia de la República, y concentración en otros centros de poder, destruyendo la tarea de instituciones como el Ministerio de Finanzas y el Banco Central, y dando por hecho consumado la independencia de PDVSA del poder central”.
La sola expresión “vacío de poder” incluida en este desafortunado párrafo de la carta de Giordani, lamentablemente echa por tierra todo cuanto pueda justificar su paso digno a la historia, tal como aspiraba con la publicación de esta carta cuyas observaciones bien pudo guardar para, de manera confidencial, presentarlas o hacérselas llegar al presidente Maduro, sin que ello comprometiera hasta ahora, su honorable carrera política. Pero como el corregir también es de sabios, espero que Giordani encuentre la manera de enmendar su error y continuar siendo útil a la revolución antes de convertirse en leña fértil para los enemigos de la Patria.