No eres del tiempo de la famosa “Toña la Negra”. Ella cantaba un bolero que ahora uso su título para debatir contigo “de mujer a mujer”. Te conozco visualmente a través de imágenes en los medios escritos y audiovisuales. Te veía angelical, cara de virgen, pero sin llegar a pensar en “las caras lindas” del gran Maelo. El gran Maelo se refería a sus negritas con famosa canción de “mis caras lindas”. Eres una carita linda, pero no en el sentido de Maelo.
Viene y acontece que el ser humano “ata cabos”. El ser humano tiene la posibilidad de aprender o desaprender constantemente, siempre en función de lo que cree saber y de las informaciones que van llegando a su centro de procesamiento. Así me ha pasado contigo, tenía esa idea tuya: “Ser angelical”. Una persona muy linda en el todo el sentido que esa palabra puede tener humanamente.
Este martes 15 de julio como lectora de medios de comunicación escritos, me encontré con una declaración tuya y desafortunadamente para mi, esa idea de persona angelical se está desmoronando, porque también desafortunadamente, mi centro de procesamiento de información comenzó “atar cabos” y me encontré con una cosa muy curiosa.
En la edición de Últimas Noticias que llega a El Tigre, leo en la página 18 de esta edición del martes 15 de julio, una declaración tuya y ahí como titular leo “Batalla de Ideas” y en el texto de la declaración esa frase aparece más de una vez, lo cual hace suponer, que eres un soldada para una “batalla de ideas”. Hasta aquí, no he tenido la oportunidad de “atar cabos”. Sin embargo, mi centro de procesamiento información me trae el nombre de Héctor Navarro y ese procesamiento me indica que la carta que envió el camarada Héctor Navarro va dirigida también a ti porque eres miembros de ese tribunal.
Vamos que entonces, no se entiende mucho cómo eres una soldada para el “debates de ideas” y así lo planteas cuando hace referencias al III Congresos del PSUV, pero no fuiste capaz como persona de reconocer que Héctor Navarro hizo uso de su derecho a exponer libremente sus ideas y solidarizarse con otra persona. Ustedes, no sólo lo suspendieron automáticamente del PSUV, sino que no le permitieron invitarlo a la Dirección Nacional de la cual fue miembro, con la finalidad de darle la oportunidad para que expusiera sus ideas y se diera así, la posibilidad de hacer corresponder lo que decimos con lo que hacemos.
Es más, la suspensión fue tan reactiva e inmediata, que casi se conoce primero que el contenido de la carta de Héctor Navarro.
Blanca, cómo “entender la dimensión del III Congreso como espacio para la batalla de ideas”, si no fueron capacees (y te incluye a ti) de reconocer que Héctor Navarro tenía derecho a defenderse antes de pasarle por encima una aplanadora. Todo eso contó con el consentimiento tuyo. Dime Blanca, por qué razón no te aguantaste y sentiste que equivocado o no; Héctor Navarro no podía ni debía ser suspendido así tan reactivamente de sus funciones como miembro de la Dirección. No digo que sea imposible. Lógicamente, si fue puesto casi a dedo es posible que también pueda ser echado a dedo, pero qué paso con el debate de ideas, la autocrítica y todas esas cosas que nos dicen.
Después de tener esa idea de ti, no estoy muy ganado para sentirte como una conductora. Atando cabos, tengo dudas ahora y no dejo de ver un tablero de ajedrez muy particular. Veo un rey y peones. Un peón se mueve es correcto, pero un peón no debate con el rey, para decidir en conjunto qué posición toma en el tablero. El rey mueve al peón sin debatir con él, la idea que tiene el peón.
Siento mucho esto y me pesa. Eres mujer y “de mujer a mujer”, te expreso mi idea y unas preguntas finales: ¿Te acuerdas como botaron al señor Alfaro Ucero de un partido de la IV? ¿Te acuerdas cómo tratamos a Müller Rojas, luego que escribió y dijo unas cosas? Ambos procedimientos fueron muy parecidos. La botada o suspensión de Héctor Navarro es el mismo procedimiento y estamos en un partido Revolucionario y en una cosa que llamamos Socialismo del Siglo XXI.
@La_DagaRoja