Autoridades civiles y militares en Valencia se aprestan a rendir honores este 24 de julio en lo que será el 231º aniversario del natalicio del Libertador Simón Bolívar, como es costumbre, con actos de ofrenda florales ante el monolito y que se caracteriza en la región por tratarse de la asistencia de las principales autoridades institucionales representativas del gobierno nacional, regional y local. Con la diferencia, de tiempos pasados y modernos, que existen ciertos grupos que cumplen con esta efeméride porque recuerdan a un Bolívar como el héroe independentista del dominio español pero no, además, como el visionario aquel de una América resistente y sólida frente a la injerencia de potencias emergentes, como es dado el caso, en la actualidad, de los Estados Unidos de Norteamérica.
Bolívar, en 1817, con altura intelectual, el conocimiento de las relaciones internacionales y del Derecho de gentes logra colocar en su sitio a Bautista Irving, el agente especial de los Estados Unidos ante el Gobierno de Venezuela en lo que es considerado el primer enfrentamiento entre un país Latinoamericano con esa nación del norte.
El asunto se trató que poco antes de la toma de Angostura por los patriotas fueron capturadas dos goletas norteamericanas, llamadas la “Tigre” y la “Libertad”. Sus dueños –situación idéntica que no deja de repetirse en la V República por parte de cúpulas derechistas- se fueron rapidito a reclamar al gobierno yanqui por lo que éste destacó a Bautista Irving para que mediara en su liberación vía correspondencia.
Según cuenta el libro Venezuela vs USA, en presentación de Ricardo Pardo y de edición reciente por El Perro y la Rana, en diversas ocasiones los patriotas mostraron alegatos de la intromisión gringa pero fue Bolívar el que con determinada posición sentenció: “Desde los primeros día de enero de 1817, las plazas de Guayana y Angostura fueron sitiadas hasta el mes de agosto del mismo año. En ese tiempo las goletas ‘Tigre` y ´libertad´ han venido a traer armas y pertrecho a los sitiados, y por eso cesan de ser neutrales, se convierten en beligerantes, y nosotros hemos adquirido el derecho de apresarlas por cualquier medio que pudiésemos ejecutarlos”.
Ciertamente, hoy, en una fecha tan memorable, de dignidad nacional, continental y de ejemplo ante el mundo un sector de la ciudadanía enarbola las banderas de la justicia y la libertad para recordar a un héroe nato que gracias a su genio pudo dar a este país la independencia política, territorial y marítima del yugo opresor que venía de la península ibérica hace dos siglos pero que también, gracias a ese pensamiento hacia el suelo nativo trae el beneplácito hacia nuestros hijos y nietos nazcan como hombres y mujeres dispuestos reivindicar el sacrificio de quienes acompañaron a ese gran soñador en tan difícil y gloriosa gesta.
Sinceramente, y hay que decirlo de forma muy abierta, en todas las plazas Bolívar de este país quienes irán a ofrendar al Libertador no todas y todos llevarán ese pensamiento y esa actitud propia del legendario guerrero que se traduce en erradicar las más viles posiciones viciadas que brinda la comodidad de un cargo público. Hace falta mayores compromisos en el trabajo y acabar con tanta desigualdades, no sólo aquí, sino en muchas partes de Venezuela y el mundo. Ser bolivarianos no es colocarse un botón en la solapa; es portar la espada justiciera frente al desparpajo de las élites que atentan contra la seguridad y felicidad de un pueblo que no sale de recibir migajas.
Ante tal entrega y compromiso es que la Sociedad Bolivariana capítulo Carabobo se siente hondamente entusiasmada y se distingue, a leguas, de ser verdaderamente Bolivariana, socialista, revolucionaria, antiimperialista y chavista.