“Un pueblo destruido no puede hacérsele renacer, y la muerte no puede convertirse en vida”.
Sun Tzu….
Durante unos días de ausencia he solido tener pesadillas por lo que se esta viviendo en Venezuela, mi país natal. En estos 15 años de gobierno bolivariano he visto vidas, negocios, y un sin número de sueños destruidos por el uso arbitrario de la ley, o por la falta de aplicación de leyes justas. Muchos se hacen de la vista gorda para no aplicar la verdadera justicia.
Los militantes de la izquierda simpatizantes de la revolución bolivariana, y los otroras defensores de los derechos humanos durante la IV Republica están cegados en sus ataques y abusos hacia los empresarios productivos venezolanos; mezclados con los odios de ciertos simpatizantes de la extrema derecha, donde el hampa criminal actúa impunemente cegados también por los asesinatos, los secuestros, y la actuación de los colectivos terroristas. En lugar de una revolución bolivariana con una justicia ciega frente a la impunidad, estamos viendo crecer a nuestra juventud en un país con una epidemia de odio en contra del sueño, y el divino tesoro de tener un verdadero Estado de Derecho.
La sociedad venezolana se ha incivilizado al ser testigo, de ver a las autoridades partidistas que actúan como fiscales, y jueces de sus propias causas y de la contrarias. La burocracia parasitaria puede enviar a la quiebra cualquier empresa que son victimas de las telarañas de regulaciones confusas, y contradictorias que generan: la inflación, escasez, especulación, inseguridad etc. La arbitrariedad, y la impunidad de las autoridades, han logrado que la mayoría de los venezolanos hayamos perdido el respeto por las leyes, normas, y sus reglamentos.
¿Está Venezuela infectada por la misma enfermedad de la EX-URSS? Estamos abordando y retando los desafíos más apremiantes hacia la libertad y la prosperidad. A juzgar por el contenido de los hechos de una inflación que amenaza con acercarse a los tres dígitos este 2014, la respuesta del alto gobierno bolivariano hasta estos momentos es preocupante: la mayoría de las áreas de la economía, y de la justicia en Venezuela están bajo el ataque de la entropía.
Existen estudios realizados por académicos prestigiosos para salir de este atolladero, en que nos ha metido el dogmatismo, retrogrado estalinista del siglo XX.
Hay economistas, juristas y filósofos políticos, que ven con preocupación como aquí se patea el imperio de la ley de diferentes formas, y en diferentes aspectos. Todos ellos coinciden, sin embargo, en la función esencial que desempeña el incumplido artículo numero dos de la CRBV, por una sociedad libre, y la importancia de la imparcialidad de los tribunales de la republica frente al: “El Estado de Derecho en Venezuela” para definir mejor el término. Mientras que los economistas mas avezados poniendo como ejemplo el actual desarrollo económico del Ecuador gobernado por Rafael Correa, donde enfatizan sobre los “derechos de propiedad modernos, y la ejecución prístina de los contratos”, las leyes tienen que ser como un conjunto de reglas donde la justicia una a la sociedad venezolana.
El principal problema que enfrenta la revolución bolivariana: es el excesivo burocratismo centralizado con problemas para adaptarse a los cambios de la economía actual de este moderno siglo XXI; y la dependencia extrema de ideologías fracasadas del llamado socialismo real del siglo XX, sabiendo que nunca fueron “buenos”; y carecían de legitimidad por eso se derrumbaron. El burocratismo parasitario está tomando mucho poder, la hipocresía de los “nuevos cicerones” está erosionando la confianza en todo el Estado de derecho, y el gobierno bolivariano de Nicolás Maduro Moros está perdiendo legitimidad de desempeño, ya que es visto como esta al servicio de un perverso capitalismo de estado, con oportunistas de la derecha como compinches en el poder.
No hay que ser un experto en la materia económica para ver el daño causado por el pensamiento “ideológico trasnochado del siglo XIX y XX”, y por el crecimiento de la intervención del gobierno en la economía que la ha puesto parapléjica. Nicolás Maduro, tiene que aplicar principios basados en reglas claras que estimulen la innovación y lleven la economía a un crecimiento a largo plazo. Hay ministros inexpertos en la materia económica que ha recibido poderes sin precedentes, y sin supervisión legislativa. Es el ejemplo más reciente de la continua escalada inflacionaria y de la escasez, por el descontrol persistente, donde se aleja al inversionista, y se pisotea el Estado de Derecho.
Todo este despelote socioeconómico nos están alejando del socialismo bolivariano que queremos construir, y de la revolución que pretendemos defender. Todos los controles empezando por el cambiario, nos ha “llevado a la corrupción, al capitalismo de los llamados boliburgueses con inversiones en el Imperio, y a los privilegios especiales.
Todos estos controles demuestran cómo este sistema, agobia a los ciudadanos y a nuestra economía que no nos deja producir lo necesario para el consumo interno, además de ponernos en desventaja para competir con los excedentes a nivel internacional. Esperemos que esta nueva reflexión sobre la enfermedad de la economía venezolana, lleve al presidente Maduro y a sus asesores económicos a redoblar esfuerzos para recuperar el aparato productivo. Ya que el sueño socialista está en juego.