La Revolución es una e integral y como decía mi tío MAO, debe ser hecha por el pueblo y no por quienes administran. Pero por circunstancias históricas, en nuestro país el liderazgo de la transformación revolucionaria ha sido definido en sucesivos procesos electorales, quedando inicialmente en manos del Presidente Chávez y luego en las del Presidente Maduro.
Circunstancia que trasformó de hecho a los altos mandos de un gobierno asentado en una estructura estatal liberal, implantada desde la época de Páez por los amos del gran capital, en dirigentes de la etapa de transición hacia un nuevo modelo de organización social: el socialismo del Siglo XXI. Tarea ya difícil por la falta de una definición clara del modelo y por las distintas experiencias, trayectorias y visiones de los funcionarios, complicada ahora más por la ausencia de ese ser excepcional llamado Chávez
Supongo yo que consciente de su inmensa responsabilidad, del momento crucial que atraviesa el país, de la imperiosa necesidad de mantener el poder y ampliar los logros conquistados, y de las limitaciones señaladas, el Presidente Maduro se propuso darle un sacudón revolucionario a su Gobierno. Creó los Consejos Presidenciales Populares (CPP) y concentró la administración pública alrededor de cinco revoluciones o ámbitos de acción, a cargo de cinco super servidores públicos llamados a desmontar el estado burgués y a administrar con absoluto compromiso con el pueblo y con absoluta trasparencia el poder y los recursos que les sean delegados. Super jefes del Gobierno (y del PSUV) encargados tanto de atender las inquietudes y las necesidades prácticas del pueblo como de darle un giro cualitativo al gobierno para acelerar el proceso revolucionario y la transformación cultural integral del país.
Super jefes que deben trabajar coordinadamente entre sí, con los CPP, con las organizaciones populares y con los movimientos sociales para poder avanzar efectivamente en la consolidación la independencia nacional; en la construcción del socialismo bolivariano; en la conversión de Venezuela en una potencia social, económica y política y en la concreción de una nueva geopolítica mundial con énfasis en la unión latino caribeña. Todo ello con miras a la construcción de una nueva Venezuela y a la formación de unos nuevos venezolanos que contribuyan a la preservación de la vida en el planeta, sin la cual nada de lo anterior tiene sentido.
Éxito y que Dios nos coja confesados…