“La opinión pública es el contenido político de la voluntad política pública que podría ser discordante: por eso existe la lucha por el monopolio de los órganos de la opinión pública: periódicos, partidos, parlamento, de modo que una sola fuerza modele la opinión y con ello la voluntad política nacional, convirtiendo a los disidentes en un polvillo individual e inorgánico.”
Antonio Gramsci….
No hay algo peor que el Ébola o Chikungunya dentro del proceso bolivariano que un revolucionario de pacotilla. Estas personas fanáticos unos y oportunistas otros le hacen más daño al gobierno de Nicolás Maduro, que toda la oposición y sus seguidores, ya que actúan como los peores mercenarios del califato de ISIS. Son más contrarrevolucionarios que eso que ellos llaman la burguesía parasitaria, ya que están adentro del proceso revolucionario, destrozando las conquistas sociales por lo que tanto luchó Hugo Chávez, haciéndole más difícil la vida al venezolano de a pie por sus practicas sectarias estalinistas.
Siempre he mantenido desde adentro una crítica propositiva de las cosas que marchan mal, causantes de: la inflación, escasez, especulación, inseguridad etc. Mucha de las veces asqueado de una realidad gobernada por un burocratismo parasitario indolente sin visión ni criterio más allá que el de lograr su beneficio personal. Esta aberración estalinista es el peor enemigo al que se puede enfrentar un verdadero y auténtico socialista revolucionario y democrático. Estos personajillos mal interpretan las leyes las cuales manipulan, y manejan a su antojo y conveniencia. Siempre he elevado mi voz de protesta para llamar la atención de que se corrijan los errores por parte de esas personas que tienen en sus manos el poder de decisión.
No existe la peor traición para un revolucionario cuando se ve embestido por quienes apoyó, ya en el poder deben estar para guiarnos, no para destruirnos. Esta semana del 23 al 27 de septiembre del 2014 me he sentido traicionado cuando se me persigue. Que el sectarismo fundamentalista estalinista no canten victoria todavía sobre mi, porque ni Hugo Chávez en vida, ni Nicolás Maduro hoy de presidente, hasta ahora han perdido mi confianza. Se me ataca porque no comulgo con el enemigo encubierto que en forma miserable escondido entre la multitud revolucionaria se disfrazan con la vestimenta roja rojita gritando y repitiendo como loros consignas en las que no creen, pero de las cuales sacan mucho provecho económico.
Es algo muy lamentable de que estas hienas con pieles de oveja sigan ocupando cargos, cuyas políticas que mal ejercen maltratan al pueblo humilde y trabajador. Ya que la forma despreciable como ejercen el poder se reproduzca como una plaga bíblica infectando de descontento al pueblo venezolano. Es muy triste que este burocratismo mediocre no vea más allá de sus narices, cuando se tiene en sus manos el poder de decisión para darles calidad de vida a todos los venezolanos.
El rumbo hacia las elecciones de la nueva Asamblea Nacional en el 2015 está trazado. Ahora solo falta que este burocratismo insignificante se aparte de las tareas destinadas a gente política con visión de futuro.
A veces me siento decepcionado, pero no perdido, siempre busco el sueño de una verdadera sociedad socialista democrática: donde impere siempre La verdad. Con un ayer, y un hoy con sueños. Viendo siempre si existirá un mañana para las nuevas generaciones.
