La realización del congreso del Psuv a mediados de este años, fue saludado con júbilo y entusiasmo, como es natural, por los miembros del partido más cercanos al gobierno o, en el gobierno; pero haciendo una observación tardía a la luz de algunos análisis de hechos recientes, puedo sostener que los resultados de dicho congreso no son del todo una cuestión de júbilo, yo no soy dado a la crítica solapada o al pesimismo, y sin embargo no puedo sino sentir que algunas de las 5 propuestas de trabajo que se planteaban la profundización del socialismo y la productividad nacional han sido impulsadas con métodos no coherentes con los principios revolucionarios, que en un plazo corto y a la larga van hacer más mal que bien.
Es alarmante el incremento de los asesinatos políticos de los últimos días y del silencio o la distorsión con que se maneja la información sobre tales hechos por parte de los dirigentes estatales y del Psuv y de sus medios de comunicación. También son evidentes las priorizaciones gubernamentales por financiar con cantidades elevadas de dinero el funcionamiento de la empresa privada, se suma a esto la continuidad del bloque empresarial y principalmente el descontento de la población por la situación de violencia.
El peligro que veo enfrente es que el partido socialista, bajo las condiciones actuales tiende a atraer elementos que no se pueden asimilar y que pueden más bien estancar al partido, o desgarrarlo con conflictos internos, o que puede llegar a ser penetrado y corrompido con el espíritu reformista burgués, a tal punto que tales elementos, prácticamente van a destruir su virilidad y eficiencia como organización revolucionaria.
Desde mi punto de vista, mantener el carácter clasista popular y la integridad revolucionaria del Partido socialista venezolano es de primera importancia en este momento.