Revolución Bolivariana: ¿Cuál Gobierno, cuál Gobernanza?

En caso de desconocimiento: “gobernanza: ´nueva forma de gobernar´ en la globalización”; es decir, “…eficacia, claridad y buena orientación en la intervención del Estado que proporciona a éste buena parte de su legitimidad…”. ¿Hay una relación directa y no excluyente entre gobierno y gobernanza? ¿Toda la responsabilidad de Estado recaería en un jefe de gobierno sí sus ministros toman decisiones equivocadas y/o no informan las realidades cotidianas de la gobernanza? ¿Son también responsables los centros de control del Estado cuando no ejercen sus propias y obligantes responsabilidades contraloras en tiempos reales? ¿Cómo se conjugan estas realidades en cualquier proceso revolucionario de carácter hacia el socialismo con fuertes conjugaciones nacionalistas en sus diálogos dialécticos allende nuestras fronteras venezolanas y, en ese discurso, cómo se conjugaría las responsabilidades obligantes de Venezuela como miembro no-permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas? En el marco de lo ante-propuesto como inquietudes revolucionarias obligante preguntarse necesariamente: ¿cómo ejercerán sus responsabilidades legislativas tanto las diferentes Comisiones como los “grupos de amistad” en íntima relación con las responsabilidades constitucionales del Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Exteriores?

¿Qué queremos expresar y exponer para “tirios y troyanos”?. En primera instancia, es necesario ser reiterativo: estamos en un proceso de revolución y punto. En segundo punto, el liderazgo demostrable y obligante está en las responsabilidades de Nicolás Maduro Moros no solo por la sugerencia que realizara Hugo Rafael Chávez Frías sino porque “se batió como los buenos” en aquellas elecciones que ganara a sí fuera “…por un solo voto…” porque así es la normativa de la Democracia. En tercer paso, el Estado venezolano así fueran tiempos de capitalismo de la 4ta. República, las realidades evolutivitas del capitalismo venezolano eran de obligación realizar “reformas” (no revoluciones) obligantes por las contradicciones entre la globalización y lo significativo de un Estado rentista, es decir, un Estado chucuto y fuera de los tiempos históricos. En nuestro criterio y conocimiento en aquellas contradicciones que se irían desarrollando desde el primer gobierno CAP con sus vaivenes posteriores gubernamentales desarrollaron enfrentamientos entre los actores decisorios del capitalismo venezolano entre dos modelos: el desarrollo del capitalismo venezolano en ese mezcolanza entre un capitalismo de Estado con fuerte presencia de la economía privada, en uno de los sectores, y la decisión de sectores bien definibles que se adscribirían a la globalización del modelo de Ronald Reagan y Margareth Thatcher, es decir, lo que se ha denominado como el “capitalismo neo-liberal”; es decir, un fuerte enfrentamiento entre las tesis que promoviera don Rafael Caldera Rodríguez y aquellos capitalistas que adscribieran “las privatizaciones del Estado” como un todo económico aún con altos costos sociales que se expresarían en aquella fecha del “27 de febrero”. Sería ridículo pensar que aquel sector que se denominaba de izquierda tuviera “invitación al baile”, realidad que supo bien captar don Rafael Caldera Rodríguez que le obligaría a llamar “al chiripero”. A título de aclaramiento, Teodoro Petkoff demostró sus realidades en sus pensares personales durante aquel trágico gobierno cuando, realmente, Caldera Rodríguez no gobernaría, realmente, dejándole el paso a las masas y no a las individualidades.

Hemos precisado sin discusión en curso que Venezuela está inmersa en una revolución que tiene nombre y apellidos: Revolución Bolivariana y chavista de carácter socialista con fuertes incidencias nacionalista a lo interno y una clara política internacionalista activa. Pero ¿Qué significan los contenidos de esa definición de revolución? En primera instancia, una revolución significa “cambios profundos reales y objetivos”. En el caso de Venezuela no se trata, solamente, de realizar cambios tanto en la estructura como en la super-estructura sino que ambas realidades conllevan los paradigmas conceptuales de los significados del concepto “socialismo” en sus obligantes tiempos históricos porque la objetivación del proceso revolucionario en sus tiempos históricos nos obliga a la máxima objetividad conceptual en praxis. A título de ejemplo, son las diferencias entre la “glasnost y la perestroika” vis a vis la política de “reforma y apertura” para nada ni difícil comprensión ni de compleja demostración cuando conocemos que China ha crecido en un PIB de un corto 9% inter-anual durante un proceso temporal de más de 15 años frente a las continuas crisis donde se ha visto inmersa Rusia por presidentes “melcochosos” hasta la llegado de Putin y Medvedev y el actual proceso de cambios profundos. Como segunda expresión conocemos de las contradicciones entre el proceso de “cambios profundos” referidos y lo tradicional-convencional capitalista como se viene expresando y comprendiendo desde el propio triunfo de Chávez Frías con una profundización durante el actual gobierno de Maduro Moros. Pero también conocemos de las diferentes contradicciones en sus calidades entre aquellos miembros relevantes de la Revolución Bolivariana referida que conceptualmente consideran que sus propuestas paradigmáticas son las apropiadas para alcanzar los reales objetivos socialistas contenidos en el “pensamiento Chávez”.

Como segundo paso obligante tanto para la Revolución Bolivariana como la hemos definido como para el Gobierno revolucionario ejercer con criterio la gobernanza para poder desarrollar las políticas sociales contenidas en el Plan de Gobierno como desarrollar en sus profundidades las estructuras económicas de la economía venezolana entrando en conocimiento las realidades heredadas pero sin descartar a aquella burguesía que se quiera y desee incorporar al proceso nacionalista e internacionalista. En ese marco, nos referiremos a una realidad concreta y conocida con respecto a las intencionalidades de “Ron Santa Teresa” de internacionalizarse con agresividad en considerando que la marca de origen está en Venezuela. Una realidad nacionalista que obliga a las praxis gubernamentales conocer y coordinar con estas realidades históricas. Lo inmediato anterior lo expresamos porque “…socialismo también es economía…” en objetividad y procesamientos temporal-históricos.

Pero la gobernanza estaría intimada en su propia realidad contradictoria producto de su praxis sino hubiera en el Estado venezolano un serio y objetivo seguimiento que se expresa en cualquier Estado en el Poder Legislativo y, concretamente, en sus diferentes Comisiones legislativas. Las necesidades del “control del Gobierno” es obligante, necesario y objetivo para el desarrollo de la estructura del Estado más cuando ese Estado en el proceso decidido de realizar “cambios profundos” aún cuando sean en el marco del desarrollo del capitalismo nacional pero aún más profundo e importante cuando esos cambios van dirigidos a un proceso revolucionario de carácter socialista con sus toques importantes nacionalistas e internacionalistas.

Tomemos un ejemplo concreto cual es la realidad intemporal de la crisis permanente de la Corporación Venezolana de Guayana. A título de ejemplo histórico nos permitimos referirnos a una tesis de la 4ta. República que suscribía la negativa a exportar “materia prima” y “semi-elaborada” en función de desarrollar “aguas abajo” todos los productos de los minerales existentes en la Región de Guayana, tesis que en nuestro criterio era y es aceptable, actual y permanente. Otro ejemplo sería la solicitud que le realizáramos a aquel Presidente de Ferrominera del Orinoco graduado en El Caribe de permitirnos una bolsa de un millón de toneladas de mineral de hierro anual a ser depositados en las Filipinas para su re-exportación a diferentes siderúrgicas chinas tal como lo tenía Brasil en Japón. Debemos precisar que nos habíamos realizados todas las correspondientes conversaciones con diferentes actores tanto filipinos como chinos para garantizar aquel mercado en aquellos tiempos cuando como responsables del desarrollo de las relaciones económicas, comerciales y petroleras fungíamos en nuestra representación diplomática en Beijing.

Es decir, las diferentes Comisiones legislativas correspondiente muy seguramente están en actos para realizar los correspondientes informes sobre las realidades globales que se suceden en la Región de la Guayana y en las fronteras correspondientes en el marco de la extracción de minerales fundamentales por cualesquiera vía posible. En ese mismo orden, debemos precisar que en nuestros pensares los cuerpos técnicos gubernamentales deberían realizar los correspondientes estudios de factibilidad para algunas reconversiones profundas de ciertas industrias básicas no solo en nuestras propias realidades sino en estudios comparativos como, a título de ejemplo, conocimos se realizaron en China. Esta propuesta se sustenta en las realidades actuales de la reingeniería profunda del sistema capitalista global que, por la vía que se está moviendo, se extendería, probablemente, hasta los años cercanos a finales de la presente década.

Pero está presente una realidad en la gobernanza cual es la relación en el sector laboral con la producción y la productividad socialista (debilidades en la conciencia revolucionaria, socialista y chavista) porque sí existe un “alcahueteo” con los sectores laborales sean en la Región de Guayana, sea en las regiones industriales en cualquier geografía venezolana, ello no es ser revolucionario mucho menos ni socialista ni ser continuador del “pensamiento Chávez”. Amén!



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Miguel Ángel Del Pozo


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