Mi abuela Josefita López, mientras prepara el acostumbrado café mañanero, comienza a disparar desde muy temprano su escopeta de perdigones verbales contra los halcones de George W. Bush. El cañón de sus palabras apunta con precisión a la Secretaria de Estado, Condoleezza Rice.

—Ahora sí es verdad que el imperio se desenmascaró y se puso al descubierto. Pues, en sus últimas declaraciones, Condy colocó sobre la mesa las cartas políticas que definen el papel que Estados Unidos jugará desde hoy hasta la realización de las elecciones presidenciales del 3 de diciembre, dice comentando lo dicho por Condoleezza Rice, respecto a la conformación de una alianza mundial para tratar de "frenar la influencia del presidente Chávez en la región". El escopetazo de mi abuela resuena en la cocina. Sin que se haya disipado el fuerte olor a pólvora, agrega:

—De tal manera, Condy le propuso a algunos presidentes de Europa y América Latina la creación del Bucha. El café comienza a hervir y el aroma que se escapa de la cafetera va impregnando con su olor los rayos de sol que entran por la ventana. Mi abuela busca dos tazas pequeñas para servir la aromatizante bebida.

—Como iba diciendo, la Condy inventó el Bucha para frenar los diez millones de votos que el presidente Chávez ha dicho le meterá por el buche a la oposición nacional y extranjera en los comicios presidenciales.

—¿Qué es eso que tú llamas el Bucha?, le pregunto a mi abuela intrigado.

—El Bucha es nada más y nada menos que el Bloque Unido Contra Chávez, agrupación que está impulsando y financiando Condy desde la Casa Blanca. Al terminar de redondear la frase, mi abuela tomó un sorbo largo de café que le braceó la garganta. Luego se quedó absorta, como si con su pensamiento intentara hurgar en los papeles secretos del Pentágono.

—¿Qué opinas de la huelga de transportistas venezolanos que, según la propia Condoleezza Rice, financió Estados Unidos?

—Ése un acto que delata a la oposición como un ente al servicio del imperio. Sin embargo, Condy no dijo quién recibió esos dólares perforados, ya que en el país no hubo ningún paro general del transporte. Lo cierto, es que con esa huelga inexistente hubo un guiso, lo que demuestra que la oposición puntofijista no se compone, sino que sigue siendo corrupta y mentirosa.

Mi abuela se levanta y, presurosa, regresa con dos nuevas tazas de café humeante.

—Creo que los oposicionistas le vendieron a Condy un paquete chileno. Todos saben que la oposición está paralizada, que se parece a un Galaxie 500 que tiene el motor fundido y es manejado por un chofer que sueña con pajaritos preñados, como los que caza Dick Cheney en los ranchos de Texas.

—¿Qué opinas sobre el 11 de abril de 2002 y el paro de transportistas apoyado por Estados Unidos?

—Te voy a responder como decía la letra de una vieja canción de Billo Frómeta: "Son feos los dos...".

—No te parece sospechoso que la oposición no haya negado ni afirmado lo dicho por Condoleezza Rice, en cuanto al financiamiento de un paro de transportistas.

—Con esas declaraciones, la Condy terminó como Dick Cheney: disparándole a quemarropa a sus compañeros de la oposición venezolana. De tal forma, el paro de transportistas terminó con los cauchos espichaos y el motor fundido. El silencio cómplice, la falta de corneteo, delata a los oposicionistas, ya que cobraron por adelantado el costo de la carrerita que nunca realizaron.

—Entonces, a través de Condoleezza Rice, el imperio planea el enfrentamiento del Bucha contra el Buche.

—Efectivamente. Eso es lo que se conoce como la típica aplicación de una americana. Pero Condy y Bush están condenados a sufrir un nuevo revés, porque únicamente cuentan con los fracasados cacharritos estacionados en la Plaza Altamira, los cuales sólo sirven para pistonear y pasar aceite. Por lo tanto, para poder andar, necesitan que los remolque la grúa dolarizada de Estados Unidos. Después de esa frustrada huelga del transporte, propongo que a Condy le levanten el Monumento al Carro Chocao.

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