La “V-Internacional” de Chávez como superación de la visón escatológica del mundo

Este mundo empachado de cinismo y agobiado por una carrera interminable y agotadora de competidores ha procreado en mucha gente la idea de la violencia como único camino de lograr la victoria sobre los demás. Si pensamos en el futuro del agua en el planeta especulamos en una distribución realizada por quien resulte ganador en la guerra por el agua, lo mismo suena con el petróleo, la alimentación humana, la demografía planetaria humana, la salud, la educación. Todo se nos torna escatológico.

Y no es casual que la práctica de la violencia aplicada por los imperialistas en la obtención de los recursos naturales de otros países, el control del mercado internacional, el uso del dólar y las relaciones internacionales ha sido acompañada constantemente de producciones cinematográficas y de ideas filosóficas sustentadas en la teoría del caos, en la desintegración analítica y en la alteridad. Pues estas ideas son el fundamento teórico de la visión escatológica con la cual los imperialistas nos apolillan el alma.

Al final del siglo XX y comienzos del XXI, los imperialistas vendieron y repartieron Yugoeslavia en la guerra de los Balcanes, en el 2011 dividieron y se repartieron Libia, los israelitas desde los años 60 hasta nuestros días han desintegrado y robado Palestina, pero esta política de violencia ha comenzado a hundirse en Siria, Ucrania y América Latina.

El mundo entero se ha dado cuenta de la incapacidad de los imperialistas cuando la guerra la ganan los pueblos que ellos pisotean.

Petrocaribe, Petroandina y Petroamérica y el socialismo venezolano creaciones gloriosas de Chávez y su pueblo. La revolución ciudadana de Correa en Ecuador, el plurinacionalismo de Evo Morales en Bolivia, la República democrática nicaragüense con Daniel Ortega y el Socialismo en Cuba y los proyectos progresistas de Dilma Russeff y Cristina Fernández son ejemplos vivos de como la unidad de los latinoamericanos está superando el fraccionamiento y la humillación que le aplicaron los norteamericanos a América Latina durante el siglo XX.

Desde esta nueva perspectiva histórica, la vida ya no es pura mierda porque la revolución popular y los liderazgos progresistas están sacando de un solo golpe a las burguesías nacionales y al imperialismo de la vieja rutina tradicional y está enrumbando el proceso de desarrollo social por caminos diversos, pero, que tienden en esencia a transformar la vida de los más necesitados.

Este rumbo escogido por los latinoamericanos y por los otros pueblos del mundo como los de Corea del Norte, Irán, Siria, Rusia y China es la reacción de todos estos pueblos, es la guerra de nuevo tipo de todos los pueblos pisoteados por el imperialismo.

Esto lo comprendió muy bien Chávez, hasta se atrevió a anticipar la necesidad de crear la "V Internacional", no un congreso o concilio de izquierdistas mundiales.



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Memo Fernández


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