En alguna ocasión, en algún lugar del continente europeo, en amena conversa con el sociólogo Oswaldo Barreto Miliani, sugeriría un muy interesante tema referido a la relación de la revolución y el tiempo; claro, nos referiríamos a los tiempos históricos. Esta referencia caminaría del inconsciente hacia el consciente cuando, en fecha reciente, leíamos en algún medio unas supuestas declaraciones del sociólogo Elías Jaua Milano cuando precisaba que la actual etapa de Gobierno era la más difícil de la Revolución; suponemos que la transcripción estaría apegada a la precisión de las palabras expresadas de Jaua Milano y que éste se estaría refiriendo a la Revolución Bolivariana. Ambas comentarios están íntimamente relacionados cuando reflexionamos sobre un proceso revolucionario y el tiempo por el cual camina ese referido proceso revolucionario.
¿Qué es lo fundamental de reconocer al proceso revolucionario y/o de precisar la relación entre ese proceso revolucionario y el tiempo del mismo? Es evidente que la temporalidad del ser creado como ser social está inmersa en esa temporalidad, en su propia angustia como ser creado con lo cual los proyectos reales personales se confrontan, obligatoriamente, con la paciencia y la objetividad cuando de alcanzar esos proyectos personales se ubican en esa temporalidad personal.
Caminemos por comentarios y momentos históricos conocidos. Es de conocimiento público los constantes comentarios de nuestro Comandante en Jefe, Hugo Rafael Chávez Frías, cuando se refería a que la Revolución Bolivariana era la continuación del proceso independentista que realizaría don Simón Bolívar, El Libertador continental. Sí reflexionamos sobre esa aseveración de Chávez Frías, ella nos obliga a reflexionar sobre sí el proceso independentista lo podríamos conceptualizar como un proceso revolucionario para poder alcanzar esa continuación histórico-temporal a la cual se refería, cuasi permanentemente, "El Comandante" barinés. Sí ello es aceptado, es decir, sí consideramos al proceso independentista como un proceso revolucionario tendríamos que considerar, al tiempo, su temporalidad con lo cual nos lleva a aceptar aquella frase de los 200 años de revolución independentista. Es decir, ello nos obliga a considerar que Chávez Frías interiorizó su propia temporalidad como líder fundamental de la Revolución Bolivariana con lo cual es en nuestro muy personal criterio justa la designación de Nicolás Maduro Moros como continuador del proceso revolucionario independentista bolivariano con apellido chavista.
Permítasenos considerar un otro ejemplo histórico como sería el proceso revolucionario liderado por Mao Zedong en el marco del proceso de gobernanza de la Revolución china, es decir, desde el 1º de octubre hasta la conclusión de su espacio terrenal-temporal en el marco de ese proceso revolucionario. La gobernabilidad del proceso revolucionario chino se manifestó en diferentes etapas que, generosamente, nos consideramos como revolucionarias cuando analizamos, académicamente, ese proceso real y objetivo de esa gobernabilidad revolucionaria. Podemos referirnos al "Gran Salto Adelante" como, también, a las políticas contentivas de "Permitir que 100 flores florezcan y que cien escuelas de pensamiento compitan" pero, en este momento redaccional, nos deseamos recordar a la "Revolución Cultural" de la cual se ha escrito mucho pero se ha demostrado, realmente, muy poco en nuestras zonas occidentales. No vamos a exponer sobre diferentes conversas sostenidas con diferentes actores que se verían muy afectados durante aquellos terribles momentos históricos de "caos y des-cultura". Nos vamos a referir, según nuestro criterio, a los posibles razonamientos que alcanzarían las decisiones de Mao Zedong cuando se confrontaba, personalmente, con el proceso revolucionario chino en su propia temporalidad personal. ¿Egoísmo revolucionario, angustia personal de su propia temporalidad y/o visión de futuro?
Para poder comprender el proceso revolucionario chino en su gobernanza es obligante conocer ciertas bases históricas que incidían, necesariamente, en el propio proceso revolucionario chino. Por ejemplo, durante aquellos momentos de derrota de la revolución china en aquellos finales de la década de los años 20 y principios de la década de los años 30, Mao Zedong lector permanente de la Historia de China, conocería el proceso social-campesino que se desarrollaría hacia la mitad del siglo XIX titulado por conocido entre historiadores como la "Rebelión de los Taiping" (1851-1864). Aquella realidad, en nuestro modesto parecer, le serviría como sustento histórico para impulsar la "Gran Marcha", también referida como la "Larga Marcha" para poder asentarse en las montañas de la provincia de Shanxi. Esa misma metodología del conocimiento le llevó a considerar en sus orígenes campesino la necesidad de "acelerar la revolución china" introduciendo realidades ideológico-sociales a ser impuestas trasversalmente en toda la sociedad china que alterarían la cotidianidad sociológica de esa sociedad urbana y campesina y cuyos paradigmas en seudo-políticas revolucionarias estaban, particularmente, dirigidas hacia imprimir en la juventud y niñez china seudo-paradigmas revolucionarios sin real-sustento teórico pero con frases dogmáticas sustentadas, precisamente, en el marco filosófico del pensamiento desarrollado por el "Gran Timonel" porque hay que hacerlo de conocimiento entre los sectores académicos, Mao Zedong desarrolló un marco filosófico poco o nada estudiado en Occidente (Nos estamos refiriendo cuando de frases elegidas en el "Libro rojo").
Mao Zedong buscaba acelerar los tiempos revolucionarios rompiendo con la temporalidad que impone la Historia en sus procesos de perfectibilidad social en el marco de una gobernanza equilibrada y, necesariamente, revolucionaria. Ya Mao Zedong se había equivocado en los comienzos del gobierno revolucionario imponiendo paradigmas soviéticos ajenos a la propia realidad china. Aquellos escenarios socio-históricos de caos y crisis económica serían revertidos por el Politburó del Comité Central del Partido Comunista Chino en aquel diciembre de 1979 después de confrontarse con la destrucción del Estado chino afectando directamente a la "Seguridad y Defensa" del Estado histórico chino en sus teluridades y responsabilidades globales.
En ese marco de referencia, la figura de Joseph Stalin, "el padrecito", rompería esquemas en la dialéctica del proceso revolucionario y de su propia gobernanza como proceso revolucionario en el marco de su lógica temporalidad. Stalin rompió con la lógica histórica destruyendo más que caotizando lo real-histórico-revolucionario-leninista cual, inevitablemente, llevaría a Rusia como Rusia a una otra crisis en temporalidad y equivocada gobernanza como sería el Glasnost y la Perestroika para, podríamos expresarlo en concordancia con las recientes declaraciones de Vladimir Putin en su discurso anual del retraso innecesario en la agricultura, alimentos y dependencia externo-comunitaria-europea de importaciones de alimentos y otros vituallas.
Es decir, cuando se imprime conceptualmente aceleraciones ficticias a la gobernanza de una revolución en estudio analítico por académicos se podrían alcanzar los beneficios del "cul de sac" revolucionario con la peligrosidad de retroceder en el propio proceso revolucionario.
La introducción inmediata anterior nos lleva a la inquietud de preguntarnos: ¿Cuántas ideologías estarían actualmente presentes en el proceso revolucionario bolivariano de carácter nacionalista con la impronta del "pensamiento chavista"?