El hijo de Chávez y de la Constitución está proscrito

Con sutileza tortuosa, se pretende suspender quince años de evolución del pensamiento de Chávez, de camino andado por la Revolución, y llevar al país al periodo inicial del proceso, cuando Chávez "era un pendejo". Él mismo dio por cerrado esos tiempos y así la Revolución pudo, como corresponde, avanzar, no se detuvo en su etapa inicial impregnada de socialdemocracia, de tercera vía, de "capitalismo con rostro humano".

Esa primera etapa de la Revolución, la constituyente, cumplió su papel: parió la maravillosa Constitución, que lo es porque permite avanzar hacia el Socialismo. La derecha externa entendió la potencia del instrumento legal y la adversó en su nacimiento. Luego comprendió que si estancaba, paralizaba, el proceso, lo encerraba en ese texto, podría apoyarse allí para truncarlo. Es así, la sabia Constitución cumple su papel revolucionario porque permite avanzar al proceso, pero lamentablemente también posibilita su estancamiento.

Chávez sabía este dilema: si la Revolución se detiene, perece y la Constitución servirá a la socialdemocracia, al retorno del pacto con la burguesía, será utilizada como manto protector de la democracia burguesa, esa que anula la lucha de clases en nombre de una hipócrita convivencia entre burgueses y desposeídos, de tío tigre y tío conejo, de "aquí cabemos todos". Por eso Chávez le puso un freno a las pretensiones socialdemócratas y dio un impulso al proceso Revolucionario: redactó de puño y letra el Plan de la Patria, hijo de sus entrañas y de la Constitución que se realiza, se justifica, por permitir esa obra suprema de Chávez (ojalá el Instituto para el Estudio del Pensamiento de Chávez comience por estudiar la obra más acabada del Comandante, el Plan de la Patria, el original).

Es así, después del Plan de la Patria no se puede hablar de la Constitución en forma aislada, no se puede estudiar el pensamiento de Chávez prescindiendo de esta pieza central. Y no se puede avanzar en el camino trazado por el Comandante, en su legado, sin esa brújula que va más allá del 2019, sus objetivos históricos se adentran en el tiempo futuro, son guía hasta que la humanidad supere al capitalismo.

El Plan de Chávez fue falsificado, de eso no hay dudas. En medio de la polémica surgió un esperpento, un contrabando que llaman "Ley del Plan de la Patria", se reconoce así que es otra cosa, y lo es en verdad, lo privaron de su alma. La fulana ley es un plan sin agallas, sin norte, permisivo, castrado de su pensamiento central: la lucha contra la lógica del capital.

Al principio, era un asunto teórico, se discutía si fue o no falsificado, algunos intelectuales de valía entraron en la discusión con coraje, otros prefirieron no navegar en aguas procelosas, el gobierno ignoró el asunto, lo aplastó con el silencio de su maquinaria de manipulación. Pero el tiempo, ese gran juez, demostró que la falsificación tenía un objetivo: truncar el camino, abrir cauce al capitalismo, yugular al Socialismo.

Ahora, el Plan de la Patria está olvidado, a lo sumo muestran su portada, pero no se discute, no se hacen actos en su aniversario, el hijo de Chávez está proscrito.

Ahora bien, la aplicación del Plan de la Patria no es un asunto académico, no se trata de un capricho, es la guía para el próximo paso de la Revolución, que no se ha dado, y de allí surgen todos estos problemas, de habernos apartado del legado, del mandato escrito de puño y letra del Comandante.

¡Viva la Constitución del 99 y Viva el Plan de la Patria!



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Toby Valderrama y Antonio Aponte

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