¿Por qué ocurre con el Metro?

Hasta hoy desconocemos porque el Metro de Caracas abandonó aquella maravillosa campaña educativa, donde se lució orientando a los ciudadanos, los usuarios, sobre el comportamiento que debía mantenerse en ese medio de transporte.

Recuerdo que cuando escribí "La manada no va a la escuela", mención de honor, en el Concurso literario de Fundarte, en 2002, uno de los personajes del ensayo hizo referencia a la conducta que muchos ciudadanos exhibían en las calles y otra, la que mantenían en los vagones del Metro, muy respetuosa, pero todo eso desapareció, como se desvanecen los sueños.

Particularmente, vi como un señor de los que suelen hablar para negar lo que existe, abría su bolso y del mismo sacaba una botella de licor y sin pudor alguno se echaba sus tragos. Un sábado observé un par de borrachos en uno de los asientos, uno de ellos dormía y el otro le bromeaba. Antes de bajarme, vi a este último que terminó por sacar una botella y largarse un trago.

He visto una imagen en un twitter donde un sujeto borracho y casi dormido "creyó" que el vagón era un urinario, y con la pea que tenía quedó orinado y con el pene afuera. He visto mucho "piedrero" y he padecido al olfatear sus desagradables olores.

¡Urge que la Misión Negra Hipólita sea obligatoria y los recojan a todos!, hemos escuchado antes.

Sujetos y sujetas con cajas, bolsones, vendedores ambulantes de café cargados con grandes termos. Una vez presencié como una mujer lanzaba su caja mas allá del torniquete al enfrentarse a un funcionario del subterráneo que le decía que no podía pasar con ese bulto. Al final, quizá el funcionario no quiso tener problemas y la dejó pasar.

También he escuchado muchas cosas, como oír el deteriorado lenguaje de unos cuantos estudiantes, que al hablar, de 10 palabras expresadas, por lo menos la mitad son groserías. Igualmente hemos atestiguado como llegan personas recitando párrafos de la Biblia, otros pidiendo dinero para comer, para adquirir medicinas; otros llegan y anuncian sus cantos y se lanzan como si estuvieran participando en concursos y, luego de sus intervenciones, pasan lo que comúnmente llaman en Venezuela, la "raqueta".

En estos días pasados vi y escuché a un sureño cantando una salsa, acompañado de un cuatrista venezolano, quien lo anunció ante los viajeros. Como no lo hizo mal, la gente los aplaudió y por supuesto, les dieron dinero.

En el Metro de Caracas, hay de todo; es como un supermercado.

No pueden dejar de ser mencionadas en estas líneas, ciertas conductas como las de algunos adultos que se sientan en los asientos designados para los adultos mayores, independientemente de otros adultos que sientan a sus hijos en esos puestos. Y también he presenciado amenazas de enfrentamiento entre algunos individuos que salen de los vagones y otros que entran. He visto personas jóvenes pasar por donde entran los adultos mayores.

¡Y lo de la vigilancia policial en sus instalaciones, algunos comentan que es puro mito!

Todo lo que allí acontece es responsabilidad de los equipos de trabajadores de esa organización. No tiene nada que ver con su presidente porque, vamos a estar claros, ese no es su trabajo. Al parecer, todo estaría relacionado con la estructura directiva, que algunos han señalado como colapsada, pero es la que tiene que sacar adelante el funcionamiento óptimo de ese transporte caraqueño.

Lee el siguiente blog: wwwpertinentes.blogspot.com (Premio Aníbal Nazoa/2010) Mención Opinión)



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Pedro Estacio


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