El capitalismo estadounidense se ha disfrazado de tregua para acercarse a Cuba, ¡cuidado!, el fascismo no hace nada por amor, nada por humanidad, siempre recurre al doble juego. Cuba lo sabe. Despiertan las expectativas: qué sucederá si Estados Unidos pone una embajada en Cuba. Aunque lo vital, lo necesario y urgente no lo hizo y es ponerle fin al bloqueo. Eso era la primero si es que en realidad quiere demostrar que respeta a Cuba y a su socialismo.
El capitalismo tiene tantos tentáculos como un pulpo, sus fauces son asesinas, opresoras y usurpan. El capitalismo no va de frente, se mueve bajo de agua y las estocadas las da a traición, por la espalda. Se sabe que donde existen embajadas estadounidenses hay destrucción, utiliza a hijos desleales para que deshonren a su propio pueblo; como romería desfilan los ojetes y los orejas entre las oficinas y sótanos de las embajadas, y después de haberle lustrado los mocasines al representante de la Casa Blanca, con toda la vileza entregan la sangre de quien los parió. La tierra no se vende, la identidad no se compra, el vientre materno se defiende con la vida. De no ser por traidores a su propia raíz, el capitalismo no tendría cabida en ningún lugar del mundo. Dan lo más por lo menos.
Una tregua con Cuba pero va con todo en contra de Venezuela, tiene sed de petróleo, tiene hambre de tierra fértil, jadea de deseos por asesinar a líderes revolucionarios de una pieza. Le teme a la palabra justa y a la acción honrada. Venezuela está creciendo y esto no le conviene. Venezuela se está nutriendo, su pueblo está despertando y apoyando la Revolución Bolivariana. Venezuela es Chavista y esto es un dolor de cabeza permanente para el fascismo gringo. Se les está escapando de las manos. Por más traidores que patrocinen, por más revueltas que organicen desde el corazón de la patria, por más mentiras que anuncien los medios de comunicación, por más desprestigio, por más ataques, por más que lo intenten Venezuela es Venezuela, así nomás.
Como que se le hizo tradición atacar entre los últimos días del año y el inicio de otro. Como que las fechas son propicias –cree- para lanzar los golpes bajos, pero a Venezuela no la bota nada ni nadie. Venezuela es revolución, es socialismo. Venezuela es la esperanza de la región, que trabajando en conjunto con Brasil, Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador y Uruguay, fortalecen el sector. Desde Estados Unidos los del exilio venezolano tipo el calibre de los cubanos que viven en Miami y reciben órdenes de la Casa Blanca, arman y patrocinan revueltas. Está por cumplirse un año de aquel ataque mediático mundial, de las manifestaciones, de los asesinatos, de los Camisas Blancas atacando la vena roja de la dignidad Bolivariana y Chavista. Es que como ellos tienen chilate en la venas pensarán que otros también, pero ahí está que el pueblo ha respondido y muy bien. No hay revolución sin pueblo.
Estados Unidos no puede ni podrá contra Cuba, por eso no desiste de atacar Venezuela. Extiende sus tentáculos contra todo país socialista que se le pare de frente y lo encare. Esto no sucede en países como México, con su gobierno mercenario y corrupto. Tampoco en Centroamérica con dictaduras solapadas por el propio pueblo mediocre, amnésico –adrede- y cómodo. De doble moral que baila al ritmo de redoblantes militares. Centroamérica es ya una base militar estadounidense y rinde pleitesía al fascismo.
No importa cuánto invierta el capitalismo, a cuántos desleales compre, Venezuela es Venezuela, así nomás. Y a quien no le guste que se vista y que se vaya (a Miami a podrirse con los cubanos Camisas Blancas y a fraguar la traición a sus pueblos).
@ilkaolivacorado