Editorial
En medio de la crisis económica, no sólo la gente se vuelve loca, persiguiendo los productos de primera necesidad, sino que algunos funcionarios del gobierno también pierden la cabeza. Es así como comenten cualquiera acción sin sentido, o dicen cosas que nos espantan. Es como si estuvieran siendo vapuleados por la crisis, y se presentan cansados, desorientados, incoherentes y sin fuelle para seguir en la lucha, o mejor dicho, en sus cargos. Se han convertidos en personajes incoloros e insípidos. Ejercen sus cargos por inercia, sin un horizonte cierto, sin generar confianza en la población. Son funcionarios que los agarró el Principio de Peter, pero que se mantienen porque todavía hay real que mover y aplausos que ofrecerle a Maduro o a Diosdado. Hablan de revolución como si hablaran de una cola en un Bicentenario. No se saben ni la primera estrofa del himno del PSUV, pero se presentan como los más arrechos de la partida. Cosas, son cosas, de este proceso.
1.A Carlos Osorio le fallaron “los frenos”
El general Carlos Osorio nació parado. Posee una “suerte” envidiable. Lo cambian de “puestote” para otro. Y cada día asume más poder. No importa lo que haga. No importa lo que diga. Es un paladín de la revolución chavista. Hace poco este personaje dijo, esbozando una tremenda sonrisa, como si estuviera a Dios agarrado por la chiva, que si habían colas era porque había comida para los venezolanos. Tremenda ocurrencia la de este afortunado general. Esto quiere decir, según la ocurrencia genial del general, que en la IV no había comida para la gente, pues no había colas para adquirir los productos necesarios para la dieta básica, ni los que no lo eran. La abundancia fue un espejismo que se vivió hasta que llegó nuestro Comandante Supremo. ¿Qué le pasa general? Aterrice.
2. Twitter no tumba gobierno
La oposición sigue sumida en tremenda ceguera. El liderazgo no existe. No hay hombres o mujeres que poder de convocatoria. Nadie los oye. Entonces apelan al twtter, como vía para enviar sus mensajes. Mensajes que no se lo creen ni la familia que los rodea. ¿A quién puede mover Leopoldo López, María Machado o Antonio Ledezma? ¿Quién le para a Henry Ramos Allup, a Andrés Velázquez o Enrique Capriles? Ya no tienen a Globovisión para que los guíe y los apoye. A penas le quedan los mofletudos obispos de la Conferencia Episcopal Venezolana que han sustituido, en parte, a este liderazgo ramplón de la la MUD, y están declarando a cada momento, regañando a esos líderes de pacotilla, y convocando a la unidad, a votar y tomar la calle. Piensa esa dirigencia que el twitter los puede suplantar, y motivar a la gente para un paro nacional, o para que continúen en la violencia para lograr la “salida” de Maduro. Olvídense. Twitter no tumba gobierno. El único que mantiene su cabeza fría es Henry Falcón. Hace rato se dio cuenta que a estos bacalaos no les queda nada en la bola, y él está pensando en el 2019. Nada malo, gobernador. ¡Volveré!
Puerto Ordaz, 14 de enero de 2015