Hoy amanecimos con el ataque hacia Diosdado Cabello. Ni la forma ni el fondo cambian, siempre lo hacen con los mismos perfiles de actuación. Esto no es asunto de un día, es asunto de tiempo atrás.
Sabemos que siempre andan en la búsqueda de traidores para usarlos como punta de lanza para el ataque. EE.UU no disimula en su forma, lo sabemos, ha estado desde hace tiempo buscando funcionarios en las embajadas para comprarlos y después fabricar cualquier cosa contra cualquier funcionario de alto nivel en Venezuela. El mismísimo Diosdado lo había denunciado.
Hace pocos días un personero de la cúpula religiosa del país, había sugerido que el programa de Diosdado tenía que desaparecer. Como podemos ver, el asunto es que el mazo de Diosdado ha estado dando y ha estado dando buenos mazazos a la contrarrevolución.
Todos sabemos que una gran parte de lo que Diosdado presenta en su programa es trabajo de inteligencia de los servicios de inteligencia del país. No son chismes de pasillo lo que presenta en el programa. Y como ha estado muy afilado en sus complots descubiertos, muchas de ellas con pruebas fotográficas o testimoniales de correos electrónicos, es que emprenden contra él. Matar al mensajero no matará el mensaje, dirían por ahí, pero la intención no es matarlo, es desprestigiarlo públicamente, para que su mensaje sea también desprestigiado. Es una forma de matar al mensaje. Lo hacen en los juicios con testigos claves. Buscar desprestigiar al testigo para que su declaración sea cuestionada ya que la fuente no es digna de confianza.
Pero ellos, la contrarrevolución interna y externa, siguen viviendo en un mundo fresa, un mundo de guiones televisivos y conspiraciones rebuscadas. El mensaje no será asesinado ni desprestigiado, y mucho menos su mensajero; Diosdado está por encima de esas estupideces y nosotros ya estamos curados de esa de esa infección propagandista.
¡Y en época de guerra, rodilla en tierra como estamos, menos pueden calar estas elucubraciones fantasmagóricas!
El punto negativo, la costura que si se está viendo, sigue siendo del cómo se están prestando jóvenes que en funciones de seguridad y resguardo, les están cayendo encima sobornándolos o chantajeándolos con alguna cosa, o más simplemente, como de seguro puede ser, comprándolos. Y estos, entregándose, por unas monedas.
