El socialismo en términos marxistas no es otra cosa que un proceso de transición en el cual el comunismo no termina de nacer y el capitalismo no termina de morir. No existe tal cosa como un modo de producción socialista, al igual que no existe un modo de producción vinculado a la modernidad; son simplemente fases de transición. Entender tres estadios totalmente diferenciados es una concepción mecanicista vulgar y adialéctica del materialismo histórico.
Pero atendamos a las palabras de Lenin:
“Socialismo significa la abolición de las clases. Para abolir las clases, es preciso, primero, derribar a los terratenientes y a los capitalistas. Esta parte de la tarea la hemos cumplido, pero es sólo una parte y, además, no es la más difícil. Para abolir las clases, es preciso, en segundo lugar, suprimir la diferencia entre los obreros y los campesinos, convertir a todos en trabajadores. Esto no es posible hacerlo de golpe. Esta es una tarea incomparablemente más difícil y, por la fuerza de la necesidad, de larga duración. No es una tarea que pueda resolverse con el derrocamiento de una clase cualquiera. Sólo puede resolverse mediante la reorganización de toda la economía social, pasando de la pequeña producción mercantil, individual y aislada, a la gran producción colectiva. Este tránsito es, por necesidad, extraordinariamente largo, y las medidas administrativas y legislativas precipitadas e imprudentes sólo conducirían a hacerlo más lento y difícil.”1
Lenin, inmerso en los problemas concretos de la tierra en la URSS de la época, nos ofrece aquí una excelente explicación de lo que realmente significa el socialismo: la fase de transición entre dos modos productivos. Incluso en el propio manifiesto comunista se establece que se despojará a la burguesía de su capital de forma paulatina. Tanto Lenin como Marx y Engels eran lo suficiente maduros como para entender que no se puede llegar a la “abolición de las clases” en un día o en un año. Pensar en el establecimiento inmediato del socialismo, lo cual pasa por lo visto por abolir el mercado además de la propiedad (¡menudo despropósito!) como plantea el stalinismo, no sólo está más cerca de postulados anarquistas que comunistas, sino que significa un profundo desconocimiento del desarrollo económico-social. La historia no cambia de golpe.
Evidentemente esta transición es mucho más rápida en los países donde el imperialismo se ha desarrollado más, en los países donde el capitalismo y los monopolios han centralizado y socializado2 el capital.
Lenin pone el ejemplo de Alemania y Rusia. En la Alemania de la época, el imperialismo presentaba una forma bastante consolidada, pero tenía un estado al servicio de la dictadura, un estado “junker”- burgués. En Rusia, la revolución había creado una incipiente dictadura del proletariado. ¡Pero el capitalismo apenas comenzaba a desarrollarse3! Y el pueblo soviético en uno de los procesos históricos más asombrosos de toda la historia había, prácticamente, pasado de un capitalismo incipiente a una dictadura del proletariado incipiente.
Si sumáramos, como expone Lenin, la dictadura del proletariado rusa y la economía imperialista alemana estaríamos ante el socialismo, pues “el socialismo no es más que el paso siguiente después del monopolio capitalista del Estado[…] es la preparación material más completa para el socialismo, su antesala, un peldaño en la escala histórica entre el cual y el peldaño llamado socialismo no hay ningún peldaño intermedio”4
Entonces, ¿Qué pasa en aquellos países que han llevado a cabo con éxito una revolución socialista pero donde no vemos un imperialismo o aún un capitalismo desarrollado, teniendo en cuenta que “el socialismo es inconcebible sin la técnica capitalista”? ¿Qué sucede en aquellos países sin “el peldaño” del capitalismo monopolista de estado?
Lo que vemos en estos países es un modelo de transición donde el Estado, bajo la forma de dictadura del proletariado, desarrolla “el capitalismo” (esto es, el impulso y la organización de la industria, el comercio, adquisición de materias primas, patentes…) pero para beneficiar no a los oligarcas que ya no detentan la gran propiedad, ahora controlada por el estado, sino a los trabajadores, e impulsar poco a poco la socialización directa de los medios y no la indirecta a través del estado.
Esta contradicción donde la dictadura del proletariado crea las relaciones productivas que los capitalistas tendrían que haber desarrollado fruto de una revolución “temprana” es la que hasta ahora se ha observado, pues por el momento no se ha dado una revolución comunista en un país imperialista (dejando a un lado el modelo autárquico del stalinismo)
Así, en palabras de Lenin:
“… El capitalismo de Estado representaría un paso adelante en comparación con la situación hoy existente en nuestra República Soviética. Si dentro de unos seis meses se estableciera en nuestro país el capitalismo de estado, esto sería un inmenso éxito y la más firme garantía de que, al cabo de un año, el socialismo se afianzaría entre nosotros definitivamente y se haría invencible”5 [Lenin expone como es el enemigo pequeñoburgués, fruto del subdesarrollo del capitalismo y los monopolios, el principal enemigo del socialismo en Rusia]
El capitalismo de estado tal como se reproduce aquí, no es sino una forma específica de transición entre el capitalismo y el comunismo. Una forma de socialismo que se adapta a las coyuntura de los países con escasa presencia del capitalismo (por ejemplo, antiguas colonias)
El desconocimiento de este fundamento lleva a errores garrafales a la hora de analizar los procesos socialistas existentes en la actualidad.
“Quien no comprende esto comete un error económico imperdonable, bien desconociendo los hechos de la realidad, no viendo lo que existe ni sabiendo mirar la verdad cara a cara, o bien limitándose a una contraposición abstracta del “capitalismo” al “socialismo” y no calando hondo en las formas y fases concretas de esta transición hoy en nuestro país.”6
En la actualidad, países como Cuba (nuevos lineamientos) China (socialismo de mercado) o Vietnam (Doi Moi) han implantado con más o menos éxito el capitalismo de Estado, después de un período stalinista o autárquico en el caso de los dos primeros.
Evidentemente ello no significa que la lucha de clases haya desaparecido en esos países. Todo lo contrario, en muchos sentidos se ha agudizado aún más. Pero he aquí la diferencia: la dictadura del proletariado, el triunfo político-militar de los trabajadores. Sin embargo, aquellos que no comprenden el socialismo y sus formas concretas dan por finalizada la lucha de clases en estas naciones ¡concediéndole la victoria a los capitalistas! Afirmar que países como Cuba están abandonando el socialismo o ya lo han hecho por permitir la entrada controlada de propiedad privada sería como afirmar que el crecimiento del sector público en los países europeos refleja un enconado avance hacia el socialismo.
“El socialismo es la supresión de las clases. La dictadura del proletariado ha hecho en este sentido todo lo que estaba a su alcance. Pero no se puede suprimir de golpe las clases. Y las clases han quedado y quedarán durante la época de la dictadura del proletariado. La dictadura dejará de ser necesaria cuando desaparezcan las clases. Y sin la dictadura del proletariado las clases no desaparecerán.”7
¿Acaso no resulta evidente? Si en esos países (incluso en los imperialistas) se desechara de golpe a la clase burguesa y por tanto a la propiedad privada, ¿para qué demonios se necesitaría a la dictadura del proletariado? ¿Para azuzarla contra los trabajadores? La incomprensión general de este punto refleja hasta dónde está desintegrada la teoría comunista en Europa.
La lucha en esos y otros países no ha hecho sino comenzar. No demos nada por vencido. Desechemos la ignorancia.
Bibliografía:
1 LENIN, V. I. Economía y política en la época de la dictadura del proletariado.
2 Es decir, al eliminar la gran competencia, centralizar el capital nacional en unos pocos bancos controlando así todas las industrias se socializan, se ponen en común, los medios productivos, que no la propiedad, radicando ahí su contradicción: el imperialismo crea el socialismo, pero sin abolir las relaciones productivas antagónicas, sin abolir las clases. (Para ver más véase El imperialismo: fase superior del capitalismo. V.I. Lenin. Accesible por: https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/oe12/lenin-obrasescogidas05-12.pdf)
3 Sobre la compleja situación del capitalismo ruso de la época, véase Charles Bettelheim, Las luchas de clases en la URSS. Primer período (1917-1923). Siglo XXI Editores, 1976 Madrid. “La Rusia anterior a 1917 es, simultáneamente, un país imperialista y un país muy dependiente del imperialismo mundial [...]que ha invertido miles de millones de francos, bien en préstamos al Estado zarista, bien en la extracción de petróleo y carbón y en las industrias siderúrgicas y mecánicas.[...] El doble carácter del imperialismo ruso correpsonde a lo débil capacidad de acumulación del gran capital ruso, reflejo de la relativa debilidad de la burguesía rusa, incapaz de luchar contra el zarismo por sus objetivos de clase”
4 LENIN, V. I. Sobre el impuesto en especie. Extracto recogido sobre un folleto de 1918 editado por el Soviet de Petrogrado. Véase: http://teodoronelson.blogspot.com.es/p/biblioteca.html
5 Ídem
6 Ídem.
7 Op. Cit.
http://teodoronelson.blogspot.com.es/
http://teodoronelson.blogspot.com.es/2015/01/el-capitalismo-de-estado-definicion-y.html