Mi palabra

¡Colas, inflación y ocurrencias!

"La crisis de hoy es el chiste de mañana."

George Wells.

Todos los días escucho hablar de las colas, con mucha tranquilidad; algunas personas, empiezan a crear los aderezados chistes para tratar de hacer reír a más de uno, menos a los sufridos e incansables hombres, mujeres, adolescentes y algunos niños, quienes se levantan muy temprano, para cumplir con una encomienda: hacer las interminables hileras en las puertas de los supermercados, para buscar el sustento de numerosas familias, quienes dependen de esa forma de adquirir los alimentos de la llama cesta básica. Por el otro lado, se encuentran los llamados "bachaqueros", quienes aprendieron a evadir la justicia, consiguiendo sin pensarlo una nueva manera de ganarse la vida, perjudicando a su propia clase, haciendo más pesada la carga de los pobres, aunque parece, que de esta nueva forma de "comercialización" no se escapa nadie.

Nunca faltan los acostumbrados hacer de cualquier cosa, una broma, porque el venezolano, siempre anda enfrentado las adversidades con buen humor, riéndose de sus propios problemas, como dice el refrán: "A mal tiempo buena cara" aunque esto sirva, simplemente como un consuelo. A la par de esto, los productos siguen escaseando, sin dejar de aumentar de precio, pero todavía no he escuchado decir, que alguien se haya muerto de hambre. Se habla de una "guerra económica"; las pruebas sobran para demostrarlo; hasta una humilde mujer en una cola se preguntaba ¿Quién puede entender, la desaparición de productos básicos de la noche a la mañana? Esto parece ser parte de una estrategia para aumentar de manera desproporcionada y muchas veces exagerada, creando una inflación sin precedente, dejando a la mayoría de la población asombrada.

Todo esto nos demuestra el lio, donde estamos metidos; nuestra economía, depende de la moneda norteamericana, a pesar de todos los intentos por zafarnos de un yugo impuesto por años; nuestra historia lo demuestra de manera fehaciente, aun, cuando los sectores de la oposición no lo quieran entender, culpando al gobierno de todos los males; evadiendo una pregunta muy sencilla: ¿Quién ha propiciado la caída estrepitosa de los precios del barril de petróleo? Todos los gobiernos de Estados Unidos, siguen una misma línea: demostrar su poderío y prepotencia con una arma muy afilada: el dólar, por esa sencilla razón, en los años de gobierno del fallecido Comandante Chávez y ahora de su relevo Nicolás Maduro, quien ha ejercido dignamente el cargo, se ha disparado el valor de dicha moneda (El paralelo) curiosamente en nuestro país; han montado una verdadera trampa, pretendiendo atrapar a todo el mundo, directa e indirectamente, con la muy repetida frase ¡Sin dividas no hay nada!, cuando las tienen las utilizan en cualquier negocio, menos en beneficio del estrangulado pueblo.

De las colas y la inflación se empiezan a escuchar muchas jocosidades. En días pasados en la población de Agua Blanca, en horas del mediodía un conductor, detuvo un camión cava de color blanco en frente de un abasto, administrado por unos asiáticos, mientras descansaba; a las dos horas, cuando regreso al vehículo, encontró una enorme cola de esas, que ustedes conocen, al preguntar ¿Qué pasa aquí? rápido escuchó la respuesta de algunas personas muy eufóricas ¡Estamos esperando que abran, llegó este carro cargado de mercancía! El sorprendido chofer, no espero mucho tiempo para aclararles la confusión ¡Se equivocaron, no cargo, ni repuesto! Abrió las puertas de par en par. Todos se marcharon muertos de risa.

En una panadería del centro de la ciudad, se acercó un joven, con un billete de cien, un verdadero jodedor, de esos, que nunca faltan, viven haciendo de cada problema un motivo para hacer reír; casi atropellaba a los demás compradores, se dirigió a una de las vendedoras muy romántico ¡Mi amor, véndeme 50 bolívares de pan, pero apúrate antes, que los vayan aumentar! Todos se vieron las caras, con una sonrisa un poco fingida, oyéndose la voz firme, sin disimular el descontento de un señor muy serio ¡Estando Chávez, no respetaban, imagínense un gobierno de Capriles y compañía!

A pesar de toda está maraña económica, con el acaparamiento desbordado, incidiendo en la inflación, sin saber, cuando se detiene en porcentajes aceptables, el comportamiento de los ciudadanos ha sido ejemplar, con algunos escarceos, propios de los momentos, que estamos viviendo. Lamentablemente la ambición sigue marcando el rumbo y la manera de pensar de los grandes empresarios, por una sencilla razón: en el capitalismo, lo que cuenta es la ganancia, por algo, alguien se le ocurrió decir: "Mientras conducimos en las autopistas, vemos las propagandas de los coches nuevos, pero no los préstamos bancarios que acarrea el nuevo coche y esclavizan a sus conductores".

 

 



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Narciso Torrealba


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