Me gusta leer a Salgari y a su obra un libro en particular "El Corsario Negro" donde se nombra a Maracaibo muchas veces, me gusta a Gabriel Jackson y su magnífica obra "La Republica Española y La Guerra Civil" y claro me gusta escuchar las peripecias de algunos participantes de la insurgencia del 4 de febrero de 1992, "El Egipcio" buen amigo cayó abatido en esos días de combate, otros leguleyos intentaban quitarle el arma a alguna estudiante universitaria que participo ese día de insurgencia y lo tuvieron que sacar pataleando de miedo, aunque hoy dice de su "heroica actividad" tendremos que poner "Guayacol" a esa mentira para que se calme un poco.
Al "Egipcio" y a todos los caídos más bien masacrados en cerca del Módulo Canaima mi más respetuoso recuerdo aunque tantos años después ni un solo castigado por ese crimen, así que a sus asesinos que aun andan por ahí de pipa y guante sin un comentario en las redes, ni una averiguación acerca de que paso, en la Venezuela "Revolucionaria" ni un solo castigado.
Insurgencia de un grupo de militares y entre ellos Chávez el más político de ellos y el que tuvo mayor capacidad de liderazgo, una derrota militar se catapulta a una victoria política y un país cansado de la burocracia de los partidos, de la corrupción, del alto costo de la vida, de un partido Acción Democrática que llego a controlar todo sindicatos, asociaciones, congreso, senado, etc.
Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia lo cierto es que entre adecos se entendían y como se entendían, lo cierto es que en el año 1989 o sea algunos años antes casi tres un pueblo entero, hombres, mujeres y niños de civil salieron a la calle a protestar, si el llamado soberano en esos días fue masacrado en calles, barrios y casas, ese día de insurgencia popular, un pueblo en la calle masacrado por (Policías, Guardias Nacionales y Fuerzas Armadas) sin miramiento alguno.
Y a esos cientos, miles de muertos ¿quién les guarda honores? Cuando hay un desfile y actividades escolares donde se le guarde respeto al albañil, al empleado público, al mecánico, al estudiante, al mujer que salió a la calle a enfrentar los desmanes de un gobierno yo sigo esperando y también sigo esperando que se castigue algún hombre de uniforme o se diga, se informe quienes fueron los asesinos, sobran fotos, testimonios, notas de prensa acerca de lo ocurrido esos dramáticos días de febrero y marzo de 1989.
Pero en fin el hombre y la mujer de trabajo que deberían ser reconocidos con tanta dignidad como a los hombres y mujeres de uniforme siguen por ahí, en sus esfuerzos, en sus combates por la vida y si es cierto que la Fuerza Armada es respetable, lo que es verdad es que son tan respetables como los trabajadores que día a día hacen que el pan caliente y la arepa rellena llegue a nuestra mesa.
La batalla contra la impunidad aun no comienza y el oropel y la bambalina parecen nublar el recuerdo de los civiles que desarmados cayeron abatidos, fueron desaparecidos y también nos olvidamos de los culpables.
Y si el 4 de Febrero es un día de celebración para el ejecutivo, el 27 y 28 de febrero son días de duelo para que los sin uniforme seguimos en la insurgencia no tan uniforme y si con forma.
A veces tanto uniforme deforma...