Siguiendo los elementos contemplados en la primera parte de este documento sobre método de Gobierno Popular, comencemos con profundizar los cinco puntos adelantados. Tengamos en claro que estamos procurando crear un camino estratégico claro para romper de una vez por todas con la ilusión del Estado burgués, la tramoya que heredamos desde el colonialismo hasta convertirnos en repúblicas fragmentadas instaladas en su conjunto para darle continuidad a un modelo de dominio que se universaliza con la globalización capitalista. El caso de la desaparición del compañero Alcedo Mora, por tomar uno de tantos elementos en caliente, ignorado y silenciado por un Estado que a todas luces aparece como cómplice posiblemente junto a organizaciones que se hacen pasar por revolucionarias, de la desaparición de este noble y crítico luchador posiblemente, no es solamente indignante sino que nos enfrenta a una verdad que ya es ineludible: el Estado nada tiene que ver con la democracia como cometido esencial de gobierno del pueblo.
El Estado, el poder constituido, sus partidos políticos de derecha e izquierda, su devenir y crisis con la aparición de todas las formas paraestatales que la violencia de las economías mafiosas impone, su conversión en consulados de poderes imperiales hegemónicos, usan el derecho democrático para reproducirse como instancias despóticas de poder que en este caso coinciden con el proceso imperial del capitalismo. La desaparición de este compañero chavista, los silencios y complicidades institucionales, deja una vez más en forma clara e ineludible esta verdad frente a lo cual no tenemos ninguna necesidad de llorar como víctimas de una tragedia, sino politizar de una vez por todas la alternativa del no-Estado bajo la cultura y la praxis de "otra política". Entramos entonces en una nueva historia, con un tiempo y un espacio propio, un proceso largo y difícil que ha de independizarse cada vez más del historial político que nos han dejado los Estados capitalistas y su actual crisis en el mundo entero. Es el gran reto de la revolución en este siglo después del fracaso o al menos la paralización en el tiempo de todas las grandes experiencias históricas del socialismo de Estado, incluidas las experiencias democráticas revolucionarias nuestramericanas –Bolivia, ecuador, Venezuela, principalmente- que a grandes rasgos más bien han servido de tránsito hacia la consolidación del poder y ahora Gobierno Popular.
Empecemos entonces por "pensar", tal y como lo pediría toda "razón de todos" dentro del pensamiento revolucionario, esa alternativa de "Gobierno Popular". Seguimos en esta parte con el trazado del método ya comenzado, empezando por preguntarnos: ¿desde el punto de vista metodológico, es decir, del cómo avanzamos hacia estructuras de Gobierno Popular, cuáles son los objetivos inmediatos a enfrentar?
Objetivos inmediatos
-Tener la capacidad de gobernar "poniendo al Estado contra la pared". Forzándolo, develando sus trampas, transparentando sus verdades escondidas, controlándolo, tomando sus instancias de producción y acaparamiento de la renta fiscal y del suelo, y finalmente sustituyéndolo en cada vez más planos de la gobernabilidad de la realidad común colectiva.
-Garantizar de esta manera una "nueva soberanía" que no pasa por los límites del Estado-Nación, sino que lo trasciende, empuja la política emancipatoria de los pueblos mucho más allá de nacionalismo burgués hacia una lucha supranacional más allá de todas las diversidades que hacen a cualquier pueblo.
-Quebrar sus instancias de captura y neutralización del potencial insurgente del pueblo. Formando en tan sentido no instancias de captura sustitutivas –tragedia de muchas organización de izquierda históricamente- que jueguen a la mera acumulación de fuerzas institucionalizadas, sino al tejido de autogobierno que se expande , articula y fortalece territorial y nacionalmente.
-Formar tejidos heterogéneos que se van entrelazando dentro de los mismos territorios de Gobierno Popular y más allá de ellos a nivel de la producción, la distribución, la defensa, la comunicación, la educación, la salud, el ambiente, la cultura, etc.
-Garantizar los procesos constitutivos de Gobierno Popular, en primer lugar por corredores territoriales que se compactarán mediante la formación de parlamentos comunes y actas o contratos sociales que normen su existencia y ejercicio concreto de gobernabilidad.
Método: la articulación territorial
-Decimos entonces que Gobierno Popular tiene como primer reto verse a sí mismo como acontecimiento y como proceso. Como un hecho que irrumpe, se aleja de lógica del capital y el Estado, y comienza con pleno derecho a construir un espacio solidario, de iguales, dentro incluso de las terribles realidades que la decadencia y degradación de las sociedades urbanas controladas por la ley del egoísmo y la acumulación nos ha llevado. Esa es su connotación estrictamente política. Pero al mismo tiempo todo espacio de Gobierno Popular es un saber y una "ciencia del pueblo" que se va haciendo en la práctica y la cualificación de sus prácticas. Es la verdad que le sigue al acontecimiento político, allí se hace universal, se define como continuación de la lucha universal comunista. El gobernante colectivo conoce su realidad, cada vez más a fondo y no solo ello, sino que construye nuevos saberes capaces de generar nuevas relaciones sociales y nuevos potenciales productivos, comunicantes, defensivos, es decir, como decía Gramsci, lleva adelante y a fondo toda la reforma intelectual y moral que necesita un espacio social para salirse del marasmo de las relaciones sociales y la cultura individualista y fragmentaria del capitalismo.
-Cada espacio autogobernante se enfrentará a situaciones que le van sumando heterogeneidad al espacio en la medida en que se van fraguando dentro de realidades cada vez más complejas desde lo rural hasta lo urbano. No por casualidad estas experiencias en nuestro caso han podido empezar su camino dentro de espacios rurales que son relativamente homogéneos socialmente, mucho más fácil de agrupar y establecer metas comunes que por lo general comienzan con la producción y distribución común en áreas donde todos son productores de la tierra agrupados en consejos campesinos y comunas. El reto es prepararse para abordar no solo situaciones rurales sino urbanas donde los problemas y la heterogeneidad de los sujetos sociales (como trabajadores y como comunidades) es mucho mayor, como mayores son los problemas de violencia, captura de las organizaciones de los aparatos de Estado, carencias comunitarias, conflictividades laborales, etc.
-Dentro de este plano entendamos que toda realidad autogobernante no se fabrica desde una perspectiva despótica de Estado. Es decir, no es un poder constituido estructurado burocrática y verticalmente que exige obediencia, sino una realidad política se gesta desde el entusiasmo y el compromiso colectivo horizontal, básicamente de organizaciones de base. Por tanto su tiempo y dinámica de articulación supone un proceso desigual y combinado de elementos concretos que generan las redes autogobernantes en todos sus planos o aspectos concretos de la realidad: salud, ambiente, producción, etc. Cada uno de estos planos se entrelaza con el otro y guarda a su vez su independencia creando el tejido activo del Gobierno Popular.
-Hay necesidades inmediatas que toda población pide que se resuelva y deben ser prioridades para todo Gobierno Popular. Ejemplo abastecimiento, servicios, seguridad, por tomar los casos más demandados. Y así mismo hay horizontes más estratégicos, como producción, comunicación, defensa. Solo generando un verdadero análisis situacional territorial de acuerdo un diagnóstico de geopolítica territorial adecuado se pueden generar los planos de trabajo donde todos estos temas que atañen a la gobernabilidad colectiva. Estos podrían ser enfrentados en grupos pluritemáticos o unitemáticos, es decir, se enfrentan varias prioridades a la vez o se van atacando una por una de acuerdo a la complejidad de la situación y la fuerza concreta de organización con que se cuente.
-Estamos claros, no hay proceso revolucionario que se pueda predeterminar ni moldear en forma utópica, hay una utopía de la libertad y la igualdad asumida y ejercida que debe hacerse carne, organicidad de otra política contraria a todos moldes estatistas y paraestatistas de la dominación capitalista. Sin embargo, ya sabemos, contrariamente a la izquierda que por un siglo solo apostó a tomar el poder de Estado y en ello se concentró y fracasó, que todo punto de partida ha de ser un acto político que se concreta dentro de un territorio delimitado pero a la vez potencialmente infinito. A eso hemos llamado "corredores territoriales de autogobierno", más concretamente de Gobierno Popular. Es la experiencia que tenemos hasta los momentos Metodológicamente el corredor es una "unidad compleja de liberación", no es solo "la unidad de la clase", vista en forma abstracta donde solo priva el problema de la situación económica y laboral de cada quien. Aquí el problema de clase se traslada a todos sus determinantes tanto dentro de las relaciones sociales de producción como dentro del entramado de las relaciones comunitarias y urbanas. Esto es lo que debemos resolver en forma de un método cambiante y multidimensional del ejercicio de una política libertaria. El "corredor" son comunas, consejos, formas locales de poder popular (agua, energía, salud, organización de trabajadores, comunicación, consumo, etc) reunidas en distintas variantes de acuerdo a la región. Pero el "corredor" es a su vez un espacio amplio que subdivide un gran territorio rural o urbano no sobre el principio de la división estatal sino de la uniformidad de un espacio dentro de la cuidad o dentro de la geografía rural.
-El paso fundamental del momento meramente de ejercicio de poderes populares fragmentados –y por ello tan cooptados y utilizados por los aparatos de dominio- al de Gobierno Popular, es un reto que desde el punto de vista metodológico no es otra cosa que una síntesis de muchos planos de articulación de políticas de liberación, que no nacen espontáneamente "de la vida", del mero movimientismo, de las resistencias aisladas, sino de un cuerpo unificado que obtiene su fuerza de su misma política, es decir, de la fuerza que supone poner en movimiento unido todas las voluntades posibles de manera que se trascienda por entero los siglos que llevamos aguantando de manera tiránica o "democrática", la dictadura de las élites beneficiadas por el capital. Estamos apenas mirando los primeros destellos de esta nueva etapa revolucionaria y su empuje en el mundo. Por el desastre de una corrupta élite autocrática que se apoderó del Estado, no dejemos perder la inmensa experiencia que ha supuesto construir consciencia de autogobierno y de plena democracia entre nuestro pueblo. El método es tan dinámico como la experiencia misma, pero es fundamental ir sistematizándola y convirtiéndola en un saber colectivo que se difunde, utilizando las herramientas informáticas de la memoria, el ordenamiento en programas y la difusión. Allí el hecho de que gobernemos "muchos" y no unos pocos vivos y ricos, comienza a ser un hecho dejando de lado "el sueño de lo posible" para convertirse en una realidad que estamos fabricando.