Pildoritas 57 (año VIII)

Si aquí regresara la derecha

¿Será que en el resto del mundo podemos encontrar como en Venezuela hechos que son los que precisamente marcan la diferencia entre un modelo inclusivo e igualitario y otro excluyente y explotador?

La respuesta, sencillamente es No,  y es por ello que los pueblos que no son eunucos de mente, que se informan a pesar del cerco mediático que la derecha nacional e internacional, le han impuesto a la Revolución, añoran lograr siquiera un poco de los beneficios  que aquí disfrutamos, y que se pueden medir en cifras contundentes que hasta organismos internacionales como la FAO y la UNESCO, han tenido que reconocer.

Ahora mismo con motivo de la conmemoración del día del Trabajador como todos los años se ha concretado un aumento de salario, que es el número 29 desde que el proyecto Bolivariano, fue ungido por el pueblo con la responsabilidad de dirigir los destinos de la nación.

Y no es cualquier aumento, es nada menos el más alto en el globo, pues, mientras por ejemplo, sin ir muy lejos, en la vecina Colombia se aumenta un 3 por ciento el salario aquí se eleva un 30 por ciento.

Casos similares los hay, aunque no en los montos de aquí, pero uno de esos casos similares, qué casualidad, es por ejemplo el de Bolivia, donde precisamente hay una Revolución muy similar a la nuestra que nació al calor y bajo la inspiración del legado del Libertador y las realizaciones de ese gigante que se llamó Hugo Chávez.

Son hechos que la derecha mundial no puede exhibir simplemente porque para ello el centro de sus objetivos es el capital, mientras que para el modelo que aquí puja contra viento y marea por meterse  en el corazón de más venezolanos de los que hasta ahora creemos en él, el centro de todo es el hombre, su entorno familiar, su hábitat, sus necesidades y su derecho a vivir dignamente.

En otros países antes que aquí, aunque no con las especiales características de nuestra Revolución, han surgido movimientos sociales que buscan objetivos similares, unos como el de Cuba, han sobrevivido a pesar del asedio, del bloqueo criminal del Imperio, otros como Nicaragua, han caído aunque temporalmente, como cuando el sandinismo, fue derrotado por el neoliberalismo de la Chamorro, lo cual sirvió para que el pueblo comparara y al tener la oportunidad dio al traste con el régimen para devolverse a sí mismo el poder que erróneamente había perdido y ahí tenemos una Nicaragua que más nunca va a permitir repetir la experiencia de retroceso neoliberal.

Algo similar sucedió en Chile, en donde como aquí se pretende, llegó un empresario, de ultraderecha que es el caso de Piñeira, y en la primera oportunidad que el pueblo tuvo, también le devolvió el poder a una socialista, un poco light, pero al fin y al cabo con un proyecto diametralmente opuesto al que hoy por hoy pretende ser impuesto al mundo por la potencia imperial, por cualquier vía.

Es por ello que hemos sido declarados una amenaza, un mal ejemplo para el mundo, un mal ejemplo que ya ha trascendido las fronteras de nuestro continente y surge con fuerza, como en Grecia y tiene las alarmas prendidas en España y no hay país del mundo en dónde no se conozcan las bondades de nuestro proceso bolivariano.

Es por ello que como hemos visto, nuestra revolución está siendo atacada inmisericordemente por todos los frentes, la guerra económica que en el Chile de Allende les dio resultado, aquí la estamos resistiendo, el terrorismo expreso con las guarimbas lo derrotamos, el terrorismo subrepticio con el asesinato selectivo de líderes sociales de la revolución y miembros de la fuerza pública pareciera estar en pleno desarrollo, la circunstancia de la proximidad de unas elecciones que podrían ser claves y decisivas hace que desde los laboratorios de guerra imperial, se acrecienten los ataques, se radicalice la guerra económica y se busque que la población achaque al gobierno las penurias de una cola, las dificultades para encontrar todos los productos de la cesta básica, medicamentos, repuestos y toda clase de insumos para una buena calidad de vida y que piense que se hace necesario un cambio para que las dificultades creadas por la contrarrevolución, desaparezcan como por arte de magia, lo cual podría ser cierto pero a cambio de que desaparezcan los beneficios por ejemplo de las misiones y el resto de beneficios que si no fuese por la revolución y su avance hacia el socialismo, jamás se hubiesen logrado, y entonces lo que vendría sería imprevisible ya que quienes han recibido esos beneficios que son millones, los defenderían a toda costa, lo cual pareciera no ha sido sopesado por la derecha que sería arrasada como si aquí sucediese un tsunami o una catástrofe de las dimensiones del terrible terremoto que aun hoy agobia a los hermanos de Nepal.



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Saúl Molina


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