En la capital de Estados Unidos hay posiciones polarizadas
Les ofrezco una relación de mi reciente estada en Washington; les dije que iba invitado por WOLA, una organización privada, que busca el acercamiento EEUU-América Latina. En dos días celebramos 14 reuniones en comités del Congreso y oficinas del Departamento de Estado, Consejo Nacional de Seguridad, instituciones privadas como Open Society Institute, interesada en promover inversiones en nuestro país, y el diario The Washington Post ; una charla sobre las perspectivas de 2006 y encuentros con los embajadores Bernardo Álvarez y Jorge Valero.
¿Cómo resumirles esas reuniones, conversaciones y entrevistas? ¿Qué piensan sobre Venezuela y Chávez? ¿Es posible una distensión en las relaciones? Voy a intentarlo.
Lo primero que observé es que en el espectro de personalidades escuchadas, hay una diversidad de opiniones que van desde quienes coinciden con la oposición radical, y pareciera que no escuchaban lo que decíamos Ana María San Juan, del centro de Paz de la UCV, y yo; otros, a quienes la oposición venezolana, y los medios a los que tienen acceso, les han nutrido de la información que manejan sobre Venezuela, pero por sus preguntas y la atención a nuestras opiniones parecían abiertos a escuchar, y un tercer grupo donde es evidente el interés de comprender el proceso venezolano, lo que sucede en América Latina, y algunos con críticas a la política de Bush.
En un extremo está un asistente a un congresista, especializado en Venezuela, queme dijo que la misma acusación que se hace a EEUU, de ser un imperio, se le hará a Venezuela después que le añadió la octava estrella a la bandera, le pedí que me explicara, y dijo que esa estrella simbolizaba el interés de Chávez por anexarse a la República de Guyana.
No sé si se avergonzó cuando le conté el origen de esa estrella. En esas posiciones duras escuchamos la advertencia de la posibilidad de nacionalizar a Citgo; si Venezuela interrumpiera el suministro de petróleo crearía un problema muy serio en EEUU, pero, medijo uno, “en un mes lo tendremos resuelto”, y otro alargó ese lapso a ocho meses.
Sobre las amenazas de invasión, dos al menos preguntaron qué pensaba la población, otros dos coincidieron en señalar que era una manera que tenía Chávez de reunir apoyo del país. Una mayoría cree en lo que les dice el Presidente, y es un error pensar que Chávez lo hace como un recurso para concitar el respaldo nacional, no lo necesita, les aclaramos. Les resumí lo que revela la mayoría de las encuestas.
Una constante bien presente fue la crítica a la retórica en las relaciones, unos lo plantearon en relación con los dos gobiernos y otros, sólo con respecto a Chávez. “Cuando alguien lo hace aquí, es en respuesta a preguntas que le hacen los periodistas”. No creen que la política hacia Venezuela se hubiese desplazado al sector seguridad y defensa, “hay varias voces que pueden ser distintas, cuando Rumsfeld habló estaba indignado por la expulsión del agregado naval”. Encontramos quienes dijeron que era necesario bajar la retórica (aunque no sea causa, sino efecto) y abrir escenarios para el diálogo.
Los congresistas que debieron regresarse de Maiquetía sin bajar del avión esperan volver, pero no reciben señales de Caracas.
Otros motivo de preocupación en algunos son “el apoyo a candidatos y movimientos de otros países, la ayuda a las FARC colombianas, las relaciones tan estrechas con Cuba e Irán”. Ninguna novedad. Nos mostraron un mapa inserto en el folleto sobre el Plan Colombia, donde aparecen 120 trazos de vuelos transportando drogas entre el 7 de junio y el 20 de diciembre, desde Venezuela a República Dominicana y Haití, y no tuvieron respuesta cuando preguntamos si es que esos dos países se habían convertido en grandes centros de consumo, pues no había huellas de vuelos desde sus territorios.
La última reunión fue con el diputado William Delahunt, quienme pidió un panorama electoral y le resumí lo que escribí el pasado domingo. Recordarán que decía que de las dos tendencias de la oposición, una trabaja por la no participación y seguramente recibirá señales alentadoras de Washington. Pues bien, me dijo “de Washington no, de Bush, habrá otras señales que estimularán la participación de todos, entrar en el juego democrático, fue un error haberse retirado de las elecciones parlamentarias de diciembre, esas señales serán de los demócratas”. Comentó que reactivarán el Grupo de Boston, que reúne a dirigentes de gobierno y oposición, y pedirán ayuda financiera a Miraflores y a la Casa Blanca. “Espero una oposición democrática, viable y saludable”. Coincidió con mi opinión de que no se trataba de un problema de Venezuela, que los movimientos sociales se desarrollaban en otros países latinoamericanos, con sus características, y nos dijo que estudiarán ampliar la actividad de ese Grupo a toda América Latina.
Una mayoría cree en lo que les dice el Presidente
El equipo de historiadores del alcalde Barreto sigue descubriendo hechos ocultos o semiocultos, como éste: una lista de quienes colaboraron para pagar la recompensa a quien capturara a Miranda, después de su desembarco en Falcón en 1806: José Antonio Rodríguez, diputado por Barinas; Martín Tovar Ponte, José Ángel Alamo, Lino de Clemente y Luis Cazorla, firmantes del acta de Independencia. Y estos otros conocidos: José de las Llamozas, 200 pesos; Miguel Sanz, 100; Feliciano Palacios, 50; Vicente Ibarra, 50, y Juan José Landaeta, dos pesos.
Sorpendió la declaración del ex presidente Henrique Cardozo según la cual Chávez “atiende los intereses de Estados Unidos al mantener el suministro de petróleo sin interrupción”. Debió preguntar en la Casa Blanca si coinciden con esa opinión. Increíble que llegue a esos extremos para promover un libro.
Los casos de corrupción que se están conociendo revelan que el mal es mucho más profundo de lo que nos imaginábamos, y que debió ser atacado antes con bastante firmeza.
Pero, pese a las exhortaciones presidenciales, nadie se atrevía a denunciarlos ni a investigar a fondo, y la Contraloría no era un buen ejemplo con su extremada cautela.
Desde Lima me escribe el colega periodista Efran Ruiz Caro: “En estos días estamos padeciendo todo el infame asedio publicitario de los dueños del Perú que sienten terror ante una candidatura que cuanto más la atacan, más crece, pero que finalmente puede atemorizar a un sector, sobre todo de la clase media. No te imaginas:
son todos los canales de TV, todas las emisoras de radio y todos los diarios, en una campaña a todo vale contra Ollanta Humala. Inicialmente no era mi candidato, pero ahora lo es como consecuencia del asedio derechista y pro norteamericano”.
Un fracaso la convocatoria al Secretariado Nacional del CNP; debieron transformarlo en Directiva ampliada porque apenas asistieron seis secretarios generales de los 24 seccionales.
Por tres domingos no tendremos con nosotros la página del Dr Ramón J. Velásquez, “Memorias del siglo XX”, que no había fallado desde septiembre de 2001 . Se toma unas merecidas vacaciones. Sin ánimo de compensar, les sugiero leer, en Págs. 32 y 33, una entrevista que le hice en Washington a un abogado defensor de presos en Guantánamo.
edrangel@la-cadena.com